NASHVILLE, TENNESSE
DÍA PRESENTEPor primera vez en mi vida había dejado de ser invisible ante los ojos de la sociedad escolar. Miradas, susurros y lamentos me envolvieron en el momento justo en que puse un pie en el interior del instituto. Todos ellos sabían la verdad de lo sucedido, sabían que London no volvería.
El viernes, cuando llegué al salón de clases y logré aterrizar en mi banca, a pesar de que no quise lucir vulnerable, no pude evitar romperme a llorar. En verdad desee que nadie murmurara sobre la muerte de London, pero ya que mis deseos se habían venido abajo desde el principio, no tuve otra opción que mantenerme fuerte.
Fui al baño y me escurrí las lágrimas.
Incluso traté de mostrarme inafectada cuando una de las hermanas Stone murmuró que London había muerto por ser tan zorra, y que yo sería la siguiente en morir. Nunca negué nada de London porque en el fondo sabía que ella había estado ocultando sus propios secretos. En realidad, ¿quién no lo hacía? Sería una mentira decir que nadie ocultaba secretos.
En ese mismo día, en la mitad de la penúltima clase, la policía me esperó en la sala de dirección solo para confirmarme lo que en el fondo ya me había estado esperando: no se habían encontrado más pistas en el caso sobre la búsqueda del cuerpo de mi hermana; sin embargo, aún estaban dándole seguimiento. Que no debía de angustiarme más.
Enserio, ¿que no me angustiara más? ¿A caso creía que yo era un demonio sacado de la serie de Supernatural?
No podía regresar el tiempo, lo sabía. Todo en lo que podía pensar era en ese desafortunado sábado diez, cuando dos agentes de la policía de Nashville pararon hasta mi puerta para recibir el tipo de noticia que, terminaría con algunas de mis esperanzas de seguir adelante.
La noticia de que mi hermana había sido asesinada y que su cuerpo había sido entregado a Medicina Forense de Nashville, me rebumbó por completo. Después de eso, el lunes doce me presenté en las instalaciones con el forense encargado en el caso de mi hermana, solo para que ambos encontráramos dos camillas de metal vacías. Y, cuando creí que nada podría ser peor que perder a tus padres y a tu hermana mayor, hubo otro suceso que fue la gota que derramó el vaso: el cuerpo de London había sido robado de Medicina Forense, y el personal de la institución no había tenido ni la menor idea de que había sucedido.
Nadie vio o escuchó algo, y tampoco se encontró nada en las cámaras de seguridad. Ni siquiera recuerdo haberme sentido tan pérdida después de eso. Digo, ya había perdido a mamá y a papá, pero no podía entender porque London había tenido que irse de mi vida también.
Comencé a pensar que mi familia tenía algún tipo de maldición.
Aspiré nuevamente la brisa del exterior, y luego, mi atención recayó en Hayley.
—¡Es que, en verdad, no lo entiendo! —Sacudió la cabeza en una clara negativa—. Esta es la cuarta foto que James sube a Instagram con Ashley Redmond. ¿Qué le ve? ¡Ni siquiera esta bonita, por el amor de Dios!
Le eché un rápido vistazo a la foto antes de cruzar la calle.
—Por si no te has dado cuenta, Ashley tiene un par de grandes tetas.
Enarcó el ceño un tanto incrédula.
—¿Tetas? ¿Por qué siempre son las tetas, eh?
—No lo sé, Hayl. —Me encogí de hombros—. Pero de cualquier modo, tetas o no tetas, escuché que Ashley y James han estado saliendo desde hace ya un par de semanas.
—Créeme cuando te digo que si lo noté.
A continuación, Hayley expandió otra de las fotos. Ni siquiera me sorprendí cuando visualicé a James y a Ashley besándose de una manera cercana a: "experimentar sus bocas hasta lo más profundo que el ser humano ha podido llegar."
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Lazos de Guerra #1 © [CORRIGIENDO]
AksiyonAnnabeth Moore ha sido abandonada una vez más, su hermana London ha muerto y ahora tendrá que lidiar con ello. Con suerte, los planteles decidieron darle una nueva oportunidad de vida, y en ellos encontrará más de lo que estaría buscando: a Fletcher...