Capítulo 42: "La siguiente página".

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#SábadoDeCTR

#Navidaaaaaad *-*

Jollie se ha lucido decorando la mesa. Desde que planeamos quién sería el Reedus que la decoraría, ella se ofreció diciendo que la mesa luciría como nunca antes la habíamos visto. Nuestra larga mesa está cubierta por un mantel blanco con bordados beige de hojas que se van entrelazando entre sí, cuatro velas marrones iluminan a lo largo, excepto en el centro, donde una corona dorada rodea la famosa canasta con los papelitos que ocultan los nombres. Cada plato tiene una ramita dorada sobre lo que vendría siendo nuestras servilletas blancas. Y la decoración de todo el lugar... Parece como si hubiésemos pagado una reserva para el más lujoso restaurant.

—Falta encender esta vela —indica Amira dando saltos detrás de su silla. Ha quedado justo frente a la última vela marrón y eso parece emocionarla más que toda comida.

—Ya voy, ya voy...

Tomo el mechero y lo enciendo notando que mi dedo pulgar está negro. Mastico una maldición examinando mi vestido blanco esperando que no lo haya manchado en alguna zona, bastante me costó plancharlo para la ocasión como para mancharlo con algo.

Una vez encendida la vela, le entrego el mechero a Jollie para que lo esconda de los alocados pirómanos que tengo por hermanos. Saya, Finn y Naomi dejan sobre la mesa las ensaladas que faltaban terminar. Papá hace una inspección en la vestimenta de los trillizos y se asegura que sus corbatas estén derechas. Emer endereza los cubiertos.

El timbre suena.

—Abriré.

Chloe se acomoda su falda antes de dirigirse a abrir la puerta. Una vez que la abre, el rostro de Tony aparece desde el otro lado, esbozando un intento de sonrisa que se ve tan forzada como la que esculpe papá a verlo. Me río por lo bajo al ver que mi vecino adolescente está más formal que nunca, con una corbata de humita que lo hace ver sin cuello.

—Buenas —saluda a todos con su mano en alto.

—¿Trajiste los regalos? —pregunta Finn al verlo. Tony frunce el ceño sin comprender—. Esa era la condición para cenar con nosotros, macho.

Tony palidece mientras los demás se ríen. Chloe es la única que blanquea sus ojos y toma a la pobre estatua del brazo para que coloque junto a ella en la mesa.

—Muy gracioso, Finn el humano —le reprende para luego enseñarle la lengua.

Un puchero se dibuja en los labios del pelirrojo en señal de su rendición.

Saya llama a que todos cojan sus platos para servirnos el arroz. Jollie, en su trance navideño como buena hermana, toma el mío para que no tenga que ir a la cocina cargando a Denny. Chloe toma el de Tony. Él y yo no tardamos en cruzar miradas de «necesito hablar contigo». Algo me dice que tendremos que esperar hasta después de la cena para platicar.

Una vez que todos se adentran al comedor, papá nos da la señal para que nos sentemos. Como es una costumbre, ninguno comienza a cenar sin antes dar las gracias, así que, nos tomamos de las manos y cerramos los ojos.

Papá se aclara la garganta y respira hondo:

­—Dios, gracias por tener la oportunidad de reunirnos en esta mesa y disfrutar de una compañía familiar que pocos tienen. Te agradecemos por cada una de nuestras vidas, por tener salud, por la muestra inmensa de Tu amor y porque lo demuestras en el día a día. Gracias por permitirnos celebrar el nacimiento de tu hijo, a quien enviaste para salvarnos. Permite que esta sea una velada que nunca olvidemos, que quede guardada en nuestras retinas. Amén.

Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️| DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora