Capitulo 2 ( Hoy Es Un Buen Dia Lo Presiento)

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Al día siguiente me levante temprano me metí a la ducha y estuve unos quince minutos para luego salir. Me vestí, me peine y baje a desayunar. Mamá ya tenía el desayuno listo y mi padre ya no estaba. De seguro hoy había tenido reunión de gerentes. Me acomode en la silla del comedor y vi como Nickolas cargaba y abrazaba a Sofi antes de sentarse. Mientras, tomaba un gran pedazo de tortilla para llevarlo a mi boca pensaba.

¿Los chicos del equipo de football se bañaran todos juntos como enseñan en las películas?.

—Mía te espero en el auto, trata de avanzar—. Sacudí mi cabeza de un lado a otro para quitar ese pensamiento y asentí. Mi hermano tenía una extraña mirada pero no dijo nada y se fue hacia el auto. Termine el desayuno y camine hasta la entrada de la casa.

Al llegar a la escuela me baje del auto de mi hermano y pude ver que dos o tres amigos lo esperaban frente a las puertas de la gran cárcel.

Steven, Jay, Ryan y Axel.

Eran los mejores amigos de Nicko desde que tengo memoria en especial Jay. Eran chicos fuertes y musculosos ya que iban al gym con Nicko todos los martes, jueves y sábados. Además de que eran todos unos deportistas. Steven era algo alto, cabello castaño, de ojos marrón oscuro y tez morena clara. Jay era de tez blanca, alto, de ojos verdes y cabello rojizo castaño. Ryan era alto también, cabello negro carbón, ojos verdes y tez blanca. Axel era un tanto bajo al lado de los demás pero aún así seguía siendo alto, de pelo color marrón oscuro y ojos color azul claro. Eran todo una tentación, si pensarlos desnudos era pecado estaría muerta. Revolotee los ojos, cerré la puerta del auto de Nickolas y comencé a caminar hacia la entrada del instituto, cuando escuche la voz firme de mi hermano.

—Mía, espera—. Me voltee y lo vi acomodándose el bulto en la espalda, con la paz de siempre. —Hoy será un buen día, lo presiento—. Volví a revolotear los ojos e hice una mueca rara con la boca, me decía eso todos los días desde que llegue aquí. No me deja entrar al instituto sin decirme la frase que convirtió en lema ''hoy será un buen día, lo presiento''.

Seguí dando pasos ligeros como si así los amigos de Nicko me fueran a ver menos, son lo muy sexy ellos pero son algo misteriosos, aveces no los veo por días no se como no reprueban las materias, incluso mi propio hermano. Dieciséis años juntos y aun no lo conocía del todo, era un chico muy misterioso pensaba y sentía que me ocultaba algo. Cuando pase por el lado de los chicos uno de ellos silbo, supuse que era Jay pero no me detuve.

—Ni se te ocurra mirarla— escuche gritar a mi hermano. Al escuchar la voz de Nicko decir eso, apreté los libros a mi pecho y salí corriendo. Parecía que andaba en una carrera para ganar medalla de oro. Escuche como detrás de mi los amigos de mi hermano se reían, seguro estaban pensando que yo era un tanto patética. Apenas eran las siete y veinte de la mañana y no habían muchos estudiantes en el instituto. Procedí a ir al salón y así practicar para un exámen que tendría la semana siguiente. Soy de las chicas que estudia mucho no importando para cuando sea el material. Llegue al salón y estaba completamente desolado solo que en una de las sillas había una mochila.

—De seguro a alguien se le quedo ayer porque aquí no hay nadie, pero de quien sera?—me pregunté a mi misma en voz alta. Llevaba dos meses en este instituto y aun no sabía quién se sentaba en que silla, tras de torpe despistada. Me acerque a la mochila cuando sentí que alguien llegaba, me gire y vi allí a una hermosa chica alta y delgada, cabello rojizo largo y unos grandes ojos color miel, la verdad nunca la había visto. Así de despistada era.

—Hola mi nombre es...—. Ella me interrumpió.

—Mía, eres la hermana de Nickolas— dijo en un suspiro. Revolotee los ojos y me encogí de hombros. No podía decir más ya que todos me conocían por la fama que Nickolas mismo se había creado. Nickolas era un mujeriego, solo que era por una parte muy respetuoso. Le gustaban mucho las chicas y también le gustaba que las chicas se sintieran bien con ellas mismas por lo que les hacía cumplidos.

El Chico Vestido De NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora