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Nuestros chicos estaban comiendo su almuerzo en la cafetería de la universidad, había un chico muy tenso y rojo, muy avergonzado... era por aquello que había pasado recién. Sus movimientos eran torpes y temblorosos.

Sentir al Edgar en contacto con su piel y sobre todo en esa área tan erógena en él, era el mismo infierno de sus sueños hecho realidad y latente en él, sumándole su celo que peligrosamente tenia y que gracias a sus pastillas inhibidoras camuflaba su aroma tentador y le permitía estar de "pie" durante esos días", pero eso no significaba que no estuviese exento de sentir cosas, sobre todo por lo vulnerable que era normalmente.

Esa tarde era de trabajos en grupo por la clase de derecho constitucional, se juntarían en casa del Alfa, nuestro querido Naiko se había olvidado, luego de un rato de espera, llegan dos compañeras y un compañero, faltaba el Jaime, seguramente iría mas tarde.

El Naiko miraba raro por el aparecer tan repentino de sus compañeros, parecía no entender porque hablaban tan confianzudos con el Edgar, sobre todo esa muchacha pelinegra, que miraba por debajo al niako, que ante su olfato de Omega ella era una igualmente, pero para ella él era un simple beta recesivo, esto le choco se sobremanera, le dieron unas ganas enormes de dejarla en su lugar, de decirle en la cara lo importante que era... de repente se dio cuenta de su subida de ego, solo por que era "especial" entre los omegas y muy valioso para los Alafas. Otra vez restándose importancia, el era muy superior por encima de esa engreída omega común, que aparte no paraba de restregarse en el Edgar como si tratara de seducirlo a la mala, el naiko quedo en blanco, oh vaya, si que era mas que esa simple putita, se lo mostraría, la dejaría en su lugar...

El Naiko volvió a la realidad y esta vez decidido, no se dejaría pasar a llevar, aparte el Edgar lo había reclamado... ahí fue en el momento exacto que de dio cuenta en el punto en que estaba... era propiedad de él. Así que como tal, tenia derecho a. Se removió inquieto en su asiento e hizo notar su incomodad al respecto de la chica, el Eddie de manera inmediata noto el estado anímico del joven a través de su aroma, tomo a la joven del hombro, viendo en todo momento al naiko a los ojos, este solo abría sus ojos poco a poco por la impresión, la chica creía que la abrazaría de manera que de aferro por su cintura pero un tirón se lo impidió y quedo estática, el naiko helado y el edgar como si nada levantándose sin tomar en cuenta a la joven omega insinuante que estaba roja de la ira.

El naiko estaba feliz juraría que tenia una gran sonrisa oculta, se dio cuenta de inmediato de su maldad, pero es que no lo podía evitar, andaba es su celo y las pastillas solo lo reprimían hasta cierto punto y camuflaban su aroma tan fuerte, que de momentos algunos Alfas se daban cuenta, pero quedaban confundidos por aquel aroma a Beta que camuflaba fuertemente el de omega en celo.

Los chicos al final decidieron ir a la casa del magnate eddiemcflah, tomaron el transporte publico, en el trayecto el naiko se dio cuenta de que la joven Omega no se daría por vencida tan fácilmente, se acerco peligrosamente al edgar quien este no ponía ninguna resistencia, era una fémina omega por dios ¿qué alfa se resistiría?... se decía el naiko quien iba del otro otro lado del edgar, el naiko se concentro en el aroma del edgar quien lo encendió de manera rápida, parecía que su cuerpo tuviera combustión espontanea, mientras que la chica del otro lado intentaba coquetearle a través de palabras provocativas, el edgar no podía seguir bien la charla porque un perfume dulzón apareció de manera rápida que lo atrapaba, era del niako quien tenia al lado que lo provocaba a través de su aroma.

El edgar sentía que su entrepierna le inquietaba, y sabia de quien era la culpa, el niako estaba tan concentrado en ese aroma que le dio de lleno a la realidad, el mas alto incremento su fuerte y embriagador olor, que le volvió a mareos al mas bajito, este no creyó poder, su transpiración se volvió helada y su vista se apagaba de apoco, se desvaneció haciéndole peso al edgar quien lo sujeto de manera inmediata, escuchaba su nombre por sus compañeros, pero no podía responder ni siquiera moverse, solo tenia la cara roja y ardía, el edgar solo lo pudo llevar y no supo mas.

Hasta que despertó de apoco, mirando un cielo completamente blanco, escucho la suave voz de alguien probablemente mayor, vio a una persona en camisa algo canosa de cabello claro, quien tenia un maletín y un estetoscopio que le colgaba por el cuello, el edgar estaba en el sitial que se ubicaba en una esquina de la gran habitación, expectante y atento a los chequeos de su padre, que por cierto era Medico, le había revisado la visión y la boca, le tomo la temperatura y era cierto tenia un poco de calentura.

El eddie se había cambiado de ropa y recogido el pelo, llevaba sus lentes una polera negra y unos pantalones de chándal con una deportivas, simplemente un deleite para los ojos del naiko que por cierto recién se había dado cuenta de que no tenia la ropa que se había puesto en la mañana y llevaba unas diferentes, cuando el aroma llego a sus fosas nasales un rojo furioso le tiño el rostro.

El edgar parecía atento a las indicaciones de su padre quien le recomendaba que se quedara a pasar la noche ya que era bastante tarde y en las condiciones en las que estaba era lo mejor, pero el naiko al escuchar aquello se desespero e intento levantarse con la escusa para ir a su casa, pero sus piernas le traicionaron haciéndolo caer en los brazos del hombre algo mayor, este solo no hizo mas que reafirmar la sentencia del doc. el edgar se levanto de inmediato a verlo como estaba pero verlo en sus ropas sin nada debajo mas que SU ropa interior lo quebranto un poco y su fingida cordura y tranquilidad se veían afectadas, su compostura quebró un poco desorientandolo.

El naiko estaba un poco mal, por eso no se daba cuenta de lo provocativo que estaba siendo, en una familia de Alfas obviamente se vería afectada, el edgar se dio cuenta, su padre quedo mirándole un poco tentativo, esto le reafirmaba que no era el único, ya con lo que había pasado en la cafetería con ese par de chicos populares que ni en su vida se habían fijado en el niako, justo hoy era la razón su aroma era el que los inquietaba.

El edgar salio como pudo de la habitación llamando a su padre con el, el titubeante fue detrás la llamada su su hijo. El naiko quedo muy avergonzado por lo que había pasado se tapo hasta arriba y espero hasta que escucho la puerta abría lentamente, era el edgar, lo notaba por su aroma tan fuerte y característico del.

Se destapo lentamente cuando sintió que se sentaban en la cama en el costado, el edgar lo termino de descubrir por completo, dejando en evidencia su rostro de vergüenza, de inmediato y de forma inesperada el niako salto a abrazarlo, tenia miedo y no sabia porqué, el edgar solo lo rodeo incorporándose junto a el, sintiendo su aroma tan excitante de alguna manera...

- Gracias edgar... perdón, perdón por todo esto...- decía el naiko aferrándose más. La mirada del edgar cada vez se apagaba cada vez más y lo que se venia venir... un cuerpo aprisiono al mas pequeño, que recién venia a dar cuenta en la situación en la que estaba, miraba al edgar quien tenia la mirada oscura y un mirar corrompido por las dudas. Miraba confundido al naiko quien tenia el rostro de sorpresa al estar debajo de el, el edgar con dificultad en en sus rígidos movimientos olfateaba al mas pequeño, indefenso, que no hacia mas que removerse inquieto, su nariz se restregaba por encima de aquella blanca polera, como su piel, tan suave y pálida, juraba que podía sentir su piel por debajo de la polera, el naiko estaba asustado, no sabia que hacer, y no paraba de decir -para edgar...- este no hacia mas que descolocarse aun mas, estaba haciendo un esfuerzo tremendo por no besarle de manera violenta, pero es que ese aroma...

Se acerco a su cuello besándolo de apoco, el niako estaba temblando y rojo a mas no poder, su entrepierna estaba completamente húmeda y el edgar soltó.

- Como quieres que pare?... si estas con este aroma tan seductivo, pidiendo a gritos que te follen?- soltó con dificultad, rosando con su agitada respiración en su cuello... era verdad, el naiko estaba efervescente, muy deseoso.

- Edgar...- solto con en un hilo de voz claramente quebrada, estaba asustado, tomaba fuertemente la polera del edgar, el eddie se daba cuenta de lo asustado que estaba, este se dio cuenta de lo que hacia y se alejo, lo miro desde la distancia, tan sensual, que si no salia de allí juraba que lo violaría.

El Edgar con dificultad se levanto le deseo buenas noches y se fue de manera rápida, el naiko estaba ahí tirado, sobe la cama con el aroma del otro, húmedo hasta mas no poder y muy caliente. No sabia si era por la fiebre o no pero cada parte de su cuerpo ardía.

y no era el único en apuros, del otro lado estaba un apuesto muchacho con un problema entre las piernas. Con su mano en el rostro horrorizado por la peligrosa situación, no le restaba lo excitado que estaba.

 Ω∑εの∂verseツ~ Jainicø&Ędnaikø Donde viven las historias. Descúbrelo ahora