Capítulo 38

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*capítulo no apto para gente extremadamente sensible*

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                                   { Julia }

-¿Seguro que a tus amigos no les importa que me quede a comer? No sé… me siento como si fuera una intrusa. – Dije lo suficientemente alto como para que Niall me oyese desde el baño.

-¿Estás loca? ¡Fueron ellos los que insistieron en que te quedases! – Exclamó él, y al instante apareció en el salón secándose el pelo con una toalla.

Fruncí los labios y comencé a balancear las piernas, que colgaban debido a que estaba subida encima de la mesa.

Niall me tiró la toalla a la cara, y se echó a reír al ver que había dado en el blanco, así que le saqué la lengua como una niña pequeña y se la devolví, pero él consiguió atraparla a tiempo, así que le saqué la lengua una segunda vez.

-Ven aquí. – Dije, haciéndole una señal con el dedo índice para que se acercase a mí.

Niall me miró con los ojos entrecerrados, como si no se fiase de mí. Y durante unos instantes se quedó donde estaba.

-Oh, vamos, no te voy a violar. – Añadí, riendo.

-Tampoco me importaría. – Respondió, acercándose por fin a mí.

Puse los ojos en blanco, y cuando Niall estuvo lo suficientemente cerca de mí, le cogí de la camiseta, haciendo que se acercase aún más a mí. Él sonrió, malinterpretando mis intenciones, y cuando inclinó su rostro hacia el mío, pinté su mejilla izquierda con el carboncillo que tenía entre mis dedos, y le empujé suavemente por el pecho.

Niall me miró momentáneamente sorprendido, y no pude evitar echarme a reír.

-Esto es para que aprendas a no tirar toallas a la cara de las chicas. – Dije, sonriendo maliciosamente.

-Muy graciosa, Julia, muy graciosa. – Dijo él, limpiándose el rastro de carboncillo de la cara.

Sonreí inocentemente y volví a centrar mi atención en el dibujo que tenía en mi regazo.

-Así que Florencia, ¿eh? – Oí la voz de Niall susurrar en mi oído.

Alcé la vista y encontré su rostro a escasos centímetros del mío, y sus ojos azules clavados en mí. Respiré el maravilloso olor de su colonia y me permití perder la cabeza durante unos instantes.

-Sí, tengo como una especie de obsesión con esa ciudad. – Comenté, mirando el dibujo de Florencia en el que estaba trabajando. – Siempre he querido ir, allí han trabajado muchos de los mejores artistas de la historia del arte.

-Algún día te llevaré allí, te lo prometo.

Volví a sonreír, y esta vez, cuando se inclinó sobre mí, no tuve intenciones de pintarle la cara o apartarle, lo único que quería era besarle…

Pero entonces Niall giró la cara y me dio un beso en la mejilla, haciendo que una sensación de decepción se extendiese por todo mi cuerpo.

-¡Oye! – Exclamé, en queja.

-Esto es para que aprendas a no pintar la cara de los chicos. – Respondió él, guiñándome un ojo.

Fruncí los labios y Niall rió, divertido ante mi reacción.

-Tengo algo para ti. – Dijo, ruborizándose repentinamente.

-¿En serio? – Inquirí, frunciendo el ceño. – ¿Algo así como… un regalo?

A chance to be happy | n. h. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora