Capítulo 24: ¡Te Gusta!

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–Nos volvemos a encontrar, Señorita Jones. –Me indica el doctor Stevens entrando a la habitación del hospital.

Esta mañana durante mi cita con Ava en un restaurante, me tropecé con una persona, perdí un poco el equilibrio y me golpeé con una de las patas de una mesa.

El golpe no hubiera importado tanto si hubiese sido en otra parte de mi cuerpo, pero justamente me golpeé la zona del yeso, en donde tengo la fractura.

Empezó a dolerme, por lo que vine al doctor a revisarme.

–Siempre tan educado, Alexander. –Exigí que fuera el doctor Stevens quien me revisara. Él fue bueno conmigo, así que ¿por qué no?

–Parte de mi trabajo es serlo. –El doctor Stevens me da una sonrisa amigable–. Bien, revisé las radiografías y no hay más daño del que ya tenías.

–¿Pero...?

–Al ser ahora una zona débil, el golpe ocasionó un moretón. Nada grave y nada que ocasione más daño, hasta donde veo. Pero para prevenir cualquier cosa que podría pasar, tienes que tomar reposo absoluto durante una semana.

–¿Absoluto? –pregunto con sorpresa.

–Sí, no puedes salir de casa ni caminar. Debes estar acostada el mayor tiempo posible.

–¡Eso es imposible, Alexander! –exclamo recordando que la competencia de Andrea es en solo tres días–. Debo ir a la competencia de mi amiga el sábado. ¿La latina de cabello oscuro? –Él asiente con la cabeza–. Bueno, ella. No puedo fallarle. Haga algo, se que puede.

–Rizvana... –El doctor Stevens hace una pausa, pensando en alguna posibilidad. Sale de la habitación y a los pocos segundos vuelve a entrar junto a Ava, quien fue la que me trajo hace unas horas–. Se que hacer, pero necesito que ella esté presente. – Señala a Ava.

–¿Por qué? ¿En que está pensando? –pregunto curiosa.

–Voy a colocarte un sedante junto a unos medicamentos que harán que el dolor se te pase. Colocaré hielo en la zona del moretón y te haré un nuevo yeso.

–Bien, eso lo entiendo. Ahora... ¿por qué es necesario que Ava esté presente?

–Seguramente deberás pasar la noche aquí, y necesito que alguien sepa el por qué. Además, ella deberá llamar a tus familiares para que sepan de tu estado y...

–¿Alexander, si sabe que no me estoy muriendo, verdad? Es solo un moretón que me duele y quiero que desaparezca para poder ir a la competencia de mi amiga. –Lo interrumpo porque su discurso me da un poco de gracia.

–Por esa razón tus familiares deben saber de ti –dice con tono preocupado–. Te colocaré medicamentos fuertes para que el dolor pase más rápido. Además, creo que el hielo no será suficiente, por lo que haré que una enfermera te haga masajes, así el moretón desaparecerá en un dos por tres. Mañana estarás en tu casa –agrega con una sonrisa llena de confianza.

–Bien, pero solo Mason sabrá. Y bueno, Ava por supuesto. –El doctor Stevens asiente con la cabeza y sale de la habitación, dejándome sola con Ava.

–¿No crees que es arriesgado colocarte medicamentos fuertes para un simple moretón? –cuestiona Ava con preocupación.

–Es eso o fallarle a Andrea.

–Creo que ella hubiera entendido.

–Si, tal vez. Pero yo no me lo perdonaría. Ella me ha apoyado mucho con lo del accidente, quiero devolverle el favor. –Ella acentúa su mirada en mi de manera sospechosa–. ¿Qué?

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