Capítulo 2

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Violet, mi Violet.

Tener el placer de tener una amiga como Violet es un verdadera maravilla pues como ella no había, hay ni habrá dos. Es de esas amigas que no se pueden remplazar por más que lo intentes, que aunque terminen peleadas y sin verse a la cara nunca más, sabrás que su lugar nadie lo podrá ocupar, que aunque ese lugar estará vacío por el resto de tu vida estará lleno de recuerdos hermoso a su lado, momentos que te harán sentirla ahí, junto a ti de nuevo. Aunque ella ya no lo esté.

Afortunadamente señoras y señores el bello tío karma existe, y digamos que es experto en hacerles pagas a las personas como Brad y Harrison, en hacerlas sufrir tanto y no justamente pateando su entrepierna.
Me tomo el atrevimiento de pedirle al hermoso Karma que los viole por dónde se pueda.

La única manera efectiva, y a veces no demasiado, para distraerme de cosas como las que sucedieron afuera era yendo a la biblioteca. Aunque para ser sincera siempre iba para allá a ver a el sexy, extremadamente sexy y atractivo bibliotecario.

23 años quizá, demasiado grande pero eso no sería un problema, su cabello claro siempre despeinado y sus ojos cafés, sus perfectos ojos cafés siempre sobre las letras de los libros.
¡¿Por qué nunca se da cuenta que lo miro?!
¿Quizá porque cuando él alza un segundo la mirada tú te escondes como una verdadera llorona? No lo sé, es una posibilidad Emma.

La manera en la que sube a las escaleras para acomodar los libros no tiene nada de especial, pero me gusta imaginarlo subiendo la gran torre con hazaña para salvarme.

Mis pensamientos siempre son arruinados por la chica con el cabello tinturado, en este caso su color era el gris. He de admitir que su cabello se miraba completamente hermoso ya que era un gris bonito y no un gris color popó. Ese color encajaba perfectamente con su color de piel pálido.

Su nombre era Alyssa, y no, ella no pertenecía a el grupo de las populares. Tomaba química y gimnasia con ella y se ve una chica diferente a las demás aunque físicamente la creo más bella que las otras. Suele juntarse con dos chicas tampoco populares pero que a kilómetros se les nota que quieren serlo, pues casi siempre estan actuando como ellas e incluso tratando de ser parte del grupo.

Siempre que venía a la biblioteca ella estaba con el sexy bibliotecario, o llegaba de repente arruinando mi escena romántica de sexy héroe bibliotecario. Tal vez y sólo tal vez ella también lo considera sumamente sexy.

—Sabía que estarías aquí— escucho a Noah susurrando, respetaba al pie de la letra las reglas de la biblioteca. Es el único ser humano sobre  la tierra que lo hace. Estando en la biblioteca o no, yo hablo como si estuviera en mi casa. La costumbre no cambia.
—Antes de que empieces a hacer preguntas.— se sienta frente a mi— No, no sabía nada de lo de la carta de Violet, tampoco creo que sea verdad lo que dice Brad.

—No me importa Noah.— le digo y sigo leyendo un libro que había conseguido por ahí.

Lo conseguí en el primer estante que encontré. Bueno, para ser sincera estaba espiando al sexy bibliotecario y para disimular un poco fingí buscar un libro y tomé uno que creo trata sobre avionetas.

—No sabe mentir señorita— me quita el libro, yo me molesto.— Lo único que quiere hacer Griffin es aterrorizarte. Así que olvida todo lo que él dice.

—Pues felicitalo porque ya está lográndolo.

—No puedes decir eso, no tú Emma.— negó con la cabeza resignado a escucharme.

—Quizá Emma ya se dio por vencida.— sonrío en falso.

—No permitiré eso. No puede hacerlo la chica que fije interés sobre...— mira la portada del libro— ¿Aviones bizarros?

BRAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora