Diecisiete

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La luz de la ventana llegó a mis ojos, haciéndome soltar un leve quejido. Quería seguir durmiendo, pero al tratar de moverme, además de recibir un dolor en mis músculos, sentí el peso de unos brazos alrededor mío.

Miré hacia abajo encontrando una cabellera negra, la acaricie levemente, no me asustaba del todo dormir con un chico, aunque tenga nervios ahora.

Me cubrí el rostro sin creer lo que estaba sucediendo, deja de sonrojarte por todo Frida, maldita sea. Es extraño pensar el cómo pasé de dormir sola todo el tiempo, a dormir con un chico que no sea un familiar.

Y tener a alguien así a mi lado por la mañana para ser la primera vez, no estaba tan mal

Me moví tratando de no despertarlo, parecía tener el sueño pesado ya que no lo desperté. Algo curioso que no había notado hasta ahora, fue que aunque el cuarto tenía aire acondicionado, dormimos con la ventana abierta.

El viento soplaba, sin embargo el clima era soleado, un soleado soportable, sonreí levemente volviendo a mirar hacia abajo, estaba a poco segundos de liberarme de sus brazos, sin embargo estos volvieron a aferrarse a mi cuerpo. Me rendí dejándome caer a su lado pegada a él.

-Sam, despierta- lo moví levemente haciendo que una queja algo sensual se escuchara, hasta que alzó su mirada dándose cuenta que yo estaba ahí

-Buenos días señorita- me sonrió soltándome para recargarse en la cama

Mi espalda acaba de ser recorrida por electricidad al escuchar su voz ronca, era sexy, Dios, sí que lo era...me sonrojé pero como no quería que me viera aparte la mirada.

-Deberíamos ir a desayunar- baje de la cama sin muchos ánimos aún sonrojada –Además hoy iré a ver a mi doctor-

-Voy en un rato, tienes que bañarte ¿no?- no sé cómo no le importó dormir a lado mío, le sonreí levemente asintiendo

-Nos vemos abajo- antes de que pudiera salir, su voz me detuvo

-Frisweet- lo miré esperando –No importa lo que pase hoy, mantente fuerte- extrañada por sus palabras, asentí

Salí de la habitación dirigiéndome hacia el baño, los pasillos han dejado de hacerse largos debido a la costumbre. A lo lejos, pude divisar el traje de Red, los lentes y las ojeras por no dormir se notaban a kilómetros de distancia. Así como su acompañante, era el mismo chico del gorrito que nos estaba entregando publicidad de la obra.

-Frisweet, justo a quien quería ver- me detuve para saludar -¿Ya se conocen? él es Iiiiiiiiirvin-

-¿Era necesario?- preguntó su acompañante –Hola Frisweet- me saludó con la mano

-No, pero así suena más gracioso-

-Emmm... ¿Buenos días, Irvin?- supongo, hablar con ellos me hace sentir algo perdida

-Red me contó que participaras en un número- asentí

-Por cierto, ya casi me llegan tus cosas y ya entregué tu carta- me emocioné demasiado que lo abracé

-¡Gracias, gracias, gracias, Red!-

-No es nada, pero aléjate, no te conozco bien- apenada por la situación dudé en si era el mejor momento para preguntar una inquietud

-¿El director sabe de tus...negocios?- honestamente no sabía cómo llamarlos

-Claro, no hay nada que Vincent no sepa- respondió restándole importancia

-¿Pero cómo accedió a eso?-

-Cómo que haces muchas preguntas, ¿no?- bajé la mirada –Es negocio, no es nada personal - no podía evitar sentir inquietud ante algo que podría ser ilegal

FrisweetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora