Brad Griffin
La oscuridad me gustaba, y qué mejor que combinarla con increíble música y un clima bueno.
Siempre he dicho que la gente cree que la felicidad está en las cosas materiales como el dinero, los autos, los viajes o la ropa. Sin embargo pienso y pensaré hasta el día que muera, que la felicidad está en las cosas que nadie ve, una canción a todo volumen y con audífonos es el mejor sentimiento jamás experimentado, una fotografía que tiene plasmada en ella un momento que jamás olvidarás o simplemente un beso o una caricia.
Manejas una hora únicamente para fumar un cigarrillo ¿Eso está bien?
Está bien si eso te hará sentir mejor, cualquier cosa estará bien, siempre y cuando te haga sentir bien.The Neighbourhood y un cigarro siempre funcionarán bien, y qué mejor que mirando una cascada como un jodido loco sin una vida o una familia, pero con una chica que en vez que salir, entra y entra cada vez más en mi cabeza. Y eso, eso compensa todo lo demás.
Esa cascada, ese lugar y esa oscuridad me proporcionaban toda la paz que la ciudad me quitaba, que todas las personas me arrebataban, a excepción de ella; quien parece también una pequeña cascada de agua cristalina, llenando de paz mi cuerpo siempre que está cerca de mi.
—Brad...— suspira mi madre recién entro a la casa por el jardín trasero. Quizá pensó que era un ladrón. Tenía una mano sobre su pecho.
—Tranquila, no vayas a soltar un tiro.— cierro la puerta corrediza.
—Lo siento hijo.— se sienta en el sofá y comienza a aflojar sus botas de trabajo.— fue un día pesado.
—¿A sí?— camino hacia dónde ella estaba y me siento atento.
—Lo fue.
—¿A cuántos metiste presos?
Me fulmina con la mirada y niega con la cabeza.
—Llegué tarde a la comisaria, por ende tuve que salir tarde, entonces me salió un robo cuando se supone yo debía de estar ya en casa.— suspira— regresando de ese robo que tuve con un compañero nos cruzamos a un hombre de cuarenta años quizá. Nos contó que había encontrado a su hija y a su nieta de diez años después de buscarlas por varias semanas, ellas estaban en un pozo de agua, las habían lanzado ahí, tal parecía que ambas estaban muertas— aprieta los ojos con un poco de fuerza.— pedimos ayuda mientras el señor nos gritaba que las sacaramos de ahí, pues su nieta aún estaba respirando. Pero hijo...— suspira con pesadez— nosotros no podíamos hacer nada, ni aunque quisiéramos, si intentábamos bajar por ellas nosotros caeriamos también...
—No fue tu culpa mamá.
—Intentaba mantener a la niña despierta, le hablaba sobre cosas como jodidos programas de televisión o películas favoritas, pero no funcionó Brad...— entierra su rostro entre sus manos y se lamenta.— la ayuda no venía y el agua estaba por arrebazarla, le pedí que aguantara la respiración y cuando el agua arrebazo su cabecita intenté buscar alguna cuerda pero no había nada, sólo un hombre desesperado gritándome y maldiciendome una y mil veces.
—Escucha mamá, tú no podías hacer nada, tranquila.— me levanto del sofá y me siento junto a ella.
—Cuando la ayuda llegó la niña ya no daba señales de vida. Ambas estaban muertas Brad...— su mirada triste me hace abrazarla.— el abuelo de la niña me gritaba sin parar e incluso intentó hacerme daño.— resopla con tristeza.— Brad no lo culpo, quizá era lo único que tenía en la vida, y yo podía haber hecho algo.
—No, mamá no.— acaricio su cabeza.— tú lo dijiste, si lo intentabas caerías igual y de nada le ibas a servir a la niña ahí abajo.
—Lo sé pero... odio mirar a niños muertos.— me dice.— ¿Te imaginas a Aria?
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BRAD ©
RomanceLa vida tiene un destino, un destino marcado, claro y preciso, un destino que en ningun momento y por ninguna cosa, cambiará. El destino siempre va a ser el mismo, así creas lo contrario, así la vida te haga creer lo contrario lo que está al final d...