us and Them.

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Un cálido despertar, con una mañana y ánimos preciosos para atesorarlos, callaba en sus pensamientos el miedo de que lo que recordaba no fuera real, temía por el pero a la vez temía por sus sentimientos, estaba somnoliento y en un lugar que no recordaba, sabanas y colchas del color mas blanco y puro,que te enceguece.

Estaba de espaldas a algo, no quería moverse como para no alterar nada, que todo lo que sentia ahora se quedara inmóvil en sus pensamientos y recuerdos, como fotografías. Sus memorias que tanto atesoraría aunque fuesen un sueño, el ya los veía como "sus" preciados sueños.

Un brazo lo rodeo por la cintura sacándolo de sus pensamientos y haciéndolo reaccionar de manera perpleja, un cálido cuerpo lo acerco para si, en un contacto mas que cálido, sentia el pulso en sus oídos tan cerca, que explotaría en cualquier momento.

Sus manos temblaban cerca de la comisura de sus labios respirando agitadamente por lo bajo y una suave respiración en su nuca, hacían que sus mejillas se tiñeran del rosa mas lindo, su pálido rostro tomaba un color cándido encendido, todo esto no hacia mas que reafirmar que todo lo sucedido era verdad, o solo soñaba despierto... quería creer que era esto ultimo, y sin mas preámbulos decidido a disfrutar de su sueño, se giro con confianza, ya que en "sus" sueños, siempre, el era el Único para el Edgar.

Y como siempre en ellos el lo despertaría con cariñitos en el hombro o en la cabeza y el abriría los ojos con una sonrisa en su rostro porque el seria lo primero que viese al despertar, él solo lo miraría apaciblemente besandole la mejilla con cuidado, pasarían el resto de la mañana juntos como siempre eran en "sus" sueños, pero mira para su sorpresa algo alarmo al mas grande de los dos, su pecho se sentia húmedo miro y tomo con sutileza el mentón del mas pequeño en esa cama, de sus preciosos ojos brotaban lagrimas mientras que su nariz y arco de cupido de su boca se coloreaban de un rojo al unisono que sus mejillas y alrededor de los ojos.

Y es que no creía que todo fuera un sueño y acabase, de la manera en que todo se sentia tan real y que el era el mundo ante los ojos de ese Alfa, lo miro preocupado por quien lloraba. Trató de pensar algo rápido para animarle pero este solo escondió su cara por la vergüenza, no quería que lo viese así, el ante ese tierno gesto lo abrazo en un intento de animarle provocando que este se aferrara más ante el, desnudando sus miedos.

Permanecieron un rato justos, aferrados a sus cuerpos cálidos y apacibles, el joven de pelo castaño y semi liso se había calmado un poco ya.

No quería quedar en evidencia ante su compañero, se alejo un poco secándose las lágrimas que humedecían sus pómulos, se sentó en la cama seguido por el ruliento, este alcanzó su ropa interior poniendo se la y tomando su pelo en un sexy moñito.

El naiko lo miró mientras éste andaba de un luhmgar de la gran habitación a otra, se había vestido con una polera algo suelta y unos pantalones ligeros, este sacó de su armario unas prendas dejándolas en los pies de la cama, se acercó donde se encontraba su espectador dedicándole una dulce sonrisa, a la cuál el joven timido temeroso de responderle.

El mayor no le dió tiempo para pensar ya que le había robado un delicado beso, quedándose así por un momento, el silencio era el mas incómodo ahí de los dos.

El joven trató de hablar pero solo balbuceó cosas inaudibles, el joven sólo trató de pararse rapido para poder vestirse bien y rapido, pero en el peor momento sus piernas le traicionaron, cayó en los brazos del más alto, estos quedaron así por un breve momento una vez que el Edgar lo levanto tomándolo en brazos, el naiko automáticamente lo abrazó por el cuello escondiendo su cabeza en los hombros del <<caballero>>, sonrojado a más no poder.

El Edgar lo cargaba a cuál princesa, lo llevaba al baño, de camino(por cierto corto) el naiko sintió como de su interior escurría algo espeso que caía indecentemente por su trasero y piernas, el naiko se aferró más al Edgar y este viendo por el gran espejo de la pared, como su esperma salía sin ningún pudor, esto provocó una mirada más oscura en el Alfa.

Este solo decidió dejar al naiko en la bañera con cuidado largando el agua, el naiko sentía como el agua escurría de a poco, llenando esa bañera grande, vió volver aparecer al Edgar con unas prendas de ropas, las anteriores, y con una toallas, 2 para ser más exactos.

El naiko se preguntó inocente el porque de las dos toallas, pero el Edgar le respondió el porque con su desvestir, dejando en evidencia su cuidado torso y abdomen, luego de esto se despojó de lo inferior dejando ver su virilidad, sin ningún tapujo se metió junto al naiko, quien estaba atónito, este se posicionó detras de el rodeándolo con su brazos y apollando su cabeza en el hombro del avergonzado naiko.

El naiko estaba flipando en colores y estaba muy rojo, estuvieron en esa posición un buen momento esperando que la tina de llenara de una vez con agua tibia, el naiko estaba inmóvil sin decir nada hasta que sintió como las manos del contrario descendían a sus parte bajas.

El naiko miro la translucida agua y vio como el Edgar limpiaba su interior, el solo se sonrojo más y se aferró a su brazo, el sentirlo dentro le llenaron de recuerdos de la noche anterior.

Recordó lo pasado en el carrete y luego lo pasado en ese depto. Ahora estaban en el departamento del Edgar, ambos ahí solos, en el cuarto de baño, juntos en la bañera.

Él cuidándolo cómo su alfa y el ahí tan sumiso ante él, no pudo evitar desorientarse y sentir cómo el calor le subía de a poco dejándolo jadeante en busca de los labios del mayor, el Edgar recibió con cariño aquél beso.

Mientras hacía allí abajo un trabajo de placer para el menor, sus manos masturbaban y daban placer atendiendo ambas parte mientras el pequeño por falta de aire jadeaba en el cuello del mayor.

Este trató de mantener la calma para no atacarlo de nuevo, manteniéndose así a raya. (Con mucha dificultad, eso si) El naiko estaba en su punto límite llegando al clímax, dejando libré millones de microsensaciones en su cuerpo.

Tiritó un poco desplomado en el cuerpo del otro, el Edgar descansaba en el hombro del naiko abrazándolo aferrado a su cuerpo, el naiko estaba casado y agotado pero a la vez relajado, escuchó algo por lo bajo...

<<Te amo... >>

El naiko no sabía si sus emociones lo engañaban o no, pero quería pensar que era verdad, pero en ese momento sus ojos se hacian pesados y sentia como se desvanecía.

El Edgar termino de lavar a ambos cuerpos cargo al pequeño y seco de el, delicadamente le vistió y lo recostó.

Una vez más cerca de el, en su oido dijo unas palabras inaudibles, dejándole una marca de beso en su mejilla.

 Ω∑εの∂verseツ~ Jainicø&Ędnaikø Donde viven las historias. Descúbrelo ahora