Capítulo 29

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Se preguntarán cómo es posible que una persona pueda ser el dueño de tus decisiones. Muy fácil, tomó alrededor de cinco segundos ser despojada de mi elección. Yo dije no, y Fletcher dijo:

—No te lo estoy preguntando.

Luego, sin poder hacer nada al respecto, él me colocó sobre su hombro y vergonzosamente, mi vestido subió. Peor aun cuando su mano viajó hasta mi trasero y seguido de eso pidió disculpas. Lo había hecho intencional, lo sabía. No había nada de bueno en aquel movimiento.

Después de depositarme en su cama y subirme el edredón, vi a Fletcher despojarse de su camiseta e intercambiar sus pantaloncillos del soldado por unos de chándal. Se metió bajó el edredón y nos encontramos en penumbras, en completo silencio.

—¿Qué estoy haciendo aquí, Fletcher? Es inútil.

—Necesitamos hablar.

Fruncí los labios.

—¿Sobre?

—Lo que sucedió con Annette en la fiesta. Quiero dejarlo todo en claro —contestó con simpleza.

Quise mencionarle que Annette era una perra llorona, pero no lo hice. Fletcher soltó un largo suspiro antes de hablar.

—Annette es una vieja amiga.

Sonreí sarcástica.

—Sí, una vieja amiga —repetí con un poco de amargura, sintiendo la mirada silenciosa de Fletcher. Era el momento de que me callara.

—Annette me besó, pero yo no voy a ser el tipo de persona que te diga que no continuó porque yo sé lo que hice. Yo también besé a Annette.

La amargura regreso como una gran bola, golpeándome en la cabeza.

—Seguro que ella si sabe besar.

Fletcher ignoró mi comentario y continuó diciendo:

—Desde el principio quise detener esto. Era lo necesario... lo justo. Pero entre más te acercabas, menos pude alejarme. Entre más lo intenté, tú simplemente no cediste, y luego... luego lo sentí; esa sensación de encelarse.

Me volví hacia él, encontrándome inmediatamente confundida.

—¿Estabas celoso? —le pregunté.

Sostuvo su labio entre sus dientes para luego lo soltarlo. Su mirada viajó hasta la mía.

—De que prefirieras a Damon por encima de mí, sí.

La confesión me tomó por sorpresa, logrando que mis labios se separaran por un segundo y se volvieran a cerrar. No pude evitar sentirme sorprendida y al mismo tiempo culpable.

Sacudí la cabeza en una negativa ligera.

—Lo lamento, Fletcher no sabía qué hacer. Yo simplemente ya tenía planes —le confesé—. Además, la conversación no se trata de mí sino de Annette, ¿cierto?

Frunció el ceño.

—Siempre te sales con la tuya, ¿o no es así, Moore?

—No siempre —admití.

Sonrió de manera irónica y lo observé, observé a sus labios con el deseo de volverlo a besar. Probablemente un segundo intento no sería tan humillante, tal vez podría hacer hacerlo mejor...

Se volvió hacia a mí.

—Annabeth —susurró.

Alcé la mirada, satisfecha de escucharlo decir mi nombre de pila. Le dio un aleteó a mi corazón. Sin embargo, traté de no mostrarme tan afectada, eso inclusive cuando por dentro fuera todo un manojo de nervios.

Lazos de Guerra #1 © [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora