La noche ya era sumamente fría, Bankotsu se encontraba avivando la fogata que amenazaba con extinguirse en cualquier momento, esa noche optó por dormir afuera, ya que Kagome se encontraba en el interior de la tienda con el pequeño niño que por la mañana tendrían que ir a dejar... no es que el espacio no fuese suficiente, pero después de lo ocurrido hace unas horas, creía que sería lo mejor...
Kagome había sido vencida por el sueño hace ya bastante tiempo... sus rostro mostraba una ligera mueca de sufrimiento, pues se encontraba con el ceño fruncido y los ojos ejerciendo presión, al parecer, no podía despertar, su respiración estaba ligeramente acelerada...
La obscuridad era total, veía su cuerpo resplandecer en ella...-¿dónde... estoy?- se preguntaba con angustia.
-Kagome...- se escuchó una abrazadora voz femenina inundar el renegrido lugar...
-¿Quién... es?- preguntó intentando contener su tangible temor.
-Kagome...
-¿Quién es? Por favor... responde...- volteaba en todas direcciones pero la voz parecía esparcirse por el ambiente.
A lo lejos una resplandeciente luz rosa parecía surgir... Kagome atraída a ella, se acercó, caminaba lentamente con miedo... todo era extraño, no sabía dónde estaba ni qué era lo que ahí hacia... estando a pocos metros de llegar, la luz se volvió casi segadora... cerró los ojos instintivamente intentando protegerlos de la intensidad del brillo...
-Kagome... tienes que salir de aquí...- volvió a escuchar la voz, solo que ésta parecía ahora estar frente a ella.
Colocó su mano frente a sus ojos y los abrió cuidadosamente, una vez que éstos se acostumbraron al resplandor pudo observar una figura femenina completamente envuelta en un halo de luz rosado... la mujer se le hacía sumamente conocida, poseía un cabello negro y largo, su piel blanca y sus ojos negros y profundos... vestía con una armadura femenina de combate y una espada sujeta a su cintura...
-Tú eres... Mi-doriko- la reconoció, no olvidaba su rostro desde aquella vez que Sango los guió hasta ella, en la cueva donde descansaba su petrificado cuerpo.
-Kagome... pequeña... tienes que escucharme... no es mucho el tiempo del que dispongo...- mencionó la mujer colocándose frente a la azabache, aunque su semblante era serio, su voz mostraba preocupación.
La colegiala la observó intrigada -¿dónde estamos?
-Esto es lo que tu llamas un sueño...- informó -...solo así puedo hablar contigo... es la primera y tal vez la última vez que logro hacer esto...
-¿Qué necesitas?
-Debes irte... tienes que salir de aquí... regresar de dónde has venido...
-Eso intento...- mencionó, necesitaba respuestas -...pero ni siquiera sé cómo llegué aquí...
-Fuiste arrastrada por los fragmentos... - informó mientras avanzaba siendo seguida en esa obscuridad por la azabache -... en un intento por protegerte...
-¿Por qué?- cuestionó todavía invadida por la angustia.
-Eres la protectora de la Perla Shikon... ella reacciona a ti... a tus sentimientos... pero más que nada... a tus debilidades...- informó deteniendo su andar...
Kagome la imitó, pero parecía no comprender.
-Como ya debes saber, la perla surgió por mi...- dijo fijando sus negros ojos en la azabache -...yo nunca pretendí, ni siquiera imaginé el poder que ella obtendría...
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Más que el destino
FanficKagome se había enamorado de Inuyasha prácticamente desde su llegada al Sengoku. Durante la batalla en el monte de las ánimas, es que ella descubre que sus sentimientos están muy lejos de ser correspondidos. Escuchar de la voz del peliplata que esta...