Escuche a un pajarito cantar y se escuchaba feliz.
Llego el día.
—Mathew?—. Hoy me levante mas ajorada que nunca y nerviosa por demás. Mathew no estaba en el cuarto y no dejo rastro de el. No pude pedirle un momento con Nickolas, ayer no pude verlo, no se nada de el, no se como esta eso me pone mas nerviosa y ansiosa.
Baje a desayunar y el rostro de mi madre se veía muy bien, se veía feliz.
—Se fue tu migraña, es decir hoy amaneciste bien—. Sofi estaba sentada en la silla de Nickolas y se veía un poco triste. Ella me miro y yo sonreí, aunque por dentro estaba devastada, quería llorar y se me estaba formando un taco en la garganta.
No llores Mia por favor si no te obligare a comer aquella carne apestosa, te la haré comer de castigo si lloras.
—Cuando viene Nicko?—. Sofi pregunto mirándome fijamente a los ojos, como si no quisiera perderse ningún detalle de mi cara. Como si intentara desifrar algo que le dijera que Nickolas si estaba bien. Mi corazón no quería mentirle pero tenia que hacerlo. Es su hermano y lo ama y lo extraña al igual que yo.
—Aamm supongo que mañana ya estará en casa— dije bebiendo un sorbo de mi vaso con jugo de china. Sofi ladeo un poco su cabeza como una tierna cachorra, parecía que no quería entender o lo que yo le había dicho no la había convencido del todo.
—Me llevas a verlo?—. Eso si termino de romper mi corazón porque Nickolas no estaba en casa de Steven y yo ni siquiera sabia como estaba. Ni tan siquiera si de verdad lo volvería a ver.
Reí. —Cariño no veré a Nicko hoy lo siento, saldré con Ryan—. Moví los hombros de lado a lado y sonreí para dar seguridad a lo que estaba diciendo. Mi madre miro a mi padre y luego me miro a mi, sonrió sin ganas, lo note.
Ya eran las ocho de la noche y preparábamos los materiales que pondríamos en unos bultos para que Mike y Jay los pasaran por un camino secreto al centro donde harían la fiesta. El calabozo quedaba a unos pasos de otro gran castillo, pero este se veía muy bien cuidado, supongo que ahí hacían todas las fiestas de caza y sus banquetes de humano. Tome para mi todas las armas que pude.
—Estaré a tu lado, rescataremos a tu hermano y todo volvera a la normalidad—. El gabán gris hacia lucir muy bien el cabello rubio de Rex con su camisa blanca y su lazo azul.
—Gracias Rex, apuesto a que si—. Rex se acerco a mi y dejo un beso en la coronilla de mi cabeza. Sus brazos me rodearon haciendo que mi rostro se hundiera en su pecho. Su olor era suave.
3 horas después
—Están listos?—. Escuchar a Axel preguntar eso me hizo estremecer, Ryan lo noto y tomo mi mano. Y comenzó a hablar en mi cabeza.
—Tu puedes princesa—. Mire su cara por un instante y el sonreía. Ya estábamos listos, tan elegantes como se podía. Al llegar Amber me dio la poción de olivam preparada por su madre una hechicera conocida y poderosa para quitar mi olor a humano. Nuestros antifaces colocados en nuestros rostros hacían juego con nuestros vestidos. Mike y Jay se fueron directo al castillo por afuera y los demás entramos por la puerta que vi en mi sueño.
Nos topamos con lo que menos nos esperábamos, había como una especie de alfombra digital y cada paso que daba un vampiro para entrar el suelo se iluminaba. Ya el olor no era un problema, entrar lo era. Todos se miraron, Ryan a Axel, Axel a mi, yo a Catalina y así.
Como demonios pasare por ahí sin que se den cuenta que soy una simple humana. Rayos harán fiesta con mi cadáver.
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El Chico Vestido De Negro
Vampir-Una noche y un grito en el bosque cambiaron su vida. -Un mundo que penso que no existía. -Guerra, amor, odio, secretos, amigos, una familia. -Un chico se mete en sus sueños. -Un hermano adoptivo y sus 4 amigos. -Lobos, vampiros, angeles, gargolas...