Capítulo 17: Cinco Meses

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Los días han pasado rápidamente y estoy disfrutando de mis vacaciones junto a mi hermano, el cual se ha animado a acompañarme a donde quiera que vaya.

Hoy es el último sábado del mes de julio, y una gran fiesta se avecina. Esta vez, se trata de un compañero de la universidad que está de cumpleaños. Me ha invitado a la celebración en su casa y ha dejado que lleve a Anthony y a mi hermano.

Un apurado Adam entra a mi habitación.

–Zac, ya son las diez de la noche, ¿a qué hora piensas que salgamos? –cuestiona con su mirada fija sobre mí.

–¡Alto ahí alienígena! ¿Quién eres y qué hiciste con Adam? –pregunto dirigiéndome hacia él, haciendo una cruz con mis dedos. Adam no suele ser así de urgido para ir a una fiesta. Generalmente llega temprano a las fiestas y se va temprano, por lo que cree que si llega tarde, tiene que irse tarde de ahí.

–Es en serio, ya me estoy aburriendo. –indica haciendo un gracioso puchero y esa es mi señal para que nos vayamos ahora mismo antes de que quiera quedarse.

–Bien, vámonos –digo y un "yupi" sale de sus labios.

Desde que comencé a pasar mi tiempo con Adam, mi madre no se ha quejado ni me ha regañado, bueno, tampoco es que se viera bien haciéndolo, ya no soy un niño, tengo veinte años.

Pero, tampoco mis salidas con Adam han sido excesivas. Solo vamos a parques a pasar el rato haciendo ejercicio, participamos en pequeños partidos de beisbol, un deporte por el cual ambos estamos fascinados, vamos a comer y hemos ido a Sugar al menos unas seis veces más después de la última vez.

Adam asegura que Paige está enamorada de mí. Ella es linda y agradable, pero no es el tipo de chica con el que suelo salir durante una noche.

Las fiestas se han presentado solo dos veces, esta es la tercera a la que vamos, y espero que sea la mejor. Mi hermano tiene que ver como se disfruta a lo grande.

Una llamada de Anthony interrumpe mi caminata hacia mi auto.

–Hola, Anthony. Dime.

¿Dónde estás? Esto esta buenísimo, hermano –dice y escucho música alta de fondo.

Espera, ¿Anthony está en la fiesta ya?

–¿Cómo es que estas allá sin mi? –cuestiono con mucha curiosidad.

Un chico que vive en mi piso me vio esperándote en la entrada, de casualidad está invitado, y me preguntó si quería irme con él, y acepté. Te estabas tardando mucho, pensé que Adam te había convencido de que no fueras.

–¡Eres un traidor! –grito al teléfono y el ríe sonoramente–. Está bien, no me puedo molestar contigo, menos camino por recorrer. Ya voy saliendo, sabes que nadie puede convencerme de no ir a una fiesta.

–¡Eres tú! Creí que te había perdido, Zac. Nos vemos. –Finaliza y cuelga la llamada.

Rápidamente me monto en el auto y hago que Adam haga lo mismo. Tenemos que llegar de inmediato a esa fiesta.

La casa del chico queda un poco lejos, está a las afueras de la ciudad y nos toma una media hora llegar ahí.

Me sorprendo al ver la cantidad de personas y luces que salen de esa casa. Es demasiado grande y la música es súper alta.

Estaciono y me bajo del auto junto a mi hermano, que se encuentra igual de anonadado que yo. He ido a muchas fiestas durante mi vida, pero esta les gana a todas y creo que Adam piensa lo mismo.

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