Segunda puerta segundo piso...era entretenido ver cómo la gente entraba como hormigas al hormiguero, me hacía sentir como la chica nueva en el barrio. Llegué a la puerta de dibujo con algo de emoción, esperaba encontrarme con un anciano que nos dijera como hacer las cosas pero en cambio, vi a una mujer de al parecer treinta años sonriéndome mientras se acercaba con una pequeña libreta, sus lentes pequeños me hacían gracia pero sus ojos azules me daban un poco de armonía que no había sentido antes, llevaba una bata con un gafete con el nombre de "Esmeralda".
-¿Cuál es tu nombre? No te había visto por aquí- su voz era muy calmada lo cual me sorprendió un poco, los demás internados se sentaron detrás de las mesas con una hoja lista para ser usada junto con otros instrumentos como lápices y un borrador de migajón manteniendo su vista fija en la maestra que seguía esperando mi respuesta
-Soy Frisweet...- solté con nervios que intenté ocultar ante los ojos de los demás
-Tú debes ser la nueva integrante...ya veo, bien- dio un pequeño aplauso con una sonrisa más grande -Siéntate en el último asiento de la tercera fila, junto a Bones- el mencionado me miró para después pasar de mí. No sé si era la máscara de zorro en su rostro o que ni siquiera lo había visto lo que me asustó más.
Dejando eso de lado, una pequeña felicidad se creaba en mí al volver a sentir un lápiz cerca de mí, dibujar siempre me ha parecido muy divertido, aunque en la escuela estábamos enfocados en la arquitectura, investigué por mi cuenta los básicos del rostro humano entre otras cosas.
Miré hacia adelante viendo a la maestra frotar su barbilla como si estuviera pensando hasta que habló.
-Bien...hoy dibujarán lo que más aman en el mundo- eso es fácil, creo que todo el mundo sabe lo que voy a dibujar pero creo que le tendré que dar más detalle al dibujo, a punto de empezar mi dibujo note que no podía mover mis manos con libertad
-Maldición...- susurré para mí misma al ver esas cosas en mis muñecas, seguía esposada, no podía dibujar así, y si lo hacía sería muy incómodo
Tal vez me acostumbré mucho a tenerlas, por lo que pasaron desapercibidas, aunque eso no justifica que hice varias cosas antes de venir, no tuve más remedio que hablar
-Disculpe- dije atrayendo las miradas hacia mi por segunda vez, la mujer me miro con algo de ternura, al parecer creía que le preguntaría algo acerca del dibujo hasta que con un ademán le enseñé los grilletes que seguían en mi muñeca mirándome con sorpresa
-Ammm...- dudó un poco antes de contestar –Como quizás ya sabes, lo que sigue después de esto, es la actividad opcional de activación física, allí puedes pedirle a alguien que te quiten eso- terminó con una pequeña sonrisa mirándome, genial.
Bueno, esto no tiene por qué ser tan malo, tal vez pueda conocer un poco más de la persona a mi derecha, aunque me da algo de miedo. Lo miré y no podía decir si estaba concentrado en el dibujo o en algo más gracias a su máscara, me giré acercándome a su asiento.
-¿Hola?- sonreí viendo la máscara levantarse en mi dirección-¿Qué tal? Soy Frisweet, podemos ser amigos si quieres- extendí mi mano sin recibir respuesta, no puedo saber ni que piensa si ni puedo verle la cara, ni siquiera el cabello gracias a su capucha negra
Asintió sin estrecharme la mano. Bueno, no es de muchas palabras, pero como siempre digo, si no puedes hablar, al menos puedes sentir. Miré a la instructora quien no dejaba de leer un cómic con mucha emoción. Decidida me coloqué detrás de mi silencioso amigo recargándome sobre su cabeza.
-¿Qué es lo que más amas en este mundo, Bones?- pregunté sin obtener respuesta
Su hoja tenía un círculo perfecto, quizás dibujaría a una persona o una rueda de la fortuna, o un globo. En cambio vi cómo le añadió orejas al círculo, estaba dibujando su máscara.