Conociendo a Los Reedus - Parte 1

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#ViernesDeCTR

#MásValeTardeQueNunca xD

Sé que en algunos países no es viernes, pero estaban dando "Sexto Sentido" y me sedujo la tentación.

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Bajo las escaleras olfateando el pan caliente, escuchando las conversaciones dispersas que tienen los Reedus y el choque de las cucharas dentro de las tazas.

Son las once de la mañana, hora del desayuno.

Entro al comedor y saludo a mi familia sentándome entre Jollie y Chloe. Como podrán imaginar, nuestra mesa es enorme y precisa para que doce personas puedan comer sin problemas. El carpintero que debió crearla seguramente murió después de armarla, o lo haría si viera lo mal cuidada que está. En la cabeza de la mesa se sienta papá; a su derecha Finn, le sigue Jollie, yo, Chloe y Amira. A la izquierda de papá se sienta Saya, le siguen los trillizos, Emer y la abuela. Y en el otro extremo de la mesa hay un asiento vacío, que vendría siendo para algún invitado. Los más grandes solemos repartir el trabajo para colocar la mesa y, para no armar disputas, colocamos todo doble; de esa forma no tenemos que estar gritando esperando que nos pasen la margarina, el azúcar o lo que se nos antoje. Todos debemos ser puntuales, tanto para el desayuno, el almuerzo y la cena, a menos que no estemos en casa. Si un alma en pena llega tarde o come a deshora, sufrirá un sermón. Pero, la regla que siempre debemos respetar es no comer antes de dar las gracias por la comida. Saya nos inculcó eso desde niños, y ahora lo hacemos turnándonos para hacer la oración.

Hoy es el turno de Finn.

Me siento y todos, sin excepción, bajamos la cabeza y cerramos nuestros ojos.

—Querido Dios, gracias por darnos la fuerza para levantarnos esta mañana, por la muestra de tu misericordia y por la compañía en nuestra mesa. Bendice estos alimentos y prepáranos para sobrellevar el resto del día. Amén.

Once amenes concluyen su oración y procedemos a comer.

Miro la taza vacía frente a mi nariz y busco por la mesa el café. Emer lo tiene delante, aunque no toma.

—Pst, Emer —le llamo—, empuja el café.

Él no hace ningún gesto, sino que mantiene su rostro inexpresivo y somnoliento. Con sus delgados y blancos dedos empuja el café y vuelve a mirar su pan con mermelada. A su lado, la abuela relata una más de sus historias fantasiosas sobre dragones, las que copia descaradamente de una popular serie de TV.

—Familia... —Papá alza la voz para que logremos prestarle atención. Recorre con sus ojos cada uno de nuestros rostros—, tengo algo importante que enseñarles.

Con solo escuchar su «algo importante» el corazón me da un vuelco. Tengo bien guardados las pruebas de embarazo, no creo que los haya encontrado.

¿O sí?

—¿Qué es? —curiosea Amira, enderezando su espalda.

—Esto. —Papá se agacha y recoge del suelo lo que parece ser un canasto con flores y jabones de colores.

Escucho los suspiros de Chloe y Jollie, lo que me hace preguntar qué tiene de lindo que te regalen jabones. Es decir, si yo recibiera algo así probablemente pensaría que el remitente me está diciendo indirectamente que huelo mal. Ah, claro, ellas son mucho más sensibles que yo, y mucho enamoradizas. Gestos así son lindos solo narrados en libros, porque en la vida real no tengo idea de qué hacer con las flores y el jabón. Sinceramente prefiero el jabón líquido.

—Venía con una tarjeta de parte de un tal... —Saca la tarjeta roja con forma de corazón de su bolsillo, frunce el ceño acercándola a su rostro— Spencer.

Escucho que Jollie murmura algo que no logro percibir en tanto los demás aclaman que papá lea lo que está escrito en la cursi tarjetita.

Spencer se tomó en serio mi consejo.

Válgame, no creí que tuviera esa influencia en las personas.

—No, no la leeré, pero se la entregaré a su destinatario.

La carta viaja de mano en mano hasta llegar a las de Jollie, quien guarda la carta en el bolsillo de su bata de polar. Percibo con sutileza cómo sus mejillas se tornan rojas y la risilla juguetona de Chloe.

—Tienes un nuevo novio muy romántico, Jollie —canturrea la abuela—. Espero encontrar uno también.

—¿No está muy grande para tener un novio, suegra? —pregunta Saya, entre la incredulidad y mofa. La abuela la mira recelosa y le susurra algo al oído a Emer, quien pone una sorpresiva cara de espanto— Pero tú, Murphy, ¿cuándo nos traerás a tu chico?

Si pudiera sacarlo de las páginas lo haría, pero...

—¿Mi chico?

—Sí. ¿Cuándo nos lo presentarás? —Papá se le suma— Estoy seguro de que estaré encantado de conocerlo. Por cierto, había pensado en tu empleo, ¿por qué no lo intentas de niñera? Así estás preparada para lo que se viene.

¿Eso ha sido una indirecta muy directa? ¿Es que acaso me descubrió o lo dice solo para fastidiar? Es cierto que, según mis amigas, los padres suelen molestar a sus hijos adolescentes y jóvenes respecto a sus novios, pero por alguna razón aparente esto me ha dado justo en el corazón. Lo he sentido como un flechazo, sin exageraciones. Es imposible que sospeche o sepa algo. Quizás me estoy sugestionando en vano.

—Ah... no estoy interesada en esas cosas. ¿Por qué lo dices?

¿Interesada en niños? No. ¿Interesada en chicos? Sí.

De otra forma no habría libro, ni capítulos. Duh.

—Está bien, está bien —Papá alza los brazos como si se rindiera—. Solo les diré que, si mis hijas saldrán con chicos que se cuiden, se respeten y, antes de hacer una locura, lo mediten. Sobre todo tú, Murphy.

Otro flechazo.

—Okey, lo haré. Por cierto, hoy vendrá un compañero a hacer un trabajo y...

—Murphy tiene novio y no es de un libro —comienza a cantar Amira y le sigue Chloe—. Murphy tiene novio y no es de papel.



El cántico desafinado de mis dos hermanas gira dentro de mi cabeza y posiblemente será así por el resto del día.

Navego por internet en busca de información para el trabajo. Siento mis parpados caídos y un peso sobre mis hombros. Apoyo mi cabeza en el respaldo de la silla, luego cierro mis ojos un momento, dejándome llevar por el embriagador deseo de dormir unas cuántas horas sin ser molestada.

Pero allí está, en la lejanía, el timbre sonando.

—¡Tercera, tu novio está aquí!

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ME QUIERO MORIRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR. LES ESCRIBÍ EL MEDIO TEXTO Y SE ME BORRÓ TODO, AY NO ASDHJKJHGFDS *SHORANDING* Bueno, pucha me deprimo poh u_u

Gracias por las, ahora, 600k de lecturas.

Mevoa llorar al rincón.

Igual los quiero.

Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️| DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora