A chance to be happy | n. h. |

Capítulo 15

                                               { Harry }

-¡Harry, definitivamente eres el mejor cocinero del mundo! – Exclamó Niall.

Sonreí mientras cogía una cerveza del frigorífico y me apoyaba en la encimera. Desde que los chicos y yo habíamos llegado a casa de Niall, me había propuesto hablar con él sobre Julia, y, aprovechando que Liam y Zayn se habían puesto a jugar al ajedrez (Mientras Louis le chivaba las jugadas a Zayn), le había hecho algo de comer a Niall, para comprar así sus palabras.

En un principio, había decidido que durante un tiempo iba a fingir que no sabía nada sobre lo de Julia, pero a los dos días de visitarla había llegado a la conclusión de que no podía estar más tiempo sin hablar del tema con Niall. Quería saber lo que él opinaba de aquello, qué pretendía con esas quedadas a escondidas, y qué sentía por Julia. Desde que “medio rompió” con Emily, estaba como decaído, pero intuía que aquella inocente chica de rizos y ojos verdes le iba a sacar de ese pozo en el que poco a poco se estaba sumiendo.

Me senté enfrente de Niall, y me aseguré de que los chicos estaban demasiado enfrascados en su partida de ajedrez como para percatarse de nuestra conversación.

-Niall, si te he hecho mi maravillosa y deliciosa comida no es porque me guste hacer de maruja y de madre del grupo. Ese papel se lo dejo a Liam.

-¡Eh, rizitos, que te he oído! – Exclamó el aludido desde el salón.

Niall y yo reímos.

-Entonces, ¿con qué segundas intenciones has puesto en práctica tus dotes culinarias? – Inquirió Niall, recostándose en la silla.

Suspiré y di un trago a mi cerveza. En realidad, necesitaba unas cuantas copas para hablar con claridad de ese tema con Niall. Me acerqué a él, para que no nos oyesen los chicos.

-Tú y yo tenemos que hablar de una chica pelirroja que huele a vainilla. – Dije, en voz baja.

Niall se tensó al instante, y dejó caer sobre el plato el tenedor con el que estaba comiendo. Se puso blanco como el papel.

-¿Qu-qué?

-Julia. – Dije, simplemente.

-Eh, espera, ¿cómo sabes que huele a vainilla? – Repuso Niall, incrédulo y… ¿celoso?

-El sábado le hice una visita. – Expliqué, encogiéndome de hombros.

-¿Cómo… cómo te has enterado de que… bueno, de lo mío con Julia? Ya sabes… - Inquirió, intentando explicarse. No lo había conseguido, pero yo le había entendido.

-¿Que cómo sé que has estado quedando con la chica que llevaste inconsciente al camerino en el último concierto? – Asintió. Me encogí de hombros con despreocupación. – No soy tonto, Niall. Sabía que te traías algo entre manos. Cuando hablaste con ella por teléfono en mi casa y nos mentiste diciendo que era Emily – Niall bajó la mirada, parecía avergonzado por su mentira. – Te escuché sin que te dieses cuenta. El sábado me colé en su casa mientras ella estaba contigo en esa cita o como quieras llamarlo…

-¡¿Te colaste en su casa?! – Dijo Niall, alarmado. – Dios santo, Harry… - Se puso una mano sobre la cara, resoplando.

-Tranquilo, tío, que nadie se dio cuenta. Bueno, pues mientras la esperaba, me quedé dormido, y me desperté porque ella gritó al verme en su cuarto cuando llegó a su casa, y… - Me encogí de hombros de nuevo. – Estuvimos hablando. Figúrate sobre qué. – Suspiré y me cuadré de hombros. – Ahora que te he contado mi parte de la historia, te toca a ti contarme la tuya, porque, la verdad, ella no fue muy explícita.