Solo es Jax

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¡HOY ES VIERNES Y MI CUERPESITO LO SABE!

#ViernesDeCTR

#SoloEsJax


En cinco minutos tendré el encuentro con mi progenitora. No mentiré cuando les digo que pensar en ese encuentro, otra vez, me descoloca entera y resalta mi mal humor. Detesto sentirme así, ¿por qué no puedo ser como las personas normales y acceder abiertamente a nuestro encuentro? No puedo, simplemente no puedo. Hay algo en mi interior que no me deja. La relación madre-hija con mi progenitora sería mucho más sencilla si ella no estuviese aquí, si ella viviese en China. Sí, eso sería mucho más sencillo para que mis emociones no se enreden entre sí causándome confusión. Por eso prefiero pasar, hacer el ridículo, alejarla si es posible, que nunca más nos veamos. La quise desde el primer día y ella me detestó, ahora que las cosas se invirtieron ella quiere acercarse, ¿por qué? Odio parecer la mala de la historia cuando de mi mamá biológica se trata.

Me acompaña Jax, como lo acordamos. Durante mi descarga de males, él mira el pase de la biblioteca que sostiene con sus dedos. Parece un niño pequeño que encontró la última lámina especial de un álbum. Como un niño que encontró el ticket dorado y podrá hacer una visita a la fábrica de Willy Wonka. Se ve tan tierno... Dentro del parámetro de ternura que alguien como Jax Wilson podría tener, claro. De ninguna manera el unineuronal podría ser tierno.

—¿Cómo lo hiciste? —pregunta sin salir de su asombro.

—Cuando iba al colegio y no tenía dinero para libros solía leer en la biblioteca. Martha y yo hablábamos todo el tiempo, tienes suerte. Cuida tus futuras acciones, Tenorio, que no te prohíban la entrada otra vez.

—Prometo comportarme lo mejor que pueda dentro de la biblioteca y si me encuentro con otra chica linda la invitaré a hacer cosas ricas en otro lugar. —Jax ha levantado su mano como si hiciera una promesa en la corte. Una vez tuve que ir a ver un juicio de un ladrón de celulares y todos los testigos tuvieron que hacer un juramente con su derecha. No me sorprendería si Tenorio fue a uno—. Haré lo que pueda, la tentación es fuerte.

Tan fuerte como mis deseos de ir a la cena —tos, sarcasmo, tos—.

—Vamos andando, quiero que el espectáculo termine rápido.

Veo la hora en el celular prestado de papá, faltan dos minutos para la cena en un restaurante que está a una cuadra. Mientras más cercano noto el enorme letrero del restaurante Liberty, más inquieta me siento. Mis manos sudan mucho, hacen un extraño movimiento en conjunto a mis torpes piernas. Mis dientes están apretados, siento la mandíbula tiesa. Inspiro y exhalo como una demente para tranquilizarme, pero no consigo llegar a mi cometido, sino que todo en mi cabeza se transloca. No comprendo por qué estoy tan ansiosa, no es la primera vez que la veo, sí es la segunda que nos sentaremos frente a la misma mesa después de mucho tiempo.

Nos detenemos frente a la puerta de vidrio con una enorme «L» dorada estampada en cada una. A su lado hay dos hombres vestidos de traje que parecen ser guardias.

—Dime de nuevo qué debo hacer. —Jax parece un perro frente a una carnicería, solo falta que empiece a babear.

—Actuar como tú mismo, pero mucho más desagradable.

—¿Es decir que no me encuentras desagradable? Me adoras, muñeca.

El gesto repulsivo no queda para otra ocasión, se lo muestro de inmediato.

—Dije «mucho más desagradable», es decir, que eres un ser desagradable con una neurona.

Suelta un bufido y me agarra del brazo para que entremos, cosa que agradezco porque sentía que mis pies estaban clavados al pavimento. Dentro todo es mucho más lujoso, tanto que luzco como un payaso con mi peinado y mi vestido verde de puntos negros y pantis con líneas verticales. La primera impresión que Margary se dará seguro será la misma que el recepcionista nos está dando.

Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️| DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora