en la oscuridad de la noche

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Sí... fue su respuesta, misma que fue acompañada por un sonrojo en sus mejillas... realmente pasaría... entregaría su cuerpo y su alma a esa persona que en varias semanas se había metido a tal grado en su vida, haciéndola olvidar a su primer amor... un amor que estuvo lejos de hacerla sentir la pasión y el deseo que ahora sentía por él... Sí... fue su respuesta... esa respuesta que le dio para dejarlo continuar... y reconoció que más que su cuerpo, esa noche él reclamaría su vida... y su alma.

La sintió temblar al aceptar pertenecerle... ahora se permitía reconocer que deseaba más que su cuerpo... deseaba hacerla olvidar al híbrido que alguna vez la escuchó decir, amaba... ahora no debería hacerlo para estar de ese modo con él... y precisamente él, se encargaría de borrar el rastro que de ese sujeto quedase en la vida de ella... su mujer.

Deshizo el mal formado moño del kimono que Kagome portaba... sus respiraciones se mezclaban al estar sus rostros sumamente cerca... éstas se tornaron pesadas... ambos sentían ya esa necesidad de ser uno... y el ojiazul deseaba probar de su cuerpo como nunca nadie, se juraba, podría hacerlo...

-Bankotsu...- susurró su nombre al sentir como su ropa se aflojaba sobre su cuerpo, al lograr el moreno retirar la delgada tela que una vez había rodeado su cintura... se avergonzó completamente... justo ese día su kimono era lo único que portaba.

Unió sus labios a los de ella nuevamente, no la dejaría arrepentirse... Kagome correspondió tímidamente... él llevó sus manos a sus delgados hombros... deslizó la delgada tela que cubría el cuerpo femenino... las manos de Kagome se aferraban ligeramente a la armadura del guerrero, permitiéndole a su ropa caer deteniéndose en su cadera... su sonrojo aumentó, agradecía a la obscura noche por ocultarlo... aunque el moreno pudo sentir lo avergonzada que se encontraba, pues ella no pudo evitar tensarse momentáneamente.

Las manos del guerrero volvieron a recorrer ahora su espalda... su erección cobró fuerza al comprobar la desnudez de Kagome... ella pretendiendo romper el contacto visual que todavía se lograba dar entre ambos, se atrevió a deshacer el rojizo lazo que mantenía unida la armadura del guerrero... ésta se perdió en algún punto de la pequeña tienda momentos después... Quiso decir un te amo, pues la calidez en su pecho le pedía enterarlo... no se atrevió, aunque de verdad lo hacía... y debería hacerlo, para hacer eso que estaba a punto de hacer...

Apretó el cuerpo de la joven contra el suyo, excitándose todavía más al sentir sus redondos pechos aplastarse contra su torso, mismo que se encontraba ya casi desnudo por las delgadas manos de la azabache... su boca buscó su cuello, encontraba en su piel un sabor al que lentamente se volvía adicto...

Kagome gimió al sentir la fuerza del guerrero... el aire se tornaba denso por la excitación de ambos, pero no parecieron notarlo... el fuerte agarre que el moreno mantenía sobre su cintura se hizo indispensable, pues cuando los labios del moreno bajaron dejando un camino húmedo de besos hasta llegar a sus senos, ella inevitablemente arqueó su espalda y echó su cabeza hacia atrás... mordió su labio intentando contener sus gemidos... apretó sus manos sobre los hombros del moreno cuando éste delineó la circunferencia de su pezón, justo antes de introducirlo a su cálida boca... lo succionó suavemente haciéndola perder la cordura... lo lamió erizando toda la piel de la joven... y lo mordió arrancando un gemido de dolor y placer de sus delgados labios... eso último no lo pudo evitar... su cuerpo lo volvía loco... eso él ya lo sabía. Después de unos momentos dejó senos y se elevó a mirarla... miró su rostro enmarcado por el placer...

Abrió los ojos y los azulinos de su pareja parecieron brillar al observarla... se percató que al igual que ella él también se encontraba desnudo de la cintura para arriba... no supo exactamente cuándo fue que eso ocurrió... la piel de ambos ardía, pues el latir acelerado de ese par de corazones hacia correr la sangre por sus venas vertiginosamente... sintió a Kagome nerviosa por ese leve contacto visual... sonrió... seguía siendo una niña... satisfecho bajó su rostro y volvió a succionar sus pechos... se permitió hacerlo con tal pasión que seguro estaba dejaría más de una marca en ellos... eso no le preocupó a ninguno de los dos...

Más que el destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora