Capítulo 1

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Gabriela se encontraba plácidamente descansando en la comodidad de su cama cuando el estruendo de un martillo y un taladro le hicieron dar un salto y caer de la cama.

─ ¿Pero qué mierda pasa aquí? ─ Dice Gabriela mientras se levantaba del suelo y acariciaba dolorosamente su trasero. Sale de su habitación y se queda en el medio del pasillo tratando de descifrar el origen de ese escándalo.

─ ¡Cuidado!─ Le grita un hombre que se acercaba desde el lado opuesto del pasillo con una larga tabla a punto de destrozarle la cabeza. Rápidamente ella reacciona agachándose, baja las escaleras y va en busca de su tía para que le de una explicación.

─ ¿Tía qué rayos está pasando aquí?─ Dice cuando finalmente la encuentra en la cocina.

─ Están remodelando la habitación ¿Qué no es obvio?- dice sin voltearse a mirarla.

─ Eso ya lo note, mi pregunta es ¿por qué?

─ Lo siento pequeña, no puedo decirte, es una sorpresa. Dice dejando escapar una pequeña risa.

─ Pero ahí estaban mis materiales de arte, ¿Dónde se supone que ahora ponga mi caballete y todas mis cosas?

─ Oh vamos tu cuarto es enorme, ya le encontraremos lugar. Dice aun sin mirarla prestándole más atención a lo que cocinaba.

─ ¡Ash!─ Gabriela se queja, sube la escalera de vuelta, azota con fuerza la puerta y se lanza nuevamente a la cama.

─ ¡Gabriela es medio día, ¿es que no pretendes levantarte de esa cama? Vamos es domingo aprovecha el día, ¡arriba, arriba! - le grita su tía desde las escaleras.

Ella se dispone a levantarse, darse una ducha y seguido se viste; come lo más rápido posible, toma su cámara fotográfica y su bicicleta y emocionada parte en dirección a un bosque cercano. Una vez allí admira todo como si fuera la pieza de arte más valiosa del mundo, se fija en los rayos de luz que se filtran por los pequeños espacios de las copas de los árboles, los pájaros que se posan en las ramas, las hojas danzar con el viento...y cada detalle lo inmortaliza en fotografías. Terminada la sesión se recuesta de un árbol y se queda allí solo observando la hermosa naturaleza que la rodea; siente la extraña sensación de haber estado en ese lugar, de alguna manera se siente familiarizada con él a pesar de no recordar haber estado allí anteriormente. De repente ve como un pequeño venado camina en la cercanía y cae herido. Asustada intenta acercarse pero ve como un hombre y una niña salen de la nada y se arrodillan frente al animal primero que ella, Gabriela mira a los lados confundida y nota como los desconocidos empiezan una conversación sin percatarse de su presencia.

─ ¿Papá que le ha pasado al venado? ─ pregunta la pequeña niña.

─ Lo han herido mi niña. Dice el hombre mientras corta la punta de la flecha que el animal lleva en la pata y la saca, el animal gemía del dolor en respuesta.

─ ¿Y se va a mejorar?

─ Claro que sí, mira lo vendaremos─ dice mientras le vendaba la pata─ y cuidaremos de él, lo alimentaremos hasta que se mejore.

─ ¿Y por qué está herido papá?

─ Porque ahí afuera hay gente mala que caza animales aun cuando no es temporada de caza, pero descuida mientras estemos nosotros para ayudarlos no habrá problema.

La imagen del padre, la niña y el venado rápidamente se desvanece como partículas dispersas en el aire. Gabriela que había quedado atónita por el hecho se acerca bruscamente al lugar donde anteriormente se encontraban estas personas sin poderse creer lo sucedido; de repente el venado vuelve aparecer esta vez al lado del árbol donde ella solía estar recostada, se ve la niña correr hacia el animal y alimentarlo mientras le pasa la mano por el cuerpo y le dice que todo estará bien. La imagen se desvanece nuevamente y en la siguiente ocasión aparece el venado ya recuperado corriendo entre los árboles mientras el padre y la niña lo miran alejarse. Segundos más tarde su teléfono suena sacándola de sus pensamientos.

Un desconocido en casa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora