Nunca pensé que volver a usar un arma sería un acto de compromiso, un acto donde tuvieras en cuenta que poseer una no era para divertirse. Supuestamente, Robbie tuvo una orden de volver a ser mi entrenador en armas básicas. Más sin embargo, nunca dejaría de decir que Robbie era un pésimo entrenador. Sí, él sabía pelear y manejar armas, pero no sabía enseñar y eso podía llegar a ser un gran problema.
Odell pensaba que si iba a estar dentro de las furgonetas para cumplir con mi labor de enfermera practicante, tendría que saber defenderme por si algo no planeado sucediera, lo cual no era divertido teniendo en cuenta que mis conocimientos para pelear no eran los mejores.
Sostuve la glock fuertemente entre mis manos y apunté en el blanco. Mi mano estaba temblabdo por el peso del arma. Al principio, quise sostenerla con una mano como en las películas, pero Robbie fue claro cuando dijo que eso era algún tipo de mentira y un cliché. No es que no se pudiera hacer o se hiciera, solo que las personas que no estaban altamente entrenadas para disparar de ese modo, probablemente solo causarían su muerte o un accidente.
Personas como yo tenían que sostener el arma con ambas manos y poner mucha atención.
—Imagina al objetivo, respira, apunta y dispara —susurró Robbie.
Hice lo que me pidió de la mejor manera; respirando miré a mi objetivo, lo imaginé y lo visualicé. Qué raro que mi objetivo tuviera cabello dorado, ondulado y corto, además de ojos azules. Y, que además, tenía por nombre April Mitchell.
Aún mantenía este sentimiento de celos.
Ayer cuando disfrutó mirar a Fletcher con más que interés y besarlo en la mejilla, solo provocó que ardiera desde adentro. Si yo hubiera besado a Fletcher de ese modo a los dos días de conocernos, yo no estaría ni siquiera en el pais. Él no me hubiera matado como hubiera pensado antes, pero si hubiera provocado que desapareciera de los planteles.
Por otro lado, me había costado bastante llegar a una parte de Fletcher; me tomó meses en realidad, y ahora que lo había logrado sin pedirlo, no lo dejaría ir.
Fletcher era mi misterio personal al que analizar. Definitivamente de nadie más. No me importaba si eso sonaba como algo posesivo de mi parte y era poco atractivo, pero vamos, en el fondo las chicas siempre aguardábamos una parte obscura dentro de nosotras. Una a la que ningún chico quisiera acercarse o conocer.
Finalmente, apreté el gatillo y la bala salió disparada cerca del centro. Nunca me había acercado tanto. Debía ser una victoria.
—Impresionante, yo no he podido llegar tan cerco de ello —dijo esa vocesita que me fue familiar.
Miré hacia las escaleras, y bajé la glock a la altura de mi regazo, mientras April se deslizaba a la planta baja. La sangre ardió en mi sistema, pero no por ella, sino por el chico que venía detrás de ella. Era Fletcher.
¿Qué demonios hacen juntos?
Apreté mis labios, cuadré mis hombros y alcé mi mentón mostrándome inafectada, aún incluso y cuando fuese una mentira. No dejaría intimidarme por una jovencita como April Mitchell.
—Gracias, Mitchell —le dije con voz plana, pero amable—. Aunque siendo sincera, me hubiese gustado estar más cerca de mi objetivo.
Esbozó una sonrisa, y se acercó, tomando otra glock entre sus manos. Fletche, por otro lado, se volvió hacia a mi y me miró. Parecía un tanto serio, pero en el fondo sabía que se estaba ahogando una sonrisa. Cualquier chispa de felicidad que pudo haber incrementado en mi sistema simplemente desapareció. April tomó a Fletcher por el antebrazo, y lo guió cerca de ella a un costado de nosotros, donde había otro blanco libre para practicar. Ella apuntó hacía el centro como lo había hecho anteriormente, y como siempre, su tiro fue pesimo. Claro que había mejorado un poco; al menos ya no disparaba cerca del suelo.
ESTÁS LEYENDO
Lazos de Guerra #1 © [CORRIGIENDO]
AcciónAnnabeth Moore ha sido abandonada una vez más, su hermana London ha muerto y ahora tendrá que lidiar con ello. Con suerte, los planteles decidieron darle una nueva oportunidad de vida, y en ellos encontrará más de lo que estaría buscando: a Fletcher...