Llego el día de mi primera fiesta por así decirlo, solo había asistido a cumpleaños y a fiestas familiares y los únicos adolescentes siempre eramos yo y Nickolas. Yo sabía que de seguro bebería mucho, me embriagaria y haría el ridículo besando a un desconocido y luego le vomitaría la ropa. Eso es lo que e visto en películas.
Eran ya las siete de la noche y yo me preparaba ansiosa con ganas de probar cada trago que pudiera y mi garganta y mi estomago fueran capaces de soportar. Me sentía rebelde, sentía ser imparable, imparable-mente estúpida pero hoy era el día de dejar de ser esa chiquilla que se escondía detrás de su hermano siendo protegida, hoy ya no mas. Busqué en mi armario mi vestido para hoy. Era un vestido negro manga larga con escote desde mi nuca hasta mi espalda baja acompañado de unos tacones negros. Pelo en ondas y maquillaje sencillo, estaba hermosa que mas podía pedir. Mi hermano se asomo a la puerta y tocó.
—¿Estas lista?—. Me miro con asombro abriendo la boca, me sonroje como casi siempre hacía. Era muy atento conmigo y aunque Nicko era adoptado era el hermano que hubiera deseado.
—Si, estoy lista—. Nickolas estaba mas atractivo que nunca, muy elegante por cierto llevaba un pantalón negro, una camisa blanca manga larga de botones y un lazo que le daba un toque único y especial. Su pantalla en la nariz se notaba a leguas y su sonrisa brillaba más que nunca.
—Estas hermosa— dijo rascando su nuca. Se que se había puesto nervioso se notaba en su rostro. No entro al cuarto el solo se quedo en la puerta y extendió su mano—. ¿Me permites?—me acerqué con una sonrisa y coloqué mi mano encima de la de él.
—Claro— dije. —Tu te vez guapísimo—añadí.
Al llegar a la fiesta pude ver a Amber y a Catalina esperándome ya con sus antifaces puestos y sabía que eran ellas porque me habían dicho exactamente como irían vestidas. Catalina llevaba un vestido rojo largo pegado al cuerpo y Amber uno crema. Decidimos entrar a la fiesta y lo primero que vi fue a un chico sirviendo tragos.
—Chicas espérenme aquí ya vuelvo—. Había mucha gente, rozabas con todo tipo de personas y la música estaba muy fuerte. Podías quedar sordo en una noche, pero la música era muy buena así que no importaba. —¿Hey me das un trago?—grité. El chico estaba de espaldas y se giro hacia a mi cuando me escucho. Al girarse vi que era Axel, no sabía que hacer y volví a congelarme.
Maldita Mía que no tienes auto control.
Pude leer sus labios que decían tratando de pasar el sonido de la música.
—¿Que quieres tomar?— preguntó. Nunca antes había bebido, no sabía que tomar. Ni siquiera estoy segura de saberme el nombre de algún trago.
—Dame lo mas fuerte que tengas— grité. No entendía porque todos me miraban, hasta que me percate de que habían quitado la música mientras yo gritaba. Axel comenzó a reír y vi que con deseo miraba mi cuello. Un escalofrió recorrió mi cuerpo, me di media vuelta y me fui corriendo hacia donde estaban mis amigas que se encontraban con jay y Steven. Jay me vio y rápido me abrazo haciendo que mis pies ya no tocaran el suelo.
—Mía que alegría verte, estas muy hermosa ya me tenias preocupado—.Jay estaba contento de verme se notaba en su voz, yo también lo estaba aunque salíamos a escondidas de mi hermano yo y Jay eramos mejores amigos. El sabía como divertirme y hacerme sentir bien cuando no lo estaba.
—Gracias Jay, tu también estas muy guapo—apreté sus cachetes de felicidad ya que era costumbre en mi. —¿Y mi hermano?— pregunté.
—Debe estar en los cuartos— contestó Steven. Fruncí el entre cejo. No se de que hablaba pero se escucha extraño y sospechoso.
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El Chico Vestido De Negro
Vampir-Una noche y un grito en el bosque cambiaron su vida. -Un mundo que penso que no existía. -Guerra, amor, odio, secretos, amigos, una familia. -Un chico se mete en sus sueños. -Un hermano adoptivo y sus 4 amigos. -Lobos, vampiros, angeles, gargolas...