-¡Frida!- era la voz de mi madre obviamente enojada
Si tuviera que describir a mi madre en dos palabras serían poca paciencia, sin duda.
-Mira, al menos sabemos que está bien, mañana hablaremos con ella- por otro lado, mi papá siempre fue un poco más comprensivo, dejando de lado su ausencia durante gran parte de mi vida, tampoco era el mejor
Me sentía muy débil como para abrir los ojos, aun así podía escuchar sus pasos apresurados hasta que cerraron la puerta detrás. Sea como sea que volví, lo importante es que estaba en casa. El último sonido que capté eran los pasos de mis padres subiendo las escaleras conmigo en brazos, tenía demasiado sueño y no pude evitar quedarme dormida.
Al despertar me di cuenta que no fue un sueño, tenía puesto mi conjunto de acción. Me quedé acostada mirando el techo recordando lo que pasó anoche, recordando el miedo que sentí al ver ese muchacho acabando con la vida de un policía en menos de diez segundos. Decidí no darle más vueltas al asunto, así que baje las escaleras sabiendo los regaños que me esperaban. Intenté explicarles la verdad, pero al final creí mejor decir lo que querían oír, que su hija era una tonta sin cerebro y que se había escapado por dulces, así se quedó la historia.
Durante el resto de días siguientes no dejaba de pensar en aquellas palabras: "Te estaremos esperando pequeña" ¿Quiénes? No lo sé, ¿Por qué? Quién sabe, ¿Cuándo los conocería? Sólo Dios sabrá.
-¿Y qué piensas hacer?- preguntó Karen observándome terminar de comer la paleta
-¿Hacer de qué?- dije guardando la envoltura en uno de los bolsillos de mi falda
-Ya sabes, tarde o temprano tendrás que decirle a tu mamá - dijo haciendo una mueca de incomodidad, guardé silencio por unos minutos
Sabía que aunque le explicara a mi madre que los dulces se han hecho parte de mí y de mi vida diaria, ella no lo vería de esa manera. Me diría que estoy loca e inmediatamente me llevaría a un manicomio, ¿Mi padre? Bueno, últimamente están teniendo problemas, por esos motivos él está viviendo en otro lugar. Estoy segura que si contara algo así ahora, sólo le daría más leña al fuego que es la situación en casa.
Temo que sea por mi culpa su separación, pero no dejaré que pensamientos así me afecten, Karen al ser la única que sabía de esto, siempre me animaba cuando llegaba a sentirme mal por algún problema, por muy absurdo que fuera, ella siempre ha estado ahí. Siempre se lo agradeceré, si tuviera que dar mi vida por alguien, sería Karen, sin dudarlo dos veces. Todos tenemos una persona así, un chico o una chica que siempre está para nosotros, incluso más que un padre o una madre, en todo caso ella es eso para mí, aunque aún hay cosas que no puedo decirle, como en muchas amistades largas.
-No se lo pienso decir- dije firme escuchando el timbre de entrada
Mi mejor amiga me miró con algo de decepción, sin embargo yo sabía que ella me apoyaría, aún si eso significaba traerme mínimo un dulce por día durante toda la vida.
Poco a poco los meses pasaron, como era lógico Karen seguía dándome dulces, y mi familia parecía preocuparse cada vez más, ya que siempre que llegaban a la casa me gustaba que vieran cualquier caja de galletas abierta, envolturas en el suelo dejando un completo desastre, lo comencé a llamar "Mi escenario".
Día tras día me encerraba en mi cuarto, hasta el punto dejé de salir de mi habitación y después, a pesar de los gritos de mi madre rogándome por salir todos los días; dejó de insistir pasados los meses.
¿La escuela? no me importaba, Karen me ayudaba mandándome las tareas a casa y con esto dulces, algo que me gustaba de mi habitación era el balcón que tenía, la única ventana que se ve desde debajo de la casa es la de mi habitación, no era muy alto así que sólo debía trepar para entrar...solamente quería sentir ese delicioso sabor en mi boca, ya que era y es lo único que me importa.
Con el tiempo, por lógica mi salón se graduó de la secundaria, terminar el tercer grado e irse a la preparatoria puede ser muy difícil para algunos, pero para mí grupo no era así, éramos tan distantes, que no sentimos ninguna diferencia al graduarnos, está de más decir que no hubo ni una sola lágrima en el 3ero "E".
Karen me contó la ceremonia mostrándome vídeos, también me enseño cómo le entregaron los papeles a mi mamá quien no dejaba de llorar. Un nudo se formó en mi garganta al verlo, no, a mi madre no, a él...allí estaba, el muchacho que me sacó las más grandes sonrisas, pero también las mayores lágrimas, consolando a mi madre, ¿Por qué jamás me vino a ver? Ah claro, estaba muy ocupado en su relación que era más falsa que mi amor a lo picante, recuerdo que él me decía lo mucho que odiaba a su novia, haciéndome heridas muy profundas que las cubría con sonrisas, ¿Por qué nunca estuvo conmigo de una forma seria? Simple, él le decía a prácticamente todo el mundo que merecía algo mejor, y ¿saben? A pesar de todo lo que lloré, tenía razón, al igual que muchos al advertirme acerca de él, aun así, lo tengo en mi mente como alguien a quien no olvidaré, porque le prometí que siempre estaría allí para él, lo sé, lo sé, ¿Estaba loca no?