Un desconocido en casa (EN EDICIÓN)

Capítulo 27

Gabriela PDV

—     Vamos Gaby, estamos tarde, ya sal de ahí. Se queja Josiel, me miro en el espejo una vez más antes de salir del baño. Josiel me miró de arriba abajo con una atrevida sonrisa pintada en el rostro.

—     ¿Lista?– me pregunta.

—     No creo que pueda salir con esto. Le digo halando la parte inferior de mi vestido en un intento de cubrir mis muslos desnudos.

—     Déjate de tonterías, estas perfecta, ahora vámonos. Dice halándome del brazo antes de que pueda protestar.

Harry PDV

—     No estoy acostumbrado a esto. Digo mirando en el espejo del baño el saco blanco que llevaba puesto con unos pantalones de tela negro, una camisa blanca de mangas largas y mis botas negras.

—     ¿Qué tal luzco?– me pregunta Zayn entrando en el baño con su esmoquin negro.

—     ¿La verdad?– le pregunto mirándolo de arriba abajo.

—     No…– dice dudoso.

—     Te ves…perfecto. Digo con una sonrisa burlona.

—     Imbécil. Me dice saliendo del baño.

—     A la mierda, no usare este estúpido saco. Digo quitándome el saco y tirándolo sobre la cama de Zayn.

—     Como quieras, solo apresúrate que ya estamos tarde.

—     ¿Ansioso por recuperar a tu chica?– le pregunto con una media sonrisa.

—     Ni te lo imaginas. Me responde con una sonrisa nerviosa.

Gabriela PDV

—      Sabía que la dirección se me hacía familiar. Le digo a Josiel tras aparcar frente a la gran mansión de Tom.

—     Vamos todo estará bien. Me responde con una dulce sonrisa.

—     Claro. Digo dudosamente, aun no estaba lista para enfrentar a Tom.

Una vez entramos a la fiesta un fuerte olor a cigarrillo azotó mi nariz y un mar de personas se encontrabas dispersas por todo el lugar bailando al ritmo de la canción Braveheart de Neon Jungle. Muchas mujeres con poca vestimenta bailaban sensualmente pegadas a hombres, recordándome aquel pequeño enfrentamiento en la playa con Alexandra, nunca creí que tendría un lado salvaje hasta esa noche, quizás hoy pueda sacar ese lado y divertirme un poco…

—     ¡Josiel!– grita una chica de cabello negro y largo agitando las manos a la distancia y dejando derramar despreocupadamente el contenido de aquellos típicos vasos rojos que se veían en todas las fiestas.

—     ¡Sofía!– grita Josiel moviéndose entre la multitud y abriendo los brazos para abrazar a la chica.

—     ¡Espera Josiel, no me dejes sola…!– le grito pero ya era tarde, se había alejado con la chica y me había dejado sola con una inmensas cantidad de adolescentes con hormonas alborotadas y posiblemente drogados y borrachos.

—     ¡Eso es nena ven por ellos!– grito un chico que veo correr en calzones con un miembro pintado con labial en su pecho, con un sombrero vikingo y agitando un sostén en el aire mientras tomo asiento en un sofá.

—     ¡Devuélvemelo imbécil!– grita una chica rubia con un exceso de maquillaje, tapando con un brazo sus senos y con el otro tratando de alcanzar el sostén.

—     ¡Nunca!– dice el chico seguido de una risa malévola mientras desaparece en la cocina seguido por la chica.

Si, definitivamente todos están borrachos o drogados.