Capítulo 25: Tonto Jones

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Zac

Encontrar el número telefónico de Charlotte no fue nada difícil, pues, Anthony lo tenía registrado entre sus contactos.

Al parecer ellos se han comunicado en los últimos meses y él no me dijo nada. A veces sería bueno saber de la ex novia de mi hermano, puesto que, al igual que yo, ella sufrió.

Ver a Charlotte es mi pretexto para ir a la competencia de baile de mañana sin tener que decir que quiero ver a Rizvana. Nuestro encuentro sería "de casualidad".

Tras varias llamadas sin contestar por Charlie, frustrado, meto el teléfono en mi bolsillo y observo fijamente a Anthony, quien está encestando continuamente una pelota de baloncesto en un aro colocado en el portón del garaje de su casa.

-Amigo, ¿por qué no admites que quieres ver a esa chica y ya? No tienes que fingir querer saber de Charlotte. Te conozco y sé que esa insistencia de hoy es por algo -dice Anthony mientras me lanza la pelota.

-Solo quiero saber de Charlie. Sabes que era importante en la vida de Adam.

-Sí, y también se que si realmente querías saber de ella, ya la hubieras llamado hace mucho tiempo, y no ahora de manera insistente un día antes de una competencia a la que va una chica que te gusta -dicho esto, me siento ofendido y le lanzo la pelota fuertemente, pero logra tomarla antes de poder golpearlo con ella.

-Ella no me gusta, solo me causa curiosidad su vida. Me conoces, Anthony. Sabes que nadie puede gustarme.

-Sí, claro. No puedo creerte eso cuando hoy es la tercera vez que la vas a ver y no ha habido sexo de por medio.

-Oficialmente, es la segunda vez. La vez que nos conocimos no cuenta.

-Esa es una buena historia. La chica fue una atrevida al llegar de esa manera. Aún no entiendo lo de asuntos médicos. -Hace énfasis en asuntos médicos mientras dibuja comillas en el aire con sus dedos.

-Por eso tengo que verla hoy, para saber el por qué de los asuntos médicos. No le he preguntado nada sobre eso. -Río un poco, y después de unos segundos, Anthony se une a mi risa.

-Siempre tendrás una excusa, Zac. -Cuando voy a decir algo para defenderme, mi teléfono suena anunciando una llamada y, ¡bingo! Es Charlie.

-¡Charlie me está llamando! -indico entusiasmado y Anthony rueda sus ojos.

-Bueno, contesta. Ya deberías estar hablando con ella -comenta desinteresado mientras encesta nuevamente la pelota. Me alejo un poco y le contesto la llamada a mi querida ex cuñada, si es que eso existe.

-¡Charlie! ¿Como estas? -saludo alegremente.

-¿Zac? ¿Eres tú? -pregunta ella con mucha curiosidad.

-El mismo Zac. ¿Cómo has estado?

-¡Guao! ¡Mucho tiempo sin saber de ti! Estoy muy bien, avanzando con mi vida. ¿Y tú como estas? La última vez que supe de ti eras un ermitaño. -Ríe un poco y me incomoda el hecho de que ella sabe muy bien el por qué y aun así le da gracia. Supongo que tomar las cosas con alegría fue su manera de seguir adelante.

-Mi vida dentro de la cueva terminó hace mucho. -Ambos reímos-. Empecé a trabajar y a hacer diferentes cosas para poder seguir adelante. Ahora trabajo en Sugar.

-Oh -dice casi en un susurro con un tono de voz triste.

-Si, tal vez pienses que no es el mejor lugar para trabajar, pero me ha ido muy bien ahí. Me siento a gusto.

-Para nada pienso eso, de hecho, es bueno saberlo. No he ido a ese lugar en un año, para mi es difícil solo pasar por el frente. Adam amaba ese lugar, y pienso que explotaré de lágrimas si llego a entrar.

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