Capítulo 44

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ANNABETH

¿Las cosas pasan por alguna razón? ¿El destino está escrito ya para nosotros o es que acaso eso se puede cambiar? ¿Es que acaso era lo correcto despertar en otra habitación y en la casa de otra persona que no fuera en los brazos de la persona que quería?

Tal vez pensarlo, abrir los ojos y ver que todo había cambiado estaba escrito. Tal vez el destino tenía planeado que incluso estuviese pensado esto y todas aquellas acciones llegarían a un resultado final. Solo esperaba que no fuera destructivo.

El viernes había llegado a llorar en el hombro de Damon y él me había cubierto con sus brazos alrededor durante parte de la noche hasta que fue necesario ir a dormir. Él había prometido que el día siguiente y los próximos cuatro días serian relajantes, y uno de ellos habían dado un resultado.

Me sentía solo un poco mejor.

Y una excursión a Misty Mountain había sido relajante.

Lo sentí todo de nuevo, el aire, el olor a árboles y la pureza de la naturaleza. Entonces, el sonido de alguien tocando mi puerta se coló por mis oídos interrumpiendo mis pensamientos y me levanté invitado a esa persona a pasar. Damon entró con un rostro sonriente y mañanero que podía hacer a cualquiera sonreír.

Se cruzó de brazos contra el pecho y se recargó el marco de la puerta, mirándome.

—¿Estas lista para salir y recargar de nuevo las energías? —preguntó. Esta mañana no vestía un traje elegante como de costumbre sino ropa cómoda y normal.

Bostecé.

—Tal vez.

—Qué bueno, porque saldremos y es una sorpresa.

Arquee el ceño.

—Espero no sea una mala sorpresa.

—Ya verás que no.

Sonrió y le devolví la sonrisa.

Si de algo estaba segura, es que nos esperaba un largo día. Y que la probabilidad de que Fletcher despejara mi mente, sería de un porcentaje muy limitado. Sabía que él estaría ahí.


FLETCHER

Golpee el escritorio de Odell con un puño y lo miré como si quisiera sacarle la cabeza de su lugar ahí mismo.

—Hice una promesa, Odell —le recordé—. Una promesa sentimental y ya siento que fallé en mucho. Lo mínimo que puedo hacer es encontrarlo y acabarlo. Es mi último propósito.

Odell sacudió la cabeza, exasperado.

—¿Y tú crees que puedes solo encontrarlo y acabarlo? —preguntó alzando la voz.

«Claro que si»

—Y lo haré —afirmé.

Odell pasó de estar sentado en su cómoda silla a estar de pie.

—¡Antes de que siquiera le toques un pelo a Demián Black, el consejo va actuar por nosotros! —gritó—. ¡Y no, no vas a salir ganando de esta si sigues con esa actitud de un niño malcriado!

Volví a golpear el escritorio.

—¿Y que se supone que haga, Odell?

El rostro de mi líder se relajó y sacudió la cabeza como tratando de negarse algo. Entendía que no le gustaba la idea, de que se preocupaba por mí, pero no me quedaba nada más que mi propia venganza.

Solo eso.

—Quiero que dejes en manos del consejo la decisión final sobre que se hará con Black cuando sea encontrado. Pero por el momento y primero que nada, tenemos que encontrarlo y esperar que tú mantengas tus manos fuera de él hasta que sea necesario.

Lazos de Guerra #1 © [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora