Capítulo 46

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Para ser sincero, Emma no se veía muy bien como para ir al hospital, sus padres la verían y se darían cuenta en un segundo, y por su palidez y los ojos rojos, sería a ella a la que internarían.

Pero es Cameron, es su hermano, y sabía que no iba a estar bien y no iba a perdonarme que yo no la llevara.
Conduje hacia el hospital donde Cameron estaba, eran las dos de la mañana, no había demasiado tráfico, así que pude ir con velocidad. Llegando al edificio subimos al piso en donde sus padres estaban, desconsolados.

—¡Emma!— su madre se acerca a ella recién nos miran cerca.

—Mami, ¿qué pasó?

—La maldita moto, Emma, yo sabía que iba a ser una jodida desgracia.— maldice ella.— iba con Meredith.— solloza— los volteó un camión.

—¿Un camión?

—¡Eso dije!— alza la voz— iban bien, a buena velocidad, en su carril. Pero ¡Jodido camionero!

—En su carril, sí.— Emma asiente con la cabeza.

—¿Qué dijo el doctor?— le pregunto callando a Emma, no sabía lo que decía.

—Meredith está bien, está estable, pero Cameron recibió todo el impacto, tiene un par de costillas rotas, y perdió demasiada sangre a causa de una herida con una parte del camión.

—Una herida, sí.

La señora Wood mira a Emma confundida y frunce el ceño.

—Necesita sangre, y Emma es la compatible aquí. Por eso te esperábamos.

Emma asiente con la cabeza.

—¿A dónde tengo que ir, mami?

—Con la enfermera...— ella le señala a la mujer que hablaba con su esposo.— ve, mi amor.

Emma asiente con una sonrisa y su madre aún con el ceño fruncido la mira alejarse.
Esto no iba a salir nada bien, ¡Emma estaba muy drogada! ¿donar sangre? ¡Dios! Ni a un fumador se le permite eso.

Estaba listo para recibir los golpes de Cameron recién se enterara.

Los padres de Meredith se encontraban en la sala de espera junto a la señora Wood, todos parecían estar angustiados, especialmente por Cameron, pues Meredith estaba bien, sólo habían sido algunos rasguños y pequeños golpes los que ella había recibido.
Por una parte me alegra que Emma esté bajo el efecto de las drogas, pues no está llorando como seguramente lo haría si no lo estaría, por alguna tonta razón está sonriendo, y me alegra no ver lágrimas en sus mejillas.
Estoy completamente seguro de que Cameron estará bien, él realmente es fuerte.

El doctor se acerca a la familia de Emma en la sala de espera y todos se levantan para escuchar las nuevas noticias. Pronto él se las da pero yo no logró oír, pues estaba distanciado. Recién el doctor salió de la sala el padre de Emma se acercó a mi, y no me sorprendía, sabía de qué iba esto.

—Emma está drogada.

—Lo sé.— asiento con la cabeza.— y realmente lo lamento, señor Wood.

—¡Mi hija, drogada!— se exalta.— ¿Qué diablos Brad?

—Puedo explicarlo.

—¿También estás drogado?— frunce el ceño con disgusto.

—No.

—¡¿La estás obligando?!— me grita— ¡Demonios muchacho, confíe el ti!

—Sólo...

—¿Es eso lo que han hecho todos estos años?

—No, señor Wood.

—¡¿Se drogan cada que salen?!— grita y llama la atención de todos.— ¡Quiero que te alejes de mi hija! Te abrimos las puertas de nuestra casa, nuestra confianza, ¡Confiamos en ti! ¿Por qué?

BRAD ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora