Dieciseis

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JTK comenzó a caminar por todo el gimnasio, lo seguí detrás dándole un vistazo de nuevo al lugar, la voz de mi amigo/entrenador mapache me hizo regresar a lo que empezaría, mi entrenamiento.

-Bien- sólo un suspiró mientras parecía buscar algo en el suelo, me conforme con sólo mirarlo recoger unos palos que parecen ser de alguna escoba

-¿Para que los palos?- retrocedí unos cuantos pasos asustándome ligeramente

-Para los reflejos- vi como caminaba hacia un botón pegado en la pared derecha donde se hallaba el aro de basquetbol

-¿L-Los que?- su puño oprimió el botón haciendo que toda luz desapareciera en un instante

Lo escuché correr hacia mí, mi corazón comenzó a latir desesperado, no le temo a la obscuridad, pero no me gusta tener el sentimiento de que me van a golpear.

En un instante sus pasos dejaron de escucharse, no sabía en donde estaba detrás de tanta obscuridad, por mucho que lo intentara, no podía ver nada, ya que no había ninguna ventana que pudiera darme al menos un rayo de luz.

Escuché el sonido del aire siendo traspasado por algo y en ese instante comprendí que lo decía en serio, pero fue demasiado tarde. En mi pierna izquierda aterrizó el primer golpe, provocando que cayera. No soy tan estúpida para saber que él no se detendría sólo porque me caí.

Rodé hacia la derecha escuchando como el palo chocó contra el suelo, era mi oportunidad para ponerme de pie sin embargo sus pasos se acercaban, pensé en derribarlo con mis pies, pero al intentarlo la punta del palo cayó en mi pierna exactamente para que me impidiera mover, me retorcí un momento para liberarme pero el pie de JTK se clavó en mi estómago liberando todo el aire que tenía, las patadas no se detenían.

A pesar de que todo se veía mal en este punto, pensé que era mi oportunidad, JTK estaba tan concentrado en golpear mi estómago que olvido cubrir su parte baja.

Escuche una maldición muy aguda provenir desde arriba mío, sonreí victoriosa, las patadas en mi estómago se detuvieron así como la fuerza impuesta en mi pierna por el palo. Algo filoso se deslizaba, había sacado su cuchillo, mi cuerpo comenzó a temblar, dejé de escuchar toda respiración, los pasos de él comenzaron a hacerse distantes hasta que la luz se volvió a encender molestándome la vista.

-Estuvo, bien... Por así decirlo- todavía no me quería mover, no estaba cansada, pero simplemente no quería moverme, giré mi cabeza en un ángulo específico para poder mirarlo -Te falta más práctica y fuerza- creo que me falta todo por sí no te has dado cuenta, guardé silencio dejando que se explicara -Levántate- obedecí sin hacer sonido alguno, se acercó de manera segura, con sus manos tomo mi cintura poniéndome nerviosa

-¿Eh?- mi cara se enrojeció mientras en su cara se formaba una sonrisa triunfante

-Muy ingenua- tomo mi muñeca torciéndola haciéndome soltar un gemido de dolor, me tenía de espaldas haciendo presión hasta que decidió liberarme.

Tallé mi muñeca con suavidad viendo como a una distancia volvía a sacar su cuchillo, haciéndome entrar en pánico, su mirada se tornó fría al lanzármelo directo al rostro. Mi cuerpo parecía no responder, no podía moverme, mi cuerpo no dejaba de temblar. El cuchillo viajó hasta quedar a centímetros en mi rostro y solo pude cerrar los ojos esperando mi fatal destino, pero no recibí ni un sólo rasguño.

Abrí los ojos viendo a JTK sosteniendo el cuchillo, eso era imposible, necesitaría una velocidad inhumana para lograr alcanzar el cuchillo sin que me rozara.

-Muy lenta y miedosa- JTK clavó el cuchillo en la pared detrás suya sin despegar su mirada de mí, sus fríos ojos se mantuvieron en mi, no aguante mucho hasta apartar la mirada –Patético, ven, tenemos mucho que hacer- parecía frustrado

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