Capítulo 43

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                                   { Daisy }

<< Dios mío, ¿por qué a mí? ¿Por qué me tienen que pasar este tipo de cosas? >> pensé con desesperación, justo antes de perder el equilibrio sobre las puntas de mis pies y darme de culo contra el suelo.

Si ya de por sí quería morirme porque él me había pillado escondida detrás de un coche, después de caer al suelo de una forma tan patética, quería hacer un agujero en el suelo y meter la cabeza en él, para no volver a sacarla jamás.

Harry Styles rió entre dientes y se acercó a mí, tendiéndome una mano para ayudarme a levantarme.

-¿Estás bien? – Inquirió, intentando aguantarse la risa.

Agarré su mano, temiendo que el sudor que parecía caer a chorretones por mi mano hiciese que volviese a resbalarme, y me levanté con piernas temblorosas.

No dije nada. Simplemente no pude. Me quedé parada frente a él, observando como una completa boba cómo me duplicaba – e incluso triplicaba – en altura, y cómo me miraba con incomodidad, esperando a que yo reaccionase.

Finalmente, conseguí asentir, y él sonrió con alivio, de una forma absolutamente adorable.

-Así que… ¿qué hacías escondida detrás de mi coche? – Preguntó, con picardía, apoyándose en el impresionante coche negro.

-¿Tu… tu coche? ¿Es éste tu coche? – Inquirí, con una voz aguda realmente estúpida, intentando no ahogarme con mis propias palabras.

Harry asintió, aquella sonrisa aún dibujada en sus labios, y se cruzó de brazos. A continuación meneó la cabeza y bajó la mirada, riéndose entre dientes.

-¿Qué te hace tanta gracia? – Inquirí, sin poder retener las palabras en mi maldita bocaza. << ¿Cuál es tu maldito problema, Daisy Rose Mason? >>

-Tú debes ser Daisy. – Dijo, con toda la naturalidad del mundo.

Mi corazón dio un terrible vuelco. Tragué saliva con fuerza y comencé a tirar de la correa de mi bolso, sintiendo que moría un poco más cada instante que pasaba.

-Eh… s-sí. ¿Cómo… hmm… cómo lo sabes? – En ese momento me sentí como si fuese Julia. Se suponía que era ella la que se trababa con las palabras cuando estaba nerviosa, y yo la que sabía manejar cualquier situación con soltura, pero, en ese momento, parecía que las tornas habían cambiado.

-Te reconozco de las fotos que tiene Julia en su habitación.

Cómo no. Harry Styles en la habitación de mi mejor amiga. Todo muy normal.

-Oh, claro. Julia alias Hannah Montana, con su doble vida en la que conoce a famosos y ese tipo de cosas. – Me sentí orgullosa de mí misma: Había conseguido decir una frase del tirón sin ponerme nerviosa. Casi hasta parecía una persona normal.

Harry estalló en una carcajada, y noté cómo un cálido estremecimiento me bajaba por la columna vertebral.

-Entonces supongo que Julia te ha hablado de mí. – Dedujo, enarcando las cejas.

Tragué saliva y me preparé para intentar decir de nuevo una frase de golpe:

-Sí, claro, le ha costado, pero… sí, supongo que lo sé todo. – Me encogí de hombros, intentando mostrar despreocupación, pero el continuo movimiento de mis pies delataba mi nerviosismo.

-Entonces creo que sobran las presentaciones. Dado que eres… eh… fan y eso, doy por hecho que lo sabes todo de mí. – Parecía realmente divertido con esta situación, y estuve tentada de preguntarle por qué todo esto le hacía tanta gracia.

A chance to be happy | n. h. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora