Me gustas - Parte 1

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#MaratónCTR

#SóloParaMí


De pronto me siento en medio de ambos, como si fuese una barrera, así que me hago a un lado para darles espacio. La expresión de Jax es desconcertante, incluso puedo ver como sus azules ojos se humedecen y brillan. Su reacción es temerosa, como si quisiera salir huyendo, pero hay algo que lo atrae y no lo deja. Se ve tan vulnerable, tan fuera de sí. Y su padre no es diferente, él también lo observa con timidez, después de tanto tiempo probablemente le es difícil creer que sea su hijo.

—Cuando te fuiste eras un mocoso que me llegaba al hombro, te vestías con polerones holgados y los vellos en tu barbilla apenas estaban creciendo —habla con la voz quebrada. Su barbilla tiembla y sus ojos son como cristales—. No puedo creer que seas mi muchacho.

Como sobran las palabras y faltan acciones, ambos no esperan más reducir la distancia y el reconocimiento de cada uno con un abrazo lleno de sentimentalismo. Las emociones fluyen por el aire, tanto que me veo incapaz de resistir a la nostalgia que ambos demuestran con su abrazo. Todo demuestra que desde hacía tiempo ambos lo necesitaban.

Después de su reencuentro nos ofrece entrar a su casa para ponerse al tanto. Jax se lo piensa antes de acceder y me hace un gesto para que lo acompañase, al que no me puedo resistir. Sé lo incómodo que se puede sentir encontrarte con una persona que no ves desde hace tiempo. No obstante, el señor Wilson no parece contar con la descripción que Jax dijo para asustarme; sí, tiene aspecto de hombre amargado y rudo, pero ya no lo veo tan así.

Y, en efecto, el padre de Tenorio es mecánico y su casa está llena de figuras hechas de tornillos y metales. Es lo primero que veo una ves entro y busco un lugar para sentarme.

—¿Quieren algo de beber? —nos ofrece.

—Una cerveza —dice entusiasta mi compañero.

—¿Y la jovencita? —Los ojos de ambos dan con los míos.

—Solo quiero agua. —Un «pf» por parte del unineuronal hace aparecer mi mal humor—. Estoy reservando mi estómago para más tarde.

—¿Qué tienes más tarde? —curiosea él, colocándose en el borde del sofá— ¿Una cita?

Lo último lo ha preguntado con sarcasmo. ¿Qué se cree? Yo también tengo citas y espero, con toda mi alma, que mi cita con Cole sea tratada dentro de todos los parámetros que conlleva la palabra normal. La cabeza de Jax serpentea y luego se levanta de su sofá para sentarse junto a mí.

—¿Qué pasa? —pregunto haciéndome a un lado.

—¿Piensas dejarme solo aquí? Sabes, no he estado aquí durante años y es bastante incómodo.

—Supéralo. Además, estoy segura de que él y tú tienen muchas cosas privadas que aclarar. No quiero ser mosca en la pared y estar aquí cuando lloren a mares y se pidan disculpas por sus vidas pasadas.

Egoísta.

No lo digo por egoísmo, lo digo porque así debe ser. Yo solo soy una conocida, compañera de estudio y la tipa con mala suerte que dentro de unos minutos puede que conozca al amor de su vida.

El padre de Tenorio entra a la sala con una cerveza y un vaso con agua. Al recibirlo lo bebo al seco y dejo el vaso sobre la mesita de centro decorada con figuritas de hierro. Una de ellas tiene un reloj pequeño. Saco mi celular del bolsillo y veo la hora.

Maya querrá matarme si llego tarde.

Cuando el padre de Jax se sienta en el sofá del frente, la tensión se torna incomprensible.

Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️| DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora