Siempre vi a los dulces como algo sagrado. La muestra de inocencia más pura...pero ahora, aquella inocencia se transformó en una adicción que no puedo controlar. Mi lugar en este mundo tiene un propósito, quizás no sea el propósito que quisiste para mí, pero soy feliz, de todo corazón, te agradezco las veces que me escuchaste y me apoyaste, gracias abuelo. Atte: Fri...sweet