Al día siguiente, caminé hacía una de las mesas situada en una esquina. Las chicas no se encontraban en el plantel, y no estarían en la hora de la cena; ellas estaban en medio de las batallas. En realidad, el plantel se encontraba casi vacío ya que en su mayoría, los reclutados estaban a las fueras de los planteles combatiendo el típico crimen que crecía en ciertos puntos del estado. De tal modo que, en este día, había sido un completo desastre desde que las alarmas no habían dejado de activare, enviando escuadrones de reclutados cada hora. Al parecer los Black cambiaron de opinión sobre mantener un día de paz y lo convirtieron todo en un caos.
Estaba segura de que muchos cuerpos serian encontrados, así como a sus asesinos. Así como habían sido encontrados aquellos chicos que me habían acorralado en el callejón. Cada vez me sorprendía más el poder de mi suerte.
Unas horas antes de bajar a desayunar, visité a Tyler a quien le agradecí por lo del día anterior, también a Zach, pero no al chico desconocido y mucho menos a Fletcher. Sabía que hacían su trabajo, pero tratar de agradecerles a ambos tal vez no sería la mejor opción, sobre todo teniendo en cuenta el estado de ánimo de Fletcher.
También tuve la oportunidad de conocer la enfermería donde conocí a la agradable Marjorie, la enfermera general del plantel. La mujer lucia adorable con su cabello castaño y largo, agarrado de una coleta y con ojos grandes azulados como los de una muñeca. Marjorie era más que agradable.
Tomé asiento en la silla, poniendo la charola sobre la mesa. Para mi penosa y mala suerte, la mesa estaba completamente vacía y por ello era capaz de sentir las miradas curiosas puestas en mí. Lo peor era que nadie había podido olvidar lo del martes por la noche, cuando decidí enfrentarme a Fletcher y terminé poniéndome a mí misma en vergüenza. De cualquier modo, no dejaría que esto se extendiera para la largo. Estaba decidida a ignorar lo sucedido para que los demás no le dieran la misma importancia.
Alguien me tomó del hombro y me sobresalté dándome la vuelta. Había una chica parada a un lado de mí. Tenía el cabello castaño oscuro, ojos verdes y cejas perfectamente alineadas. Además, unos labios anchos y rosados resaltaban en su rostro.
Y estaba sonriéndome.
—Hola, ¿puedo tomar asiento contigo?
Le devolví la sonrisa.
—Claro.
La chica tomó asiento a un lado de mí, colocando su charola en la mesa. Ensalada y un jugo de naranja estaban sobre ella, lo cual me hizo pensar que, o esta chica trataba de cuidar su figura, o yo comía como un vil cerdo.
—Soy Sage —dijo, con la mirada en mí—. Eres nueva, ¿cierto?
Vaya, estaba cansada de responderle eso a cada persona que se detenía a preguntarme, seguido de un: ¿eres la hermana de London Moore? Sinceramente, me daban ganas de subirme a la mesa y gritar: "para todos aquellos que quieren preguntarme si soy nueva, sí, sí lo soy. Gracias por su atención"
Abandoné mis divagues y miré de vuelta a Sage.
—Sí, soy nueva —sonreí falsamente.
—Bienvenida. ¿Cómo te llamas?
—Soy Annabeth —contesté, dándole una mordida a mi desayuno en forma de hamburguesa.
Ella suspiró profundamente mientras hurgaba con el tenedor en su ensalada.
—Escuché que eres hermana de London. Lo siento —comentó.
Sonreí con amargura. Hoy definitivamente no era mi día.
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Lazos de Guerra #1 © [CORRIGIENDO]
AksiAnnabeth Moore ha sido abandonada una vez más, su hermana London ha muerto y ahora tendrá que lidiar con ello. Con suerte, los planteles decidieron darle una nueva oportunidad de vida, y en ellos encontrará más de lo que estaría buscando: a Fletcher...