Ocho meses antes
Febrero - 2013
{ Niall }
Sesenta segundos. Ese era el tiempo que me quedaba antes de salir al escenario y enfrentarme a las miles de personas que aquella noche habían ido a ver a One direction al O2 Arena de Londres. Apareció en mi estómago el nudo que se me formaba cada vez que estaba a punto de salir al escenario. Sentía las piernas como si fuesen gelatina, y tenía el corazón encogido en un puño. Miré a los chicos. Harry tenía los ojos cerrados y estaba estirando los brazos, mientras inspiraba profundamente. Liam, inquieto, acomodaba en su oído el auricular por el que nos daban órdenes cuando estábamos en escena. El suyo tenía el logo de batman. El mío, sin embargo, estaba decorado con la bandera de mi querida Irlanda. Zayn daba golpecitos nerviosos al micrófono con el dedo índice y de vez en cuando se sacudía de la chaqueta de cuero pelusas que realmente no existían. Louis se peinaba y despeinaba una y otra vez el pelo. Observé más detenidamente las ojeras moradas de mi amigo. Últimamente Louis estaba un poco raro. Se notaba su pérdida de peso en los huesos cada vez más marcados de las mejillas, y, como ya he dicho antes, en las enormes ojeras que decoraban su rostro cada vez más pálido. Louis estaba un poco - bastante - arto de todo y todos, y le entendía. Yo también había empezado a perder las ganas de todo. Cómo no. Cada día que pasaba, iba aumentando más y más la sensación de estar metido en una asfixiante burbuja que me impedía respirar. Y esa sensación aumentaba el triple cada vez que tenía que salir al escenario. Es cierto que había cantado delante de millones de personas un centenar de veces y que en el escenario me sentía como pez en el agua, pero siempre, antes de cada concierto, me ponía muy nervioso. Intentaba apartar de mi mente la idea de que miles de personas tenían sus ojos puestos en mí y que era un momento decisivo en el que no estaba permitido equivocarse. Si pensaba en ello, la sensación de asfixia solo parecía aumentar.
Treinta segundos.
-Bueno, chicos, vamos allá. - Dijo Harry, mientras se peinaba por última vez el tupé.
Nos juntamos y, como siempre antes de cada concierto o evento importante, nos dimos un abrazo grupal. Es increíble lo muchísimo que podía ayudar un simple abrazo.
-Somos los mejores, vamos a salir al escenario y vamos a demostrar una vez más que One direction puede con todo. - Nos alentó Liam, con las mismas palabras que decía siempre antes de salir a escena.
-Y vamos a explotar los ovarios de las fans y a mojar sus bragas, no lo olvides. - Dijo Harry, pícaro, con una media sonrisa.
-Bueno, eso también. - Aceptó Liam, con una risa entre dientes.
Deshicimos el abrazo, nos pusimos en nuestros puestos y los asistentes que nos ayudaban antes de salir a escena comprobaron por última vez que los micrófonos estaban bien conectados y que el sonido que manaba a través de nuestros auriculares era bueno.
Apreté el micrófono entre mis manos como si fuese el soporte que me mantenía en pie, respiré profundamente, y cerré los ojos durante un momento, dejándome invadir por los gritos de las fans que estaban ansiosas por vernos salir.
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La música de "Up all night" comenzó a sonar, se cayó el telón negro que nos separaba de las miles de personas del O2 Arena, los gritos aumentaron hasta un volumen incluso un poco doloroso, y comenzó el concierto.
***
{ Julia }
Los gritos de "¡One direction! ¡One direction!" resonaban con fuerza en el O2 Arena de Londres. Las fans, ansiosas y nerviosísimas por ver a sus ídolos, agitaban sus pancartas y gritaban a un volumen cada vez más alto. Miré a Daisy, la cual agarraba mi mano con tanta fuerza que hasta me hacía daño. Le temblaban las manos, movía nerviosamente los pies - todo lo que le permitía el mínimo espacio que nos separaba del resto de fans que se agolpaban a nuestro alrededor - y miraba con desesperación el escenario, sin poder aguantar ni un segundo más la espera. Se notaba su nerviosismo a kilómetros de distancia, y en la presión que ejercía en mi mano.
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A chance to be happy | n. h. |
FanfictionJulia miró una vez más a aquel chico rubio y de ojos azules y de nuevo sintió que se derretía. Se sonrojó a más no poder, por lo que agachó la cabeza, ocultando su rubor. Niall se dio cuenta, y también se ruborizó, aunque intentó que su acompañante...