Treinta y uno

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Silenciosamente los tres nos levantamos de la cama, apretando nuestras manos como niños pequeños, sonreímos acercándonos a la puerta esperando en el reloj de la muñeca de Sam, para marcar exactamente las doce en punto.

-¡Oh esperen!- me apuré a escribir algo para Yazmin

-Apúrate anciana, JTK saldrá antes que nosotros- ignorando la presión, terminé de escribir la nota

"Escapen ahora, Doriana y quien tu consideres que deba"

-Yo iré por los ductos, es más fácil- dijo Sam retrocediendo

-¿Estas insinuando algo?- contestó Noel retador

-Yo no insinuó nada-

-Frisweet nos está retando- sonreí siguiéndole el juego

-¿Acaso cree que nos puede ganar?- pregunté juguetona

-Yo no creo nada, sólo dije que-

-No, no, ya entendimos- jugó Leonn

-Quien salga primero, gana ¿Qué tal?- sonrió al igual que los nosotros

-Acepto- declaré, aunque no me gustaban mucho las competencias

-Como quieran- Sam colocó sus manos en pose de rendición

-¿Recuerdan a dónde ir?-...maldición

-Creo que Frisweet y yo tendremos que pensar un poco- se rio Stalk

-Son unos irresponsables- se quejó Leonn

-¿Te quejas aun cuando venimos a verte?- ay no peleen de nuevo

-No es eso Stalk, es solo que-

El timbre algo molesto del reloj de Sam, nos hizo correr rápidamente debido a la pequeña competencia. Nunca me han gustado, pero siempre que participo en una daba lo mejor de mí. Leonn se despidió diciéndonos "Bye, suerte" nos sonreímos una vez más cada quien corriendo a sus escapes. Milagrosamente, el pasillo tenía muchas velas iluminando mi camino, a pesar de que no necesitaba luz para ver sabía exactamente a dónde ir.

Mi cuerpo sin aún creer que estos serían mis últimos momentos aquí, me hace sentir cierta nostalgia, con esto en mente, entré a mi cuarto donde habían ya dos guardias esperándome frente a mí puerta.

-Perdona dulzura, pero no podemos dejar que salgas- pronunció uno de los guardias

-No te preocupes, no saldré para nada- sonreí abriendo la puerta

Ajustando por enésima vez mi sombrero de forma que quedara pequeño, abrí el cajón a lado de mi cama, donde había una foto con mi abuelo. La tomé guardándola en un bolsillo oculto de aquel traje con una pequeña tristeza que se reflejó en mi rostro inmediatamente, lo extraño mucho...

Sé que lo que haré de ahora en adelante, es por decisión mía, pero quisiera escuchar algún consejo del único adulto que consideré mi mejor amigo hace ya muchos años.

La competencia me hizo volver en sí, recordándome que no era momento para estar triste. De nuevo me acerqué a la puerta, tomando aire lista para lo que sea que viniese, ambos guardias colocaron sus dos varas eléctricas delante mía.

-¿Acaso una señorita no puede ir al baño?-

-No tras el pase de lista- no tengo tiempo para esto

Enojada tomé ambas varas para cruzarlas, electrocutando a los dos hombres que ahora se encontraban en el suelo. Pateé las varas alejándolas de ellos. Creo que era mejor tomarlas.

Caminé con cierta gracia, tomando ambas varas le sonreí a ambos hombres dando leves brincos mientras avanzaba, escuchando como un radio sonó seguido de una voz ya débil.

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