Capítulo 53

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MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA MIERDA.

—Noah contéstame y no te quedes callado.— le pido, estaba comenzando a exaltarme.

Él me mira y no me contesta, esta vez su mirada no me decía nada.

—Emma,— su jodida voz— estoy aquí.

Una sonrisa incrédula se dibuja en mi rostro y yo niego, resignada a creer lo que acaba de oír. Mis piernas comenzaban a temblar, ni siquiera podía mover mis manos, estaba estática y en cualquier momento mi corazón saldría de mi pecho.

—¡No!— grito e ignoro lo que acababa de oír.— ésta mierda no está pasando, Noah.

—Alexandra, por favor...— miro como da dos pasos.

—¡No!— grito con más fuerza, lo que lo hace detenerse— ¡No! No eres real, alejate de mi.

—¡Lo soy!— exclama— bebé, mirame.

—¡Cállate y desaparece de una puta vez!— mis lágrimas comienzan a salir, de nuevo.— ¡Déjame en paz! ¡Querías que fuera felíz! ¡Mierda! ¡Lo estoy cumpliendo, desaparece!

Él niega con la cabeza y yo deseaba, estaba anhelando que él desapareciera, porque sabía que no era verdad, que él realmente no estaba ahí, que todo lo estaba imaginando. Estaba deseando con todas con todas mis fuerzas que esto fuera un mal sueño.

—Sólo...— vuelve a caminar con pasos lentos hacia mi, y yo retrocedía.— sabes que realmente estoy aquí.

—¡No! ¡Tú estás muerto! ¡Te moriste hace años! ¡Tú no estás aquí!— comienzo a temblar.

Tomo un libro que se encontraba en la mesa de noche y lo lanzo contra él, tomo el control remoto y hago lo mismo. Pero éstos no lo atravezaban como en las películas de fantasmas, sólo chocaban contra su cuerpo. Miro una mazeta blanca y la tomo era lo suficientemente grande para tomarla con ambas manos, la lancé hacia él con todas las fuerzas que en ese momento me salieron, pero la esquivó y solamente se estrelló contra el suelo. Yo caí instantameamente al hacerlo.

—Bebé, bebé...— Noah se acerca a mi y se pone en cuclillas frente a mi.— tranquila.

—Noah...— lo tomo del cuello y lo miro directo los ojos, con lágrimas en los míos.— dime que no es real lo que estoy viendo, por favor, dímelo bebé.

Él desvía la mirada a la que creía era la figura que mi mente había creado y niega con la cabeza.
Resignada a creerlo me quedo muda, estática, con miedo, de nuevo.

—Emma...— lo escucho más cerca.— mi amor...

—No me dejes,— le pido a Noah— no me dejes sola... por favor.

—Está bien...— toma mi mano y besa mis nudillos.— no lo haré.

No podía mirar otro lado que no fueran sus ojos cafés, no quería siquiera mirar a Buddy, a nadie, me sentía protegida sólo en sus ojos y de ahí no quería salir.

—Emma, necesito que me escuches.— su jodida voz que no había oído en dos años había regresado, y realmente estaba aquí.

—Tú estás muerto.— le respondo, sin dejar de mirar los ojos de Noah.— alejate de mi.

BRAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora