Todo el mundo ama la noche buena, la navidad y el año nuevo, y es que son las tres épocas más hermosas del año, en donde la familia y amigos siempre están unidos, donde nunca faltan la diversión, risas y convivencia.
La navidad había llegado a Chicago y con ella llegaron los ridículos suéters y sombreros con luces y campanas que los niños, o no tan niños, usaban. Y digo no tan niños porque siempre, las navidades pasadas era una tradición de Noah y mía comprar suéteres iguales y vestirlos ese día.
Desafortunadamente este año sería la excepción pues, se fue de vacaciones con la familia de su madre, por un lado me entrisrece enormemente pues es la primera navidad, noche buena y el primer año nuevo que no paso junto a él, pero por otro lado me parece perfecta la idea de que su mamá se haya querido ir, pues así él puede distraer un poco su mente, relajarse y estar tranquilo
En cuanto a Alyssa, no sabe ni siquiera como acercarse a él.
Yo, realmente estaba molesta con ella y se lo hice saber, y por eso mismo esta noche no la pasaremos juntas. Y es que, el que le falten al respeto a mi mejor amigo no tiene perdón, es Noah, mi Noah, y él se merece todas las cosas buenas del mundo, y eso que ella hizo, no me parece justo, cuando Noah me lo dijo la sangre me hirvio como si a mí me lo hubiese dicho.
Estábamos a horas de noche buena, a unas horas de disfrutar de las mejores épocas del año con mi familia, aunque realmente no estoy tan segura si esta cena, sería tan buena como las demás.
Cameron y yo seguíamos distanciados, únicamente nos dirigimos la palabra cuando mi madre me obligaba a convivir con ellos, hasta con la rubia novia de Cameron. Estaba confirmado que él y yo no volveríamos a tener la hermosa relación de hermanos que solíamos tener, y es que la culpa realmente no la tenía yo.
—¿Ya tienes mi regalo de Navidad?— le pregunto a Brad por celular.
—Debajo de mi cama.— lo escucho reír— ¿Tú tienes el mío?
Abro los ojos como plato y miro debajo del árbol de Navidad que estaba en la sala.
—¡Claro!— exclamo— el más grande de todos.
—¿Te metiste en una enorme caja?
—Claro... que no.— pruebo el puré de papa que estaba en la estufa, mi madre me golpea la mano, y yo me quejo.
—Entonces no quiero nada, gracias.
—¿Para qué gastar dinero en la enorme caja? Podemos solo, ahorrarnos el tiempo.
Escucho una carcajada del otro lado de la línea.
—Tengo que irme, María me tiene secuestrado en la cocina ¿Te imaginas?
—Tengo que probar eso.— me burlo.
—¿Paso por ti a la una?
—A la una te veo.
—Cuidate bonita.
—Cuidate bonito.
Dejo el celular sobre la barra de la cocina y prosigo a ayudarle a mi madre con lo que estaba.
Las cosas con Brad estaban yendo muy bien, más que bien diría yo, como nunca me hubiese imaginado con alguien como él, y es que sin conocerlo pensarías que alguien como él jamás llevaría una relación en serio como yo alguna vez llegué a hacerlo, pero fue un error, pues ahora me doy cuenta que él es parte importante de mi día a día.
Había elegido la ropa que llevaría puesta en Nochebuena desde hace un par de meses, y la razón es que me gusta vestir y sentirme bien en los días que para mi, son de los más importantes.
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BRAD ©
RomanceLa vida tiene un destino, un destino marcado, claro y preciso, un destino que en ningun momento y por ninguna cosa, cambiará. El destino siempre va a ser el mismo, así creas lo contrario, así la vida te haga creer lo contrario lo que está al final d...