Un desconocido en casa (EN EDICIÓN)

Capítulo 25

Gabriela PDV

Mis ojos se abrieron lentamente, ni siquiera me había dado cuenta que me había quedado dormida, odio quedarme dormida cuando lloro, me da una tremenda jaqueca.

El brazo de Harry rodeaba mi cuerpo, aun me abrazaba y también se había quedado dormido, trate de zafarme de su agarre para alcanzar mi celular que estaba en el piso a unos cuantos metros, pero al intentarlo Harry gruño y abrió los ojos.

- ¿Qué hora es?-me pregunto estrujándose los ojos.

- Son...- digo alcanzando el teléfono- ¡Las una de la mañana!- digo sorprendida.

- Ya hemos dormido nuestras ocho horas. Dice burlonamente.

Mi móvil vibra sin cesar indicándome una bandeja de entrada llena de mensajes, todos provenían de Zayn.

- Ya le envié un mensaje. Me dice Harry al verme observar cada mensaje preocupada.

- Gracias.

- No hay de qué.

De repente un relámpago ilumino el cielo, seguido de un trueno y rompiéndose a llover.

- Parece que pasaremos la noche aquí. Dice Harry mirando las gotas de agua caer del cielo.

Josiel PDV

Aprovechando la distracción de la huida de Gabriela corrí escaleras arriba. Escuche los pasos de Zayn seguirme y me encerré esta vez en el baño, apoyada de la puerta me deje caer en el suelo, apreté los ojos y las lágrimas empezaron a salir nuevamente. Pude escuchar unos suaves golpes en la puerta.

- Josiel. Dice Zayn y a pesar de que la puerta nos separa pude escucharlo suspirar ante mi silencio.

Zayn PDV

- Yo...yo... ni siquiera sé porque fui- digo suspirando y pasando los dedos a través de mi cabello- supongo que me quería asegurar que estuviera lejos de ti y ella me beso no yo a ella.

- Pero no te apartaste. Ella me responde entre sollozos.

- Lo sé, es que me congele, me tomo por sorpresa. Por favor, perdóname. Le digo deslizándome hasta el suelo apoyado de la puerta.

Harry PDV

Desde las cálidas cobijas en las que descansaba en el suelo pude ver a Gabriela tiritar mientras ella observaba la lluvia caer desde lo que simulaba ser una ventana, esperando con ansias que cese.

- Ven aquí. Le dije tras verla tiritar una vez más, ella volteo a verme con los ojos abiertos como platos mirándome de arriba abajo. Naturalmente me había acostado en la manta apoyada de los codos, con una pierna extendida y la otra doblada adquiriendo una pose inconscientemente sexy, luego de unos segundos caí en cuenta de lo que podría estar pasando por su mente.

- No estoy insinuando nada. Le digo deshaciendo mi postura, ella se acerca y se sienta a mi lado. Sorprendentemente luego de un corto tiempo tiene la confianza de acostarse. Estar junto a ella a pesar de sentirme vulnerable ya que todo lo que pienso lo digo o hago, me siento protegido a la vez, es una sensación que no sentía desde hace años, algo que solo sentía con mi madre hasta que se convirtió en el monstruo que es hoy en día.

- Sabes mi madre no siempre fue una perra. Nuevamente dejo escapar mi pensar, mientras coloco los brazos tras mi cabeza, ella me mira sin comprender a que me refería.

- Cuando era niño, ella solía pasar mucho tiempo conmigo, a diferencia de mi padre que siempre estaba...trabajando- empecé, haciendo sonar la última palabra más forzada de lo que sonaba en mi cabeza. Sus ojos se llenaron de preocupación y pena, los ignore y continúe mi historia.