Capítulo 47: "¿Idiota o gentil?"

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#LaLeyDeMurphyAtacaOtraVez

#ChalesQueLargoElHashtagYaPararéOMejorNoEquisdé


—Tú eres la persona o más idiota o más gentil del mundo.

Otra vez aquí: atrapada entre los regaños de mi querida amiga Maya, quien no se guarda las cosas y su alma caritativa es casi nula. A veces me pregunto cómo logramos ser amigas teniendo unas personalidades que chocan entre sí y sacan chipas incluso. Supongo que nuestra bella amistad se debe a que ninguna de las dos se miente y siempre nos decimos las cosas, aunque eso traiga problemas. Teniendo esto último en cuenta, no debería ofenderme con su apático comentario tras haberle hecho un resumen de mi corta vida.

Como lo suponía, ella no considera nada cuerdo el que me permita ser de ayuda para Jax cuando, todos sabemos —y creo que ustedes también opinan lo mismo— es algo que necesita enfrentar solo. Pero no puedo negarme sabiendo que necesita de mí y lo haya dicho con tales palabras. Y no olvidemos que me regaló no uno, sino dos libros con la dedicatoria de Mika McFly, El gato que se enamoró del pájaro y Derechos de Amar. Considerando aquellos minúsculos gestos y sus detalles, ¿cómo podría negarme? Mi deber de heroína para mi historia de amor me obliga a ser alguien de bien, aunque suene tan estúpido como para enterrarme viva.

—Lo segundo.

—¿Lo segundo? —repite con incredulidad, quitando sus manos portadoras de enormes garras pintadas de rosa de su rostro— ¡Vas a salir con la hija de la enamorada de Jax! —Ahora se frota la sien con los ojos cerrados y sus cejas muy alzadas.

—Todavía no sé si continúa enamorado de ella o... le gusto yo.

Esa duda es una carga que necesito quitarme de encima, definitivamente. Ojalá pudiera preguntarle directa y sin pelos en la lengua a Jax. Ojalá. La verdad es que me da un poquito de temor su respuesta, si es que obtengo una a cambio.

—Veamos, Murphy... —Maya me hace introducirme en su juego de psicóloga/paciente, donde la sala de su casa se transforma en una oficina y yo estoy preparada para que me informe, punto por punto, los motivos para encerrarme en el manicomio. Cruza sus largas piernas, con las que podría fácilmente modelar para calzado, apoyando su espalda en el respaldo de su sillón. Yo tengo la necesidad de estirarme sobre el sofá que estoy, pero disuelvo la idea—. Puede que a Jax le gustes, puede que lo de "dependo de ti" sea cierto; ambos se han ayudado mutuamente y él debe apreciarlo tanto como tú lo haces, pero hay una delgada línea que él no tiene que pasar, y lo está haciendo. Si cayó en un plan estúpido para sacar celos y como resultado es padre, entonces tú no tienes narices que meterte en ese asunto.

—¿Por qué? —cuestiono, haciéndome un ovillo sobre el sofá.

—Depender de una persona puede sonar lindo y agitar corazones, pero no quiere decir que sea algo bueno. Ser dependiente de alguien no es para toda la vida, o se transforma en una carga o esa misma persona dependiente termina independizándose, ¿comprendes?

Me desparramos sobre el sofá hasta quedarme como lo haría un paciente en el psicólogo. Mis manos sobre mi vientre se sienten calientes; comienzo a juguetear con mis dedos para ocuparme en algo más que asimilar las dos opciones que Maya ha dictado.

—¿No hay más posibles motivos por su actitud?

—Tal vez, querida —se encoge de hombros desligando sus piernas—. Puede que yo sea la equivocada y él tenga buenas intenciones. Quizá necesita cerrar su pasado y te busca en el futuro, por eso esa mañosa necesidad de tenerte a su lado. Solamente lo sabrás si le preguntas.

Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️| DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora