- Tú... ¿por qué?- el joven de barbas atrapado al joven que había intentado escapar de el durante toda la jornada, su respiración y sudor lo delataban, temía por ese momento, como si lo hubiese esperado toda su vida, en ese corto momento pareciera que así fuese, temía por el...
...
Ya era hora de la cena y su garganta no soportaba la tensión, el hombre que tenía a su lado se desenvolvía sin importuno, toda su desplante en gestos y dóciles palabras cabellosas, hacían del una buena impresión, en ese momento el era el único que parecía nervioso, su madre con la mirada lo examinaba a ratos buscando alguna clase de señal por parte de su nervioso hijo, pero nada... Ni la más mínima de ellas lo podrían salvar del calvario de ese momento.
Algo, en lo más mínimo... Que confirmara sus sospechas...
Su padre tomaba la copa de vino en resplandor extasiado con la descomunal impresión plasmada en su inconciente de aquel perfecto joven, ¿quién más perfecto que para su hijo?
La comida ya era servida por los asistentes, en un armado desfile, posando con exelencia el servicio y platos para paladares finos, el ambiente denso para ambos chicos hacian el acto más importante de la escena, una perfecta actuación que demostraba de cada uno lo mejor que caía en gracia para el resto.
Verlos juntos era perfecto en sí, era como si el jóven ya trajese consigo el amargo olor de marca, como diciéndole al resto que era suyo, como si así fuera siempre, siempre una similitud en sus aromas, en los dos ambos tenían parte del otro.
En uno un sutil aroma que pareciese que fuese propio, pero no, y en el otro chico era mas potente, pero ni manera de saberlo... La cabeza de la madre intentaba armar cabos y enlazar hechos, pero solo conspiraba, ¿paranoia? Tal vez, puede ser...
Los padres del joven Alfa no podian sentirse mas orgullosos por su trabajo como educadores, aunque solo fuese parte de la gran obra de ellos, el naiko en toda la jornada no había emitido casi ningún sonido alguno, solo escuchaba sumiso como debía ser, pero eso no quitaba que se expresase en algún momento...
Hasta que llegó el momento donde le preguntaron su opinion respecto a un tema, no sabía muy bien que responder porque no estaba prestando atención... Su cabeza estaba en Marte.
Soñaba con el instante de que todo acabase.
- Hijo... Entonces ¿que piensas de la propuesta? Del departamento... - dijo su padre en un intento de reconectarlo a ese ahora.
Solo abrió los ojos en sorpresa muy ensimismado miro a lo demas y sintió sus miradas espectantes en él, incluso se dio cuenta de su entorno, los comensales al rededor parecían bastantes atentos y también parecían algunos interesados en su respuesta.
- Yo yo... Señor- Dime padre hijo pronto serás parte de nuestra familia, no seas tan formal - Nicolas levantó su cabeza y trago resignado.
Me parece fatal- Me parece adecuado ya que es costumbre que... (Jovenes chicos comprometidos en un arreglo en común) luego del compromiso se conviva por el bien en común - había sonado tal como su padre esperaba de él, el no era si mismo, solo era un muñeco movido por los encaprichados hilos del destino.
No encontraba la hora de que todo terminará, estaban todos satisfechos y complacidos ¿qué más querían de el que ya no hallan tomado?
Su mente quedo en blanco y no reaccionó si no hasta qué alguién lo interrogaba y comenzaba a desesperar por respuestas.
Levantó la vista y se vió acorralado entre una persona que conocía lo suficiente y la fría pared de cerámica, vaciló en gesto y solo tartamudeaba incoherencias, no estaba seguro de donde estaba y solo podía sentir presión, pero unos labios presionaron contra los del y todo se detuvo, fue exploratorio, un intento de respuestas ya que sabía que no diría nada a menos que...
Con lentitud tomo su mano uniéndolas y levantándola hasta por encima de su cabeza, se limitó a ver sus ojos que parecían regresar memorias que parecían dormidas pero al tacto florecían en interminables sensaciones que le hacian olvidar todos sus cuestionamientos miedos e inseguridades... Nicolás solo respondía al besó con lentitud y paciencia, sabía que en ambos despertaba las razones del porque el cosmos se encamprichaba con ambos, era como sí estuviera predestinado.
El beso se intensificó despertando algo mas que memorias, un fuego que ambos poseían y al estar juntos era como aventarles gasolina, todo empezaba a incendiarse alrededor, lo sofocaban. Sintió como su contrarió presionaba mas en él y tomaba y levantaba su muslo a la altura de su cadera, y lo sujetaba a cuál koala y sus abrazos tomaban del otro el equilibrio que le había arrebatado recién, presionaba sus partes bajas y gemía dulce, en éxtasis, le respiraba profundo y cansado en el cuello y él tomaba pequeñas bocanas de aire que sus pulmones le pedían.
Habían tocado en la puerta del baño, le había puesto pestillo pero ya había pasado mucho tiempo dentro de aquel lugar húmedo y falto de luz, lo besó por ultima vez para luego acomodar sus ropas, Nicolás respiro y dió un respingon, sus mejillas se arrebolaron en extremo y tapó su rostro con sus manos, luego de todo eso tan atrevido se avergonzaba; el Edgar lo miró tierno, pero aún flipaba en colores, la persona que amaba sería su esposa* y madre* de sus hijos. Y es que no era para menos su felicidad, vaya que la vida daba unas vueltas medias raras pero luego de todo eso de datos y azar, las coincidencias le empezaban a agradar y nunca era tarde para comenzar de nuevo.
Esa gran idea se le vino a la mente, repentino fue su saludo y la sorpresa del naiko al verle sujetar su mano.
- Hola, mucho gusto mi nombre es Edgar y es un real placer conocerle - dijo inclinado caballerosamente, esperaba con una seductora sonrisa esperando que le siguiera el juego.
Naikolas miró extraño y divertido, no valía la pena a esas alturas del partido estar serio ni menos, sonrió y en gesto de drama respondió.
- Qué atrevido es usted señor, soy Nicolás y creo que de aquí en adelante no dejare de cruzarmelo- eso ultimo lo dijo con un tono de deje en la mirada desafiante y juguetona. No podía dejar de sonreír, aunque lo disimulara.
- Es un placer, Edgar espero llevarnos bién- dijo esto ultimo cerca de su oído.
Otra vez tocaron la maldita puerta, salieron del baño vuelta con ellos quienes eran su familia. Y a su nueva realidad compartida.
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Ω∑εの∂verseツ~ Jainicø&Ędnaikø
General Fiction¨En el mundo actual en el que vivimos aún esta esta maldita jerarquía que queda latente, es un alivio pensar que algunas cosas han cambiado pero aún queda mucho por ser libres de ataduras sociales predispuestas, gracias a esto puedo estudiar y trat...