Ω∑εの∂verseツ~ Jainicø&Ędnaikø

~T r a i n i n g W h e e l s~

Un més desde que por vez primera ambos conocieron sus cuerpos en la intimidad, se encontraban el la casa del los padres del Alfa y la que era también la de los padres del Omega.

El jóven por ser su primera vez cayó con la suerte de no haber quedado esperando un babe,  pero desde qué lo confirmo sus ansias por ser "madre" crecieron en él como flores cada vez más grande, pero no sabía que esta venían con espinas...

Se encontraban tomando té con la madre del jóven, hablando casual, la señora hablaba y expresaba con cada palabra lo tanto que querían nietos, Nicolás escuchaba animado pero en silencio ante su pareja,  estaba atento a sus reacciones y a lo reacio que era con el tema,  solo escuchaba serio,  tal vez no quería hijos de él,  fue algo que le deprimió como si estuviera en un sube y baja de emociones.

No sabía que era lo que sucedía con el,  pero no podía continuar de así,  tan sensible, oyó como la mujer preocupada tomaba su mano,  Jaime toco su hombro con cariño y sintió el roce de su mano en su mejilla,  unas lagrimas habían caído de manera súbita.

Un poco avergonzado se limpió de manera delicada y sonrió con un deje de lastima,  no podía creer qué todo lo que podía afectar y lo suceptible que ertaba.

Jaime se preocupo a su manera;  actuando como si no le importace pero estando intranquilo todo el fucking tiempo, pensando que le estaba pasando a su lindo negro. Pero claro estaba, ambos estaban al pendiente del otro.

Pasó el rato y su padre acababa de llegar,  un poco atrasado por su compromiso familiar,  que el mismo había planeado,  el trabajo otra vez lo había mantenido muy acupado,  pero no quería faltar, dejando la constructora en buenas manos.

Fué a saludar a su mujer quién sonreía dulce ante la presencia de la família,  sólo faltaba alguién,  su hijo menor Juan Nicanor Navarro, hermano de Jaime, hace mucho tiempo que no lo veía por el intercambio qie extendió por un par de años en Amsterdam,  resultó que esa reunión por parte de su padre la cuál había organizado fue porqué hoy su hijo alfin llegaría,  no tenían mas que postales y fotos del.

Cuando tocaron la puerta,  la nana fué a abrir dejando pasar un joven alto de anchos hombros y armonioso rostro, un poco de barba en el mentón le hacía aparentar mas edad que la de su hermano,  pero nó,  solo era el hermanito menor del Jaime, eso fué lo que pensó Nicolás al enterarse de que venía,  pero no fue justamente lo que sintió cuando lo vió,  sus pupilas se dilataron deleitandose, en un fuerte estupor ante su propia reacción,  inquieto mordisqueo su uña, ansioso por saludarlo,  no sabía porqué su nerviosismo,  pero tenía un aroma similar al del Jaime, osea eran hermanos y obvio qué  había diferencias pero para Nicolás el aroma de aquel jóven era muy seductor, sobrepasandolo un poco hasta el punto de desfallecer.

En un pequeño lapsus de tiempo en el momento de saludarlo se había sentado de forma esporádica,  levantándose de inmediato para poder corresponderle con animosidad.

El jóven sonrió sincero y complacido,  con caballerosidad,  tomó la mano del jóven moreno depositando un delicado beso,  este gesto de tal caballerosidad fue tomado de buena manera por casí todos ahí presentes,  menos por el Jaime,  quien sé sintió incómodo con aquello,  tragándose su mal estar,  volvió donde su hermano para tomarle del hombro y ponerse en camino para rememorar tantas cosas.

Suscitó en el tantas cosas,  verle después de tanto tiempo,  no había cambiado nada,  seguía siendo un lindo y pequeño moreno que solía jugar con el cuando su hermano no disponía de tiempo, verle ahí le provocaron nuevas ganas de hacerlo suyo,  tanto tiempo estubo fuera que pareciera que no sé había enterado de que su amor de infancia estaba algún casadocon su hermano mayor.

Cuando Jaime le contó tan normal y sin ningun ánimo, sintió que algo se deshacía en su interior,  pero recuperando su compostura de apoco y es que poco y nada le ayudó porque al verle de nuevo tan lindo,  pareciera que todo lo que había pensado de dejarlo se hacían nada...  Antes sus ganas de tenerlo para él.

....

Cenaron, una armoniosa comida familiar,  donde se tocaban diversos temas como de negocios y familiares,  rememorando partes del pasado,  olvidados recuerdos cargados de pesadas emociones,  alojados en algún rincón de sus memorias,  Los hermanos en silencio pensativos respecto a alguién en común,  Nicolás.
Muy poco tiempo, pero tanto pensando en el,  Juan estaba decidido a acercarse a él.