Capítulo 22

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                                               { Julia }

-¿Todas las fiestas a las que vais se hacen en sitios tan chulos como éste? – Pregunté, paseando mi mirada embobada por la fachada de la discoteca.

Niall y Harry rieron a la vez. El sonido de sus risas juntas era melodioso.

-Bueno, a veces vamos a fiestas en sitios aún más chulos. – Dijo Niall, dedicándome una media sonrisa, a la vez que me rodeaba la cintura con un brazo para hacerme caminar. Las piernas me temblaban tanto que me preguntaba cómo era posible que hubiese sido capaz de dar un paso sin darme de bruces contra el suelo.

Las puertas de entrada del local eran de cristal. No se veía nada más allá de ellas, pero sí era perceptible el estruendo que surgía del interior. Crucé los dedos mentalmente para que no hubiese mucha gente, si no, mi maldita claustrofobia lo estropearía todo. Dos hombres corpulentos custodiaban la entrada cruzados de brazos. Vamos, los típicos gorilas de discoteca. Harry se acercó a uno de ellos, como si nada, e intercambiaron algunas palabras que no pude oír. El hombre asintió y se hizo a un lado, indicándonos con la mano que pasáramos. Temblando como un flan, entré detrás de Niall por las puertas de cristal y nos topamos con una especie de telón negro. Lo corrimos y un trillón de luces de colores me impactaron. Nunca había visto nada igual.

El interior del local estaba atestado de gente – supuse que famosa, aunque no los conocía –, a pesar de que el local tenía tres plantas enormes. La planta en la que nos encontrábamos estaba dividida en tres partes. Lo que más me sorprendió fue la enorme pista de baile con una bola de discoteca majestuosa girando y reflectando diamantes de luz por toda la estancia. Al lado estaba el bar, una barra larguísima que cambiaba de color, del verde al morado. Detrás de ella había un chico muy atractivo haciendo todo tipo de barbaridades con una botella de licor. La pared de detrás de la barra estaba repleta de pe a pa con todo tipo de botellas de vidrio, de las cuales solo identifiqué cuatro. La última parte de la planta estaba compuesta por sofás de cuero y mesas de madera negras. En dos esquinas había unas escaleras de caracol impresionantes, que también eran luminosas y cambiaban de color, que llevaban a la parte de arriba. Desde donde me encontraba no podía apreciarse del todo, pero había un pequeño balcón que mostraba una tabla de mezclas profesional y un DJ que hacía resonar al máximo la música.

De repente, todas las miradas se detuvieron a observarnos, y a continuación, una estampida de personas se abalanzó sobre nosotros, algunas dándoles dos besos a los chicos, otras estrechándoles la mano, y las típicas rubias llenas de colágeno y joyas de Cartier directamente les abrazaban. Me sentí totalmente fuera de lugar en ese sitio de gente famosa, rica y glamurosa. De repente, Niall me cogió la mano, y oí que le decía a Harry “Entretenlos”. Antes de que me diese tiempo a reaccionar por mí misma, tiró de mí con suavidad y me sacó de ese agobio. Suspiré de puro alivio.

-Se te veía realmente agobiada. – Comentó Niall, esbozando una sonrisa ladeada.

-Créeme, lo estaba. ¿No está moralmente mal que dejemos a Harry con toda esa estrafalaria gente? Quiero decir, parecía que os iban a comer o algo así.

Niall rió y me acercó un poco más a él, todavía sin soltarme la mano. Intenté no ilusionarme mucho con el gesto. Estaba segura de que no significaba lo mismo para mí que para él.

No sabía a dónde me llevaba, pero sinceramente, me daba igual. Mientras estuviese con él, iría hasta el fin del mundo.

-A Harry le encanta ser el centro de atención, no te preocupes. Además, alguien tenía que protegerte y sacarte de ahí. – Me guiñó un ojo y el corazón se me subió a la garganta.

-Creía que habíamos quedado en que sería yo quien te protegiese a ti. – Dije, burlona.

-Con esos tacones que llevas puestos, da por hecho que lo harás.

A chance to be happy | n. h. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora