UNAS BUENAS RAZONES
¿Habría momentos mejores que esos?
Burt sostuvo por unos segundos más las pesas sobre su cabeza antes de dejarlas caer y verlas rebotar frente a sus zapatos deportivos. Limpió el sudor de su frente con la pequeña toalla blanca y movió la cabeza de un lado a otro salpicando de sudor algunos metros a su alrededor. Miró su imagen al terminar en el espejo frente a el área en donde se encontraba. Sus ojos color miel lo recorrieron, su camiseta sin mangas azul marino mostraba los músculos de sus brazos húmedos por el extenuante ejercicio, su camiseta estaba empapada, haciendo una mueca la sacó por su cabeza y limpio los restos de sudor. Hizo un gesto de desagrado al oler el sudor y tomó la decisión de darse un baño y quizá después podría dar una vuelta a la academia de baile de Panther y darle una sorpresa.
Volvió a mirar el atractivo rostro que le sonrió al mismo tiempo que su boca se curvaba.
Arrojó la toalla a uno de los cestos en la esquina de la construcción hecha especialmente en el terreno trasero de su casa. Panther quería mantener el gimnasio fuera de la casa, ya que en ocasiones lo prestaba para algunos ensayos de su escuela de baile y quería que aquel lugar fuera independiente. Así que ese bien equipado gimnasio mantenía su privacidad y aquello había ayudado a no ser descubiertos en momentos muy comprometidos.
Sin poderlo evitar miró de reojo el espacio desnudo frente a un enorme espejo de piso a techo. Ahí, en ese lugar podía perderse en el éxtasis de ver a Panther mover su cuerpo de bailarín, ondulando los músculos que brillaban en su oscura piel de chocolate con leche tensos y sudorosos. Le encantaba la forma en que su alto y bien proporcionado cuerpo le provocaba. Sabía que Panther lo notaba y le provocaba clavando sus hermosos ojos azules en él hasta que le era imposible no rendirse a su provocación. Era el erotismo puro, su completa perdición.
Un tirón en su entrepierna lo volvió a la realidad. Miró hacia abajo y la tela de sus pantaloncillos se movía como si estuviera con vida. Movió la cabeza intentando controlarse, consiente de que era demasiado bueno; el sueño de su vida. El sueño desde la primera vez que lo vio en los pasillos de esa exclusiva escuela, cuando él era parte de los populares alumnos del ultimo año junto con su hermano Ryder. Los King, los dos atractivos chicos que todos deseaban tener en su grupo. No dudaba que algunos de los chicos que ahí estudiaban incluso estuvieran enamorados como él lo estaba.
Nunca en esos sueños de entonces creyó que Panther llegaría a estar con él. Ahora lo tenía sólo para él, podía sentir sus caricias y tenerlo por las noches a su lado en la cama y adorarlo mientras guardaba para sí mismo las palabras que nunca podría pronunciar a menos que quisiera alejarlo de su lado.
Suspiró y fue hasta las duchas. Abrió la llave de agua fría y se metió suspirando cuando esta tocó su cuerpo caliente y sudoroso. Si, necesitaba enfriar su cabeza para ocupar el lugar en el que debía estar, el cual no debía traspasar. Enjabonó su cuerpo bronceado por las horas libres que tenia desde que su padre le quitó su trabajo y que pasaba en la orilla de la piscina y cortando hierba mala del jardín que Panther tanto cuidaba.
Cerró los ojos cuando la espuma de su cabello fue bajando por su cara, hombros, cuerpo. Todavía le era extraño asimilar lo que había pasado el fin de semana anterior. Panther se había atrevido a salir del armario con su padre. Al principio cuando lo escuchó decir que eran pareja, él estuvo a punto de caer de espaldas con el corazón paralizado ante aquella declaración. Sus ojos fueron de inmediato a la figura alterada de Panther antes de dirigirla a el hombre mayor junto a él; los tres estaban impresionados de maneras diferentes, ¿Quién no lo habría estado después de semejante declaración?
- ...él es mi pareja, él es hombre que vive conmigo. Soy homosexual padre, él..., él es mi novio...
Al principio, cuando su cuerpo y mente como un torbellino volvieron a la cordura pensó en negarlo, decir que todo había sido una broma de mal gusto por parte de Panther; sólo que su ahora novio se mantuvo seguro y con la barbilla en alto muy seguro de lo que decía y su padre parpadeó por unos segundos antes de mirarlos alternadamente. No dijo nada, se mantuvo en silencio, de pronto bajó la cabeza y acarició su blanca barba bien cortada antes de levantar la cabeza y sonreír manteniendo la calma que ninguno de los dos hombres más jóvenes tenían.
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SAGA KING'S
RomanceHijos de Frank King, un hombre que se había hecho a sí mismo, fundador de "Construcciones King". La fortuna y el nombre que había creado ahora pasaba a sus dos hijos mayores, Ryder y Panther King, que a pesar de llevar el mismo apellido y tener el m...