Capítulo 48: "Terror en las profundidades".

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#TANTAAAANTARAAAN


Quiero desaparecer en este momento. No, mejor retroceder el tiempo para advertirme que tomar fotos como una degenerada es una muy mala idea, así al menos evitaría ser corrompida y martirizada con la hostil mirada de los padres y niños del McDonal's. Medio año en Teatro preparándome para ser el centro de atención y no sucumbir ante la vergüenza. Sé bien que una actriz debe estar preparada para padecer este tipo de cosas, pero esta no es una estúpida actuación, es la vida real.

Se siente horrible ser el motivo por el que algunos emiten comentarios sobre mi fachada o el rostro. Incluso escuché uno en que me decían ser descarada al aceptar sentarme entre ellos cuando fotografiaba niños. Una tipa a dos mesas exageró todo; dijo que babeaba, escucharon bien, babeaba y me tocaba mientras sacaba fotos. ¿Qué cara tengo? ¿De idiota o depravada? Desde ahora mi expediente está manchado. Corrompido por una estupidez.

Necesito con urgencia un Giratiempo.

—¿Edes una villana?

La misma pregunta que Sharick me hizo antes, la vuelve a formular estando sentada frente a mí. Jax insistió en que lo acompañara con la excusa que me compraría un sundae, básicamente, un helado de consuelo. Como no soy una persona exigente y... vamos, es un helado gratis, accedí.

Mientras él sufre en la caja, yo sufro sentada en la misma mesa, con la única compañía de la pequeña Sharick, quien no deja de examinarme.

—No, no —niego sonriéndole—, no soy una villana.

—Entonces... ¿po' qué los policías viniedon po' ti?

Buena pregunta.

—Se confundieron. —Gracias a Merlin que los niños son fáciles de engañar—. Sí... Jajá. En realidad iban por una villana parecida a mí —explico con teatralidad para que crea en mi mentira—, pero yo no soy una villana. —Supongo que decirle reiteradas veces que no soy una villana no dejará una mala impresión en ella—. Tú eres Sharick, ¿verdad?

—Sí —responde bajando sus ojos a la cajita feliz—. En el jaddin me molestan po' no decid la «ede»... edddde.

La pobrecilla luce frustrada. Me es imposible no hacer un gesto de ternura y ladear mi cabeza al verla. Quiero apretarme los cachetes y pellizcar su nariz. El alma se me parte en dos pues debe ser difícil para ella sufrir por no pronunciar una letra.

Recuerdo que Tenorio tenía el mismo problema de niño.

Me acerco a ella de forma confidente y cubro mi perfil para que nadie pueda leerme los labios.

—Jax tampoco podía pronunciar la «erre» —confieso—, así que no eres la única. Ten por segura que de grande podrás pronunciar todas las palabras que quieras.

—Oh... —Su rostro angelical se ilumina como por luz divina, casi cegadora. Su sonrisa se amplía y asiente con entusiasmo. Se remueve en su asiento y estira sus labios, examinándome una vez más—. ¿Cómo te llamas?

—Murphy.

—¿Mufy? —Sus casi invisibles cejas se arrugan junto con su pequeña y chata naricita. De pronto, abre sus azules ojos, iguales a los de Sybill, y se lleva las manos a las mejillas, con sorpresa— ¡Mufi como muffin! —exclama como si hubiese descubierto vida en otro planeta.

Tan ingenua e inocente...

—También conocida como Suicida.

Un vaso relleno de helado de vainilla y cubierto con una espesa capa de chocolate reposa sobre mi lado de la mesa. Otro helado similar cubierto de manjar yace frente a Sharick.

Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️| DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora