Capítulo 11: Adulta Responsable

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La mañana de hoy ha sido bastante intensa, y aún no termina, puesto que todavía tengo que ir a ver a mi hermano y darle la gran mala noticia.

Kevin suele despertar temprano, no es muy dormilón que digamos, pero al haber estado en coma puede que duerma más de lo habituado, o eso me dijo el doctor Stevens, por la debilitación del organismo.

Estoy llegando a pensar que el doctor Stevens es el único doctor en este hospital, el encargado, o incluso el dueño o algo así, pues, sabe todo lo que ocurre y para cualquier pregunta que le tengo siempre tiene una respuesta para darme.

Se ha convertido en mi mayor aliado en este hospital, creo necesitarlo en mi vida para que me de consejos, me ayude a tomar decisiones, elegir amigos... Es un viejo bastante sabio.

-Y hablando del rey de Roma, miren quien se asoma -murmuro por lo bajo viendo al doctor Stevens entrar a mi habitación.

-Buenos días, señorita Jones, nos volvemos a ver. -Me saluda con una sonrisa, la cual se la devuelvo.

-¿No ha despertado mi hermano aún? -pregunto casi con desesperación.

-Todavía no, señorita -responde hojeando unos cuantos papeles. No sé que tanto revisa, ya me encuentro bien de mi desmayo de hace unos pares de horas.

Sí, me desmayé después de salir de la morgue esta mañana. La verdad es que me sorprendió haber aguantado tanto tiempo adentro, supongo que con la emoción del momento no pude reaccionar así, pero justo al salir de allí cerré los ojos y no supe mas de mi hasta que los volví a abrir y estaba nuevamente en la camilla con sueros en la vía intravenosa.

Yo siendo una débil en momentos de crisis.

-Alexander, no es necesario que me diga señorita. Tanta educación me pone incómoda, llámeme por mi nombre, yo lo hago por el suyo.

Mi grado de confianza ha subido a tal nivel que llamo al doctor Stevens por su nombre, al igual que a mi enfermera asignada, Jessica.

-Todavía no, Rizvana. -Me observa fijamente de tal manera que me pregunta con su mirada si estoy complacida, a lo que yo asiento con mi cabeza.

-Suena mejor, me siento mucho más cómoda.

-Lindo nombre de hecho. Bastante diferente y... único. ¿Puedo preguntar el origen de éste? -El doctor Stevens se sienta al borde la camilla capturando mi atención. Yo sonrío.

-Solo le diré que es una larga y bonita historia.

Cuando él estaba a punto de decir algo, mi súper enfermera y amiga, Jessica, entra a la habitación muy feliz.

-¡Ya el niño despertó, doctor Stevens! -dice con entusiasmo al doctor y luego se dirige hacia mí-. Ya despertó tu hermano, Rizvana, ¡podrás ir a verlo en unos minutos!

-¿Puedo ir ahora, Alexander?

-Déjame evaluarlo antes, quiero ver si se encuentra en buen estado. Le pediré a Jessica que venga por ti cuando puedas ir a verlo.

-Gracias, ¡Muchas gracias! ¡Es el mejor doctor que pude haber tenido! No se tarde. -Él solo ríe suavemente mientras sale de la habitación seguido por la enfermera.

Pasan un par de minutos en donde me dedico a escoger las palabras correctas para decirle a mi hermano que nuestros padres están muertos.

A este punto creo que me siento algo calmada con la situación, pase horas llorando y desahogándome como para estar tranquila en ese momento. Aun así, sé que cuando las palabras comiencen a salir de mi boca, yo empezaré a llorar demasiado con solo verle esos ojitos tristes a Kevin.

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