Capítulo 31: No/Si quiero hacer esto

25 5 0
                                    

-Creo que nunca dejaré de verla, señorita... digo, Rizvana.

-Ni yo a usted, Alexander. -El doctor Stevens me regala una sonrisa, para luego acercarse a la camilla donde me encuentro sentada.

-Creo que no lo conozco, joven... -dice observando a la persona de pie a mi lado.

-Zachary, doctor. Dígame Zac, solo Zac.

-Joven Zac, un placer. Soy el doctor Stevens. O como a su amiga le gusta llamarme, Alexander. -El doctor Stevens extiende su mano, y en seguida Zac la estrecha.

-Ella suele entrar rápido en confianza, doctor -comenta Zac, y no evito soltar una risa nerviosa.

-De eso ya me di cuenta. -Ambos ríen de una manera masculina que no logro descifrar. Como si con la mente compartieran anécdotas de chicas confianzudas, o lo que sea-. Bueno, Rizvana, ¿cómo te has sentido? -pregunta dirigiéndose a mí.

-Realmente bien. No he sentido dolor desde que lo vi por última vez.

-Eso me hace feliz. ¿Estás lista para eliminar ese yeso de tu cuerpo?

-Cuento los segundos para eso, Alexander. -El doctor ríe entre dientes, y estoy segura de que Zac igual.

-No puedo creer lo rápido que han pasado estos dos meses. ¿Cómo te sientes con respecto a eso? -pregunta observándome preocupado. Yo me encojo de hombros y seguido bajo mi cabeza.

-Oye, tranquila. No te sientas mal -interviene Zac tomando mi barbilla con una de sus manos, haciéndome verlo a la cara.

Observo sus ojos por unos segundos, sintiendo una extraña sensación en mi pecho, ¿o será mi estómago? No sé con certeza donde sea, creo que necesito una clase de anatomía, y estoy segura de que Zac sería bueno para eso.

Con su perfecto rostro, sus perfectos brazos musculosos, su seguramente perfecto abdomen y sus...

¡Me estoy saliendo del tema!

Concéntrate.

En fin, no quiero sentir esto.

Me suelto del agarre bruscamente, dejando a Zac con su mano en el aire, y al doctor Stevens con una expresión de confusión en su rostro.

Esperaba que la sensación cesara, pero no, sigue allí.

¿Qué mierda es esto y por qué me pasa?

-He estado bien, Alexander. Avanzando... -respondo encogiéndome de hombros nuevamente. Él me da una sonrisa ladeada y camina hacia un rincón de la habitación, en donde se encuentra un estante con diferentes utensilios médicos.

Noto que Zac intenta buscar mi mirada, pero en seguida llevo mi cabeza hacia el lado contrario para que no pueda hacerlo y que luego me vea con esos jodidos hermosos ojos verdes que posee.

No quiero seguir sintiendo lo que ahora parece estar disminuyendo en mi interior.

Cuando me doy cuenta de que se ha quedado tranquilo, vuelvo mi cabeza a su posición inicial, encontrándome con el doctor Stevens caminando de vuelta hacia mí con un objeto en sus manos.

-Creo que es hora de empezar a quitarte eso. -Una sonrisa se forma en su rostro, y con Zac apretándome los hombros con sus manos, el doctor Stevens comienza a retirarme el yeso.

***

-¡Que divertido es volver a caminar de nuevo! -grito mientras camino rápidamente por el medio de una calle vacía.

Cuando salí de retirarme el yeso empecé a caminar como desquiciada sin rumbo, hasta tal punto que Zac tuvo que perseguirme y dejar su auto atrás.

En Mi CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora