Forever.

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Laura lo vio llorar sentado en el sillón, en camisa y bóxers caminaba con comoleta libertad en la casa con dos alfas, el no lo hacia con malicia o con picardia,  solo que no era conciente de lo peligroso que podia ser para él.

Tragó saliva de manera pesada, naiko la vió asomarse a la cocina por un vaso de agua y camino lento hasta ella.

-Laura,  podemos hablar? - lo escuchó un poco triston, - quiesiera saber...  Un poco más de ustedes los alfas,  qué me explicaras algunas cosas que no logro entender. - terminó mirando la punta de sus pies descalzos muy avergonzado,  la jóven un poco más alta que el,  levantó su cabeza sujetando su mentón y lo vió con los ojitos hinchados y con media sonrisa algo nerviosa, lo soltó despacio y asintió.

Ambos se sentaron a dialogar,  ella lo escuchaba claro y respondía lo que el quería saber,  ella asentía y logró al fin, comprender lo que le ocurría.

-Mira,  naiko jeje deja que te aconseje algo,  a veces muy raras ocaciones los alfas no tienen ganas de... Bueno,  de algunas cosas con su pareja, -( no sabia porque le hablaba como si fuera un pequeño niño)- y...  Bueno,  como aveces el omega no quiere el alfa también. Y eso no significa que lo deje de querer o tenga a otra persona,  porque cuando un alfa escoge a su pareja es para toda la vida. - le dijo con una sonrisa bondadosa,  quería hacerlo sentir bien,  quería que sonriera,  como la primera vez que lo vió,  pero naiko sabía qué ellos no se escogieron mutuamente si no qué fue por la tradicional familia del eddie, y la suya por supuesto,  pero eso lo hacía sentir peor, Laura recordó eso, y se pego en la frente por meter la pata... 

Al naiko le había hecho bién hablar con ella, y logro cimprender un poco más a los alfas en cierto sentido,  a Laura le sorprendió que un omega como él quisiera saber más sobre los alfas,  solo por el amor que le tenía al edgar, - vaya que algunos si que eran afortunados.- se decía con una sonrisa.

Al otro día,  el naiko se propuso seguir con lo que le faltaba organizar,  Laura como no tenía nada que hacer, lo ayudó,  mientras que el edgar asistía a clases y tomaba notas para su querido. Ellos ordenaban unas cosas en la pieza, de repente cuando ordeban unos libros algo viejos,  de uno de llos cayó una foto,  algo vieja por lo cierto y Laura la recogió,  al mirarla no tan bien,  la iba a guardar cuando se detuvo a mirarla de nuevo y vió al edgar cuando pequeño con otro niño jugando bajo un árbol,  ella abrio los ojos de forma exagerada por su asombro,  el naiko le llamó la atención su reacción y le preguntó que había visto.

-Naiko,  este de aquí eres tú cierto? -dijo algo seca,  señalando la foto un poco tiritona. El vió la foto y con nostalgia contestó.

- Esa foto... Sí soy yo jugando con un niño,  la foto la tomo mi lala,  no me acordaba que la tenía acá- dijo felíz.

Ella callada por la impresión no lo creía aún,  el naiko busco en el mismo libro y saco una rosa blanca aplastada y seca, y la vió muy tierno.

- ¿Te cuento un secreto? - le dijo por lo bajo y jugueton,  ella asintió y se agacho un poco para que le dijiera.
-ya,  pero no le digas al edgar, -ella volvió asentir - ese muchacho fue mi primer amigo y amor y antes de que me fuera me regaló esta rosa... -  el se alejó un poco y Laura lo miro boquiabierta,  río con el y siguieron ordenando. 

Ella no lo podía creer,  ¿desde pequeños se conocian? El era aquella muchachita?  Resulto ser un lindo niño jsjs. Cuando jugaban los tres de pequeños...  Fueron los mejores días de verano.

El edgar había llegado con un ramo de flores había sido un día agotador pero él aún tenía la esperanza de que su pequeño le perdonará, lo esperaron con la comida lista. El camino a la cocina y en el comedor se sentó para que le sirvieran, el naiko con la Laura comían y conversaban entre ellos Edgar contó un poco cómo le había ido a su día y Laura conversaba con él naiko aunque seguía un poco molesto por lo de la noche pasada pero nada que no se pudiese reconciliar. Terminaron de comer y el naiko quedó de ordenar,  estaba ahí solo en la cocina y Laura acababa de salir,  era sábado por la noche y esta era joven.

El egdar aprovechó su primer sábado juntos y caminó con el ramo de rosas escondido en la espalda sorprendiendo al naiko por detrás, le enseño las flores y ceca del oído dijo: Perdóname cariño,  ya averigüe bien y yo estaba en un fatalicimo error. Y esta noche quiero remediarlos todos. -

Acabó  dándole un beso por el cuello que se encaminaba hasta su boca.

El naiko se volteo y lo abrazo enganchandose de su cuello,  solo jugó entre besos y coquetos naturales,  deseba tanto que lo poseyera,  en cuerpo y alma... 

Recordaba sólo en sueños como había sido su primera vez, no recordaba exáctamente por culpa del alcohol de ese momento,  pero siempre trataba de imaginarselo, y resultado de eso era llevado por el en su vientre y no había cosa que lo hiciera más felíz en el mundo. Se notaba más tranquilo con respectos a otros alfas,  pero perdía todo los estribos con el edgar,  todo ese fuego que le desataba, incontrolable que le quemaba,  encendido en combustión lenta constante,  el suspenso en cada caricia, un desvelo de sensaciones electricas recorriendoles todo el cuerpo y cada uno sintiendo en lo más profundo el amor qué los mantenía a flote,  y que al momento de verse las caras les quemaba por el otro.

No sabría como explicarles como llegaron a la cama,  todo fue tan rapido y fogoso que me da un poco de pena relatar...

Pero el ambiente asfixiante, todo definitivamente, todo era calor,  el edgar entre tanto se detenía a observar al menor que sin pudor trataba de invitarlo a seguir,  y es que le provocaba tanta ternura y tanta calentura.

No sabía en que lugar exacto las pocas prendas que quedaban fueron a parar,  solo a quedar en el olvidó por esta noche.

La mirada sobrecargada del más alto no se detenía por nada del mundo,  su hijo ya no era excusa,  se preguntaba porque no lo hicieron antes incluso si no sabía...  Pero que más daba...
Lo importante era que el mas pequeño se esforzaba por satisfacerlo y claro que lo hizo,  el Edgar no paraba de gruñir por lo bajo y marcarle el ritmo sujetando sus lacios y finos pelos, el más pequeño no paraba se secretar slick,  humedo y preparado a más no poder,  quería tenerlo dentro ya!!

El alfa lo apartó brusco,  un poco más y se hubiera atragantado,  el pobre levantó su  vista al rostro del mayor y este le sujetó del mentón para besarle,  pero el mas bajo se apartó,  se sentía sucio,  pero este no logró comprenderlo en su totalidad,  un poco molesto y autoritario,  logro que el joven sumiso ante sus ordenes quedase a la vista sin ningún tipo de vergüenza, expuesto ante él sin ningún pudor aunque se moría por dentro al alfa no le importó.

Comenzó a observarlo, literal se lo comía con la mirada, no obstante retrocedió un poco para acomodarse entre sus entrepiernas y poder levantar la parte inferior del naiko,  quedo en una extraña posición,  pero el Edgar sostenía sus caderas cerca de su rostro, tenía todo el sexo de su amante ante él y vió ese delicado agujerito color rosa que no paraba de contraerse, humedo a más no poder emanaba un olor espectacular para su deleite,  vaya que estaba prendido. Continuó dan de le caricias y besos hasta introdujo su lengua,  cosa que prendió al más pequeño logrando soltar una gran cantidad de líquido preseminal, editado a más no poder,  naiko sujeto sus piernas para darle libre acceso al mayor y pudiera introducir toda su virilidad dentro de su estrecha cavidad, su interior ardía y sentía que se derretiría y es que no era para menos,  todo era sudor y vapor que emanaba de sus cuerpos en exquicitas fragancias seductoras para ellos.

El Edgar inició con pequeñas embestidas que al naiko le hacían perder la cabeza,  no podía aguantar,  cogió las caderas del mas alto y las empujaba contra sí para un ritmo más marcado y rápido,  el Edgar le dió en el gusto y siguió,  logro tocar ese punto que le volvió loco.
Gemía con ganas y de manera erótica, la falta de aliento para ambos,  le hacía un respirar costoso al Edgar y un gemir desesperado por el naiko.

El Edgar se acomodo de manera que el naiko le montara a gusto,  y el disfrutaba aquellas vistas sin dejar de sudar.

Y es que no podía creer,  que una personita tan linda tan tierna que provocaba en ti un sentimiento paternal,  fuera tan erótica y sexy,  era un mal momento para tender a comparar,  pero si no lo hacía no podría valorar lo suertudo que era al poseer a alguién como el naiko.

Un poco distraído,  sintió como el naiko apretaba su miembro dentro de el,  quería sentirlo dentro,  bien adentro,  y logrando llegar al punto culmine, logro lo que quería, que se viniese dentro del. 

Cayó rendido en el pecho del Edgar,  mas que satisfecho, pero ohh no. Si pesó que se había acabado eso estaba recién por comenzar...  Era una larga noche y esta era muy Joven...

 Ω∑εの∂verseツ~ Jainicø&Ędnaikø Donde viven las historias. Descúbrelo ahora