Capítulo 10

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Ya no más juego pesados para ella, total no creo que quede mucho tiempo antes de irnos, ya ha oscurecido y aun no sabemos nada de los demás.

Gabriela PDV

Ahora que lo pienso no he visto a Tom en todo el día, dijo que se iría por algo de comer y no ha vuelto, quizás debería enviarle un mensaje, pero si lo hago pensaría que ya no sigo enojada con él y si lo estoy…que debería hacer…

—     ¿Todo bien?– me pregunta Harry.

—     Si… oye ¿no ibas a comprar un nuevo tshirt?– le digo mirando su tshirt en busca de alejar la atención de mi.

—     Es cierto, ¿te parece si la buscamos antes de seguir?

—     No hay problema.

Harry PDV

Después de un par de tiendas que parecían vender ropa solo para niños menores de doce años, encontramos una que vendían ropa de mi talla, la ropa era horrible pero no me quedaba de otra, era eso o seguir usando mi manchaddo tshirt.

—     ¿Qué te parece esta?– me dice Gabriela extendiéndome lo que parecía un tshirt hawaiano.

—     Ni muerto. Le respondo y ella se ríe.

Después de un par de búsquedas ella vuelve.

—     ¿Y este que te parece?– me dice mostrándome un tshirt rojo de rayas negras con el logo del Milan en el pecho.

—     Ni loco.

—     ¿Qué, por qué no?

—     Nunca traicionaría mi equipo, Manchester United por siempre.

—     Los hombres y sus raras obsesiones. Dice Gabriela rodando los ojos.

Luego de unos minutos más de búsqueda encontramos un tshirt rosa con el logo del parque, los dos únicos tshirt que hay de mi talla son esos dos. Demonios era quedar en ridículo o traicionar equipo… ni muerto, prefiero hacer el ridículo. Y así fue como termine comprando el tshirt rosa.

—     ¿Enserio prefieres usar un tshirt rosa antes que usar el que te mostré antes, todo por tu capricho por el Manchester?

—     Totalmente.

—     Bueno es tu decisión.

Gabriela PDV

Tan pronto salimos de la tienda Harry me dio a sostener la funda y se saca el tshirt como si nada, ¿Cómo puede actuar como si estuviera en su casa?, sacarse la ropa así en frente de todo el mundo sin importar que lo vean.

—     ¡Harry!– Le reprocho a la vez que me sonrojo.

—     ¿Qué?

—     ¿Cómo te puedes sacar la ropa aquí?, todos te están mirando.

—     Realmente no me importa. Dice sacando e tshirt de la funda y poniéndoselo.

—  ¿Qué tal me veo?— Me pregunta posando divertidamente.

— Divina. Le digo sin poder contener la risa un segundo más.

—     Bueno, tampoco te burles.

—  ¿vamos a los carritos chocones?– le pregunto desviando el tema anterior.

—     Si.

Harry PDV

Nos dirigíamos a los carritos cuando cerca de los baños portátiles vi a Tom besando una chica, rápidamente desvié a Gabriela por otro camino para que no tuvieron que presenciar como su novio la engañaba.

Un desconocido en casa (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora