🌻El ayer; verano y recuerdos.⌚

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Lo qué buscaba entre sus cosas aún no lo podía hallar, temía por su sanidad mental; el haberse inventado todo y qué todo coincidía por casualidad... esa fotografía era la clara evidencia de lo que decía era verdad.   

Todos tenían un pasado y ella lo qué recordaba era el de ellos,  juntos los tres jugando en ocasiones cuando niños y sabía quienes eran,  pero necesitaba esa foto porque era la unica prueba fidedigna, esa flor qué tenía naikolas en ese viejo y polvoriento libro sabía de quién procedía,  conocía ese tipo de flores,  las qué estaban en el comedor de la casona cuando pequeños,  se había acordado y melancólica recordó que esa tarde luminosa de la infancia el Edgar apurado estaba por salir cuando lo vió nervioso y retrocedió a observar esas magnolias silvestres, tomo una y corto con poco cuidado,  Laura aprovechó de sacarle una foto y salió corriendo,  Laura con curiosidad se acordó de su amiguito que siempre lo esperaba en ese riachuelo,  esta vez sintió que no debía ir,  pero la curiosa niña lo persiguió con gran sigilo logrando capturar un momento único con su camara instantanea.

Quedándose siempre esa incertidumbre dentro de ella,  hasta hoy en día y que ahora después de tantos años todo coincidía,  desde aquel día qué vió esa flor se le venía a la mente de inmediato esa niña,  pero ya no estaba muy segura si era niña...

Cuando ya parecía darse por vencida, hojeando algo desanimada los viejos álbumes familiares se asomaron una serie de fotografías,  con curiosidad vió estas pasandolas una a una hasta qué dió con la fotografía qué tenía en mente hace rato.

La foto donde aparecían ambos niños dándose un tierno beso,  el más pequeño tenía la flor y otras flores silvestres en las manos qué parecían recojidas, la dio vuelta y salía escrito con letra infantil,  "verano del 96, días cálidos".

Suspiró profundo y sonriente planearía la manera en qué el Edgar recordara esos momentos. Reunió la foto y la flor seca
Se escabulló al despacho del edgar y las dejó con cuidado,  vió unos papeles y unas cajas con carpetas,  vio unos planos que parecían ser de un hospital y también archivos de administración, recordó que estaba algo ocupado esas semanas con lo del hospital y su administración, con lo corto de tiempo qué andaba esa semana era normal qué no tuviera el tiempo necesario para el naiko,  últimamente andaba con demasiadas nauseas y fatiga,  se ponía a llorar por cualquier cosa y se dormía en cualquiera lado.

Ojalá ésto le hiciera recordar el pasado y le tocara la fibra sensible para así contener más a su pareja como debía,  las vacaciones de invierno terminarían pronto y comenzarían las clases menos tiempo tendrá, y como nó, si todo ese tiempo era Laura quién lo acompañaba y cuidaba, edgar lo sabía y por eso se relajaba,  pero se relaja mucho talvez,  quizá más de la cuenta.

Naiko tendía a veces a confundir a Laura con el edgar,  eran tan similares,  en aspecto no mucho y a la vez tanto,  era de características similares pero más finas y no tenía barba,  aparte de esos ojos celestes y el rubio intenso de su melena,  en lo demás olor,  comportamiento,  temperamento y hasta gustos,  eran muy similares,  y naiko era mucho de olfato y sentido, era prácticamente un animalito,  básico que sé dejaba llevar por su instinto.

Le atraía de alguna manera Laura, como el alfa que era sentía qué era suya,  pero siempre recordaba qué no era así,  era sólamente un engaño de su cerebro al asimilarlo con el edgar, ese instinto qué poseía lo estaba acorralando y no quería confundirse más.

Había llegado el edgar de su reunión y llegó directo a su despacho,  se desató un botón de la camisa y deshizo su corbata,  se estiró en su comoda silla y quedó mirando al cielo raso,  pensó cuánto tiempo había dejado solo a su amor,  debía de hacer algo todo esto de aprender como funcionaba el hospital era muy absorbente y nisiquiera había terminado su carrera,  miró al frente y se pillo con algo llamativo,  una flor seca y una fotografía de un par de niños dandose un torpe beso.

Cayó de golpe en la silla,  con ganas de llorar y no poder creerlo,  se tardó unos segundos en recordar y procesar todo eso,  con unas ganas increíbles de abrazarlo salió de ahí con la Intención de ir a la florería más cercana.

Laura al escuchar la puerta sabía  lo qué ocurría,  tenía almenos una idea formada de qué pasaría.  Siguió cocinando con el naiko mientras conversaban y reían felices.

Pasó el rato ameno y era ahora en que el édgar llegaba algo empapado por las repentinas lluvias,  con un bulto gigante detrás de la espalda,  Laura corrió a su socorro llevándoselo de ahí para encerrarse en la pieza de huéspedes,  édgar algo nervioso le contó lo que le había pasado,  pensando qué el naiko había sido el de la foto,  el era exactamente,  su primer amor fué él!

Laura reía algo incrédula,  dejó que se expresara como quería hasta que llegó a la parte de qué le regalaría esas flores, a Laura se le habia ocurrido otra idea.

...

Naiko sintiéndose solo,  hechando de menos a Laura la buscó por la casa, pero no se encontraba,  sabía que el edgar estaba ocupado pero hace tiempo que no le veía de la manera correcta,  ofreciéndole un té  sería su justificación para verle mientras trabajaba en lo suyo.
Decidido a llevarle un té,  golpeo con algo de inseguridad, pero nada. La segunda vez y silencio total; la tercera y no se pudo aguantar más,  abrió la puerta rápido y no había nadie dentro de la habitación.
Decidió ir a su habitación caminando algo desanimado,  lo qué vió lo dejó sin habla. La habitación entera estaba llena de flores y en el centro de esas sus flores preferidas,  las magnolias.

Su corazón se aceleró cuando vio una carta y un fotografía antigüa dentro de del sobre.  Vio dos niños dandose un torpe beso,  leyó de inmediato la pequeña tarjeta.

Sé que últimamente he estado ocupado y no he podido decirte todos los días lo mucho qué te amo y lo valioso qué eres para mí Nicolas, y te he deconfesar algo muy vergonzoso de mí  y es que no te he dejado de amar desde que eramos niños,  tú Nicolas fuiste mi primer amor"

“Sé que últimamente he estado ocupado y no he podido decirte todos los días lo mucho qué te amo y lo valioso qué eres para mí Nicolas, y te he deconfesar algo muy vergonzoso de mí  y es que no te he dejado de amar desde que eramos niños,  tú Nicol...

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