Juan y Nicolás se llevaban de maravilla y se notaba que ambos eran muy amigables el uno con el otro y Jaime más que cualquier otra persona lo "notaba", se sentía incomodo con respecto a su hermano, no le gustaba nada lo que sucedía entre ellos, tenía que admitir que su hermano chico era todo un 'galán', el problema era que no le gustaba que lo fuese con su esposa*.
Por el contrarió Nicolás estaba muy a gusto y no parecía notar la incomodidad que provocaba en su marido, Jaime estaba en todo momento con su mirada clavada en ese par tan amigable a sus ojos, pero para el resto del mundo común, era solo "normal".
No es que Jaime estuviese conspirando ya y que fuese un demente pero vamos, no podía estar equivocado y no lo estaba, su lindo y apuesto hermano menor hacía de las suyas camuflando sus dobles intenciones con lindos gestos amigables y concentrando sus feromonas para el lindo moreno, una jugada baja y sucia, pero entre caballeros cada movimiento valía.
Jaime cansado de ver como ambos conversaban, llamó a Nicolás, basta ya del show, el es su pareja y le dejaría bien claro de qué Nicolás era suyo.
El menor sin titubeo se levantó y camino hasta Jaime el extendió su mano y jaló de Nicolás contra suya, dejando al moreno con todo el calor concentrado en sus mejillas.
Sentado en su regazo de manera extraña e incomoda, la madre se tapo la cara en signo de vergüenza y su padre rió de manera hilarante, juan solo observó en silencio y ladeo la cabeza con una sonrisa desganada.Las acaricias de Jaime pudieron más que el tino y reserva de compostura de Nicolás cayendo rendido ante los mimos de su pareja.
Estuvieron un rato en silencio un tanto incómodo, por la parejita tan cariñosa, venía llegando el padre de Nicolás, que para ser honestos el caballero parecía mas su hermano que su padre, una de las ventajas de ser omega.
El señor, padre de Jaime, se levanto a recibir a su antiguo amigo, abrazándolo gustoso, luego de saludar a la madre de este, la mujer (humana común) le dedicó una sonrisa tierna a su hijo quién de apoco de separaba de Jaime, su padre solo lo miraba un poco extrañado, no es qué fuera reservado o cuatico con las demostraciones de cariño en público, pero era un poco raro verles así ya que hace no tanto tiempo ambos casi ni se hablaban, ahora así de cariñosos significaba una sola cosa, ya habían cruzado la línea, y eso estaba bien, osea no estaban haciendo nada malo, ya estaban casados, aún no celebraban la boda pero legalmente estaban casados, pero a pesar de eso tan importante, Nicolás siempre tubo esa impresión rara de su padre, como que tuviera algo en contra de qué ambos se relacionasen más allá de los simples besos y toqueteos, es que pareciera que no quisiera que su hijo tuviera relaciones con el Jaime, y era ya algo evidente y no eran simples ralladuras de el, creía que estaba loco por pensar de que la razón de que Jaime no quisiera tener relaciones con el se debiera a su padre, eso si era loco ¿qué tenía que ver una cosa con la otra?
Nicolás dejo de darle vueltas a esa idea qué se le cruzó, sabe quién llegó a eso, y siguió la realidad de ahora, ellos conversaban tranquilos de la vida como la familia feliz qué eran, reían, conversaban animosamente, picoteaban algo y tomaban té, toda una reunión cordial.
Ya era hora de irse y Nicolás conversaba con la mujer que desde pequeño fue su madre, a un que no fuera hijo biológico de ella, el la sentía como si fuera uno y era así, su padre desde hace rato que se mostraba un tanto inquieto, vio que tenía la intención de hablar con él, pero cuando Nicolás le prestó atención el padre de jaime se lo llevó con él al despacho, como había cambiado su rostro...Jaime siguió hablando con su hermano y madre quiénes discutían de algún recuerdo de pequeños Juan siempre andaba a las faldas de Nicolás y que nunca los dejaba jugar tranquilos hasta ya grande, algo adolescente, donde se ponía pretencioso y algo meloso.
- Y aún así sabiendo qué Nicolás lo habían fijado como mi pareja tu aún seguías persiguiéndolo... Increíble mamá, te lo prometo el Juan siempre detrás de él... - decía el jaime sonriendo por recordar esos tiempos pero un poco preocupado por su hermano y Nicolás.
- Y bueno, hijo ni pensar en la edad cuando le llegó su etapa alfatica cada semana un chiquilla direfente hombre, hasta unos chicocos oye que lo seguían, pero nunca se interesó tanto por alguna de ellas, ñatito sabes? Este chiquillo todo un don Juan ah? -
- Mamá, hermano porfavor no me enjuicien ahora después de tantos años... -
-Haber niñito? ¿como qué tanto años haber? Serán un par nomas... -
- Mamá ?! Ya pueh si sabe a lo que me refiero, aparte no fueron un par de años fueron más... -
- yaya, basta ustedes dos hahaha- río Jaime junto con las sonrisas de su madre y Juan, este aprovechó de mirar como hablaba Nicolás, siendo tan natural, siendo tan el, alegré y tierno sin prestar atención a nada y tan lindo como siempre, vaya que estaba enamorado de la persona incorrecta y lo peor es qué era consciente de ello.
En el despachó había una situación un tanto comprometedora entre los dos ya bastante maduros uno más joven que el otro por un par de años, el alfa no podía dejar de deleitarse con ese aroma a lilas y margaritas de se ese omega familiar de tanto tiempo, compartiendo un pasado en el que ambos ya se habían involucrado más allá que una simple amistad, Alonso era el nombre del padre de Nicolás que en estos momentos era acorralado por su viejo amigo, ese jueguito le encantaba, ocultarse ante los demás siempre al filo del peligro, al fin y al cabo era solo eso, un juego, ya hace muchos años había sido probado por aquél alfa quién ahora jugueteaba con él, pero ahora no era el momento, trataba de que el alfa hablará si su hijo le había contado algo, si ya habían sobrepasado el límite.
- ya pueh Alonso que pesado qué andes con el temita, los muchachos ya están grandecitos y casados, como dios manda pueh hombre, aparte tu no eres un santo de mi devoción o ya se te olvidó cuando éramos más jóvenes, ah? - dijo el viejo alfa atrapando al omega de su cintura y enterrando su nariz en su cuello, al omega se le tiñeron las mejillas se un rosa pálido dejando en evidencia su vergüenza tapando su boca ocultando una sonrisa avergonzada, el alfa lo vio y dijo- ¿vez? Que te acuerdas? Si eras un lolo, eramos tan jovenes con el mundo Nuestras manos... - tomo su mano enlazando sus dedos.
-será que en tus manos don,- dijo el omega con una sonrisa algo desganada, en ese tiempo sin ti no hubiese hecho mucho, después me acogiste aquí con tu mujer y gracias a eso pude darle una buena educación a mí hijo, gracias a ti Ernesto. - dijo agradecido acariciando su mejilla.
El alfa sin abstenerse lo besó desesperado y Alonso sin poder resistirse de dejó llevar, lo aprisiono contra el escritorio mientras este acariciaba su muslo y subía su pierna, como podía se sujetaba de la fuerte espalda del alfa.
Don Alonso trataba se resistirse como podía pero era tanto tiempo de no ser tocado por él, que ya así, no podía discernir del bien o el mal.
- Ernesto, haa... Por favor, aquí no... mhmn... Aquí no... Nuestros hijos y tú Mujer están allá bajo... - sin casi poder hablar, se detuvieron cuando tocaron a la puerta.
-Papá, señor Ernesto... Puedo pasar? -
ESTÁS LEYENDO
Ω∑εの∂verseツ~ Jainicø&Ędnaikø
Ficción General¨En el mundo actual en el que vivimos aún esta esta maldita jerarquía que queda latente, es un alivio pensar que algunas cosas han cambiado pero aún queda mucho por ser libres de ataduras sociales predispuestas, gracias a esto puedo estudiar y trat...