#SábadoDeCTR
Antes de leer: A los del grupo de FB. Después de los puntos suspensivos (no me refiero a mi nota de autor, sino a los tres puntitos para separar la escena) nada de citas, pantallazos o comentarios :v Eso sí, tendrán 24 hrs para publicar citas y comentarios al respecto, siempre y cuando vayan con #AlertaSpoiler y esa mmd.
¿Es válido sentirme como una idiota? Creo que sí, tengo mis motivos. Los suficientes para sentir el intranquilo peso de la derrota en una competencia en la que no tenía nada que ver. Es como sentir pena ajena de mí misma. No me molestaría que ustedes se rían de mi penosa realidad, o mi paupérrimo estado. Me gusta pensar que lo peor de haber venido hasta los departamentos —dónde no solo vive Jax, sino también mi progenitora— es que gastamos bencina y su precio se está inflando como globo en cumpleaños infantil, pero ese es el lado bueno de la situación. El lado malo es que una pizca de mi orgullo fue aniquilado vilmente al tener la remota idea de que el mujeriego de Jax había cambiado. Tantos libros, cuentos... tantas películas que sostenían mi teoría, pero no: ese por cierto diminuto donde el mujeriego sigue siendo un mujeriego tuvo que ocurrir aquí. Fue mi culpa creer que cambiaría de la noche a la mañana. Eso es lo que más me decepciona. No estoy en el derecho de reprocharle nada a nadie, menos a Tenorio. Él puede hacer lo que se le antoje con su vida. Lo sé... y, sin embargo, verlo me fue impactante. Sobre todo por el culo que estaba a su lado en la cama. Esas son imágenes difíciles de borrar.
Cada paso que doy hacia la salida del edificio es uno en el que me digo «¡no debiste salir huyendo como una tonta despechada!». Tendría que haberme quedado, hacerle un par de preguntas o mentir sobre los motivos de estar allí y luego irme. No me culpen, fue un impulso por el impacto.
Mierda, qué patética debí verme cojeando hacia el ascensor a toda prisa y que Jax me alcanza sin problemas por culpa de Denny. Y qué patética al creer que me lo encontraría afuera del ascensor para oír la explicación que le rechacé.
Ay, qué muchachita más indecisa...
Ahora sí me llevo los premios a la tipa con más mala suerte del año. Citas horribles, persecución de guardias, robo, citas con mi progenitora, acostarme con el unineuronal y tener confusos sentimientos por él, tener un accidente... ¿Qué más falta?
Culparme solo a mí no es la idea, Jax también tuvo culpa; si aquella noche en la casa de Mika nada hubiese ocurrido, entonces, tal vez, la situación entre ambos sería diferente. Pero me ilusioné, y Jax también gatillo para que lo hiciera.
Bueno, ambos lo hicimos.
—Déjame ayudarte.
Una niña castaña empuja la puerta principal del edificio y permite que salga, ella sale detrás. Me parece sospechosamente familiar; sus gestos, sus ojos verdosos, el cabello castaño y ese aspecto a Margary. Es la hija de mi progenitora, la niña a la que tuvo después de dejarme con papá.
—Oh, eres tú —hablo entre dientes—. Gracias.
Al escucharme la niña ladea la cabeza y me examina arrugando las cejas.
—Eres Murphy Reedus.
—Sí —respondo buscando el auto de papá donde Finn se había estacionado—. Y tú eras...
—Charlotte —se apronta a decir.
Ah. Ya lo recordé. Fue algo cómo «ella es Charlotte. Es tu hermana».
—¿Qué haces afuera? —pregunto sin saber qué decir.
—Espero a que mamá llegue, no me gusta estar sola en el departamento, mucho menos en un departamento lleno de universitarios.
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Cambiando tus Reglas TR#3 ✔️| DISPONIBLE EN FÍSICO
Roman d'amourPUBLICADA POR PLANETA CHILE. Murphy Reedus es una lectora fanática de los romances juveniles que cursa su primer año en la universidad y dice cumplir con todos los requisitos para ser la protagonista de una historia de amor; sin embargo, como en tod...